Según un concepto japonés
Estas son las diez reglas para vivir más y ser feliz
La lista engloba una serie de aspectos a considerar para la vida cotidiana, los cuales prometen aportar tanto a cada individuo como a su entorno. Conoce acá cuáles son.
A lo largo de la historia del ser humano, pensadores de distintas áreas se han esmerado en buscar mecanismos para prolongar la longevidad y potenciar la felicidad. Aquello no es de sorprender. Después de todo, si vives más tiempo y en un intenso estado de bienestar, puedes seguir disfrutando de las actividades que más te gustan, además de compartir con las personas que amas.
En este sentido, una de las culturas más conocidas por sus ideas filosóficas en torno a este ámbito es Japón. Y no, no es una coincidencia. De hecho, la isla de Okinawa es considerada como una de las zonas azules del planeta, lo que se traduce en que gran parte de sus habitantes alcanzan los 100 años o más.
Si bien, factores como la dieta y la genética pueden incidir en el tiempo de vida, también hay otros factores a considerar. Es aquí cuando entra el ikigai, un concepto japonés que promete favorecerte en las aristas mencionadas.
Qué es el ikigai y cómo ponerlo en práctica
Puede traducirse como “la felicidad de estar siempre ocupado” y alude a buscar el propósito que tienes en la vida, para que así esta tenga más sentido.
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Bajo esta línea, el libro Ikigai: el secreto japonés para una vida larga y feliz (Urano, 2016) de los escritores Héctor García y Francesc Miralles hace una revisión del término y enumera 10 puntos clave para facilitar su aplicación.
El primero de ellos es encontrar el ikigai, esa razón que te motiva a levantarte todos los días. Para esto, puedes considerar los aspectos en los que te desempeñas bien, los que te generan satisfacción y los que repercuten positivamente en otras personas.
Dicha combinación, según informaciones rescatadas por Infobae, apoyará a que te nutras con lo que haces y lo potenciará mediante el acto de aportar a los demás.
Una vez que ya hayas identificado una actividad con tales características, viene el segundo punto: buscar mejorar continuamente. Pero esto no significa que debas aplicar cambios extremos en tu vida, más bien, se sugiere que vayas lentamente, aprendiendo de pequeños periodos o tareas específicas, con una actitud perseverante y paciente.
Luego, viene un concepto que es particularmente habitual en la sociedad japonesa, el “mottainai”, que hace referencia a no desperdiciar indebidamente. Con esto no se refieren solo a artículos como la comida o un recurso material, sino que también a elementos más abstractos como el tiempo y la energía.
Y precisamente, el cuarto aspecto clave del ikigai está relacionado con este último punto: cuidar la energía, restaurarla cuando es debido y emplearla de forma consciente, tanto a nivel físico (del cuerpo) como mental.
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El quinto punto es practicar la gratitud y valorar lo positivo que se presenta, tanto si viene de ti, como de otras personas o de la naturaleza misma.
“Es bueno reconocer las cosas que no son tan buenas, pero nunca debemos olvidar el privilegio que es estar en el aquí y ahora en un mundo tan lleno de posibilidades”, manifestaron los autores del libro.
La sexta arista en torno al ikigai consiste en estar en contacto con el medio ambiente, las plantas y los otros seres vivos que habitan el planeta. Y por supuesto, cuidarlo.
Incluso, más allá de este concepto japonés, son numerosas las investigaciones científicas que han alertado sobre la influencia positiva de este factor en áreas como la salud física y mental.
Para continuar con el séptimo punto del ikigai, es necesario que sueltes lo que está fuera de tu control y dejes que esas situaciones fluyan. Se trata de respetar los distintos ciclos y lo que estos implican, para así aprender de ellos.
En palabras de los autores del libro rescatadas por el citado medio: “Deja de arrepentirte del pasado y de temer el futuro. Hoy es todo lo que tienes. Sacar el máximo provecho de ella. Haz que valga la pena recordar”.
A ello se le suman el octavo y el noveno punto: buscar la calidad en cada acto que haces y enfrentar con calma los escenario que se presentan.
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Por decirlo de otra manera, recomiendan que te tomes tu tiempo para hacer actos efectivos que aporten a al bienestar común, en vez de priorizar una rapidez que no necesariamente dará resultados.
Y para terminar, el último es mantener viva esa pasión que te mueve, esa llama interior que te da las energías para salir adelante, aprender nuevos conocimientos y enfrentarte a los desafíos que encuentras en el camino.
Con estas ideas planteadas por el concepto japonés, no solo te estarás ayudando, sino que también a los demás y al entorno que los rodea.