Entradera de terror en La Plata: amenazaron con raptar a sus hijos y se infartó frente a los ladrones
Fuentes policiales confirmaron en las últimas horas que todo comenzó alrededor de las 6 de la mañana de este viernes, cuando la familia sacaba el auto de su hogar ubicado en 472 y 21, de City Bell; y la banda de ladrones los sorprendió, obligándolos a entrar una vez más.
Una familia de La Plata fue víctima de un feroz asalto en la mañana de este viernes y vivió una verdadera odisea luego de que cinco delincuentes armados los sorprendieran en su hogar y terminaran desvalijándolos. En medio de la tensión y el pánico, el dueño de la vivienda robada sufrió un infarto y su propia esposa debió realizarle maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) para evitar lo que bien podría haber terminado en una tragedia.
Un empresario sufrió una violenta entradera en Santo Tomé: hay tres detenidos
Las propias víctimas revelaron tras lo ocurrido que los delincuentes se encontraban fuertemente armados y de inmediato los llevaron a la parte alta de la casa, donde comenzaron a exigirles todo el dinero con el que contaban. “Les di todo lo que tenía”, contó Elizabeth, la dueña de casa, y agregó enseguida que los delincuentes no se quedaron conformes con ello: “Le pegaron a mi marido. Lo sacudieron y lo tiraron al piso, y después les ataron las manos”, profundizó.
Sustrajeron una importante suma de dinero en una violenta entradera en Casilda
“Estaban realmente armados, todos con pistolas 9mm. No hay dudas que eran profesionales. Fue tal la violencia que vivimos que a mi marido le agarro un paro cardíaco y le tuve que empezar a hacer RCP”, continuó la mujer, relatando aquellos dramáticos instantes.
De acuerdo con la víctima, fue una amenaza de secuestrar a sus hijos la que desencadenó la descompensación y estuvo a punto de terminar con la vida de su marido. “A mi mamá le decían que estábamos en un baúl, pero en realidad estábamos en otro cuartito”, reveló uno de los chicos tras el asalto, dando cuenta de la brutal tortura psicológica a la que fueron sometidos sus papás para obligarlos a entregar hasta el último centavo.
Conmocionada todavía por lo sucedido, Elizabeth recordó que entonces les dio algo más de dinero y junto al efectivo, ropa, joyas y máquinas de una clínica estética escaparon del lugar sin dejar más rastros