Estiman que para 2050 la producción de plástico será cuatro veces mayor
Los modelos productivos y de consumo hacen que la presencia de deshechos en el ambiente esté en constante crecimiento. La necesidad de nuevas legislaciones para preservar la ecología es imperiosa, como también lo es la responsabilidad empresarial.
Se calcula que para el 2050 la producción de plásticos se cuadruplicará y su presencia en los mares superará a la de los peces. La basura plástica que fluyen hacia los océanos (la mayoría a través de los principales ríos del mundo, el Paraná es uno de ellos) triplicará su volumen en los próximos 20 años. Impasible ante esto, la producción mundial de plástico sigue en aumento y se espera que se duplique en los próximos 10 a 15 años. Así creará aún más contaminación plástica; aumentará las emisiones de carbono, lo cual impactará en los ecosistemas y salud de las personas, particularmente en los países más pobres.
en la durabilidad de los materiales, como muchas veces se considera, sino en el actual modelo de producción y consumo. Cerca de un tercio de todo el plástico a nivel global se emplea para el packaging, es decir será utilizado tan solo una vez. Urge aceptar que utilizar objetos para que se conviertan en basura en muy poco tiempo no es un modelo sustentable, más allá del material empleado. Además, el uso de descartables plásticos no sólo implica impactos ambientales y a la salud por los residuos generados, sino en todo su ciclo de vida.
Parece ser que el protagonismo mediático de este tipo de contaminación y los esfuerzos de los científicos, junto a la ciudadanía general, apenas han hecho mella sobre el broquel de la industria plástica. Si bien los distintos municipios podrían hacer recortes significativos en el flujo de residuos plásticos al medioambiente mejorando los actuales y deficientes sistemas de recolección, reciclado y disposición final de los residuos sólidos urbanos, existe otro aspecto poco mencionado: la responsabilidad ambiental empresarial de las compañías.
Este tipo de compromiso se puede definir como el conjunto de mecanismos de producción que deben aplicar las empresas para minimizar los impactos que sus productos producen al medioambiente. El tema es aún escasamente identificado por la ciudadanía, lo que conduce a una tibia presión social.
La necesidad de un cambio radical
“La tendencia para 2050 es que, si no cambia la situación de producción y consumo, se cuadruplicaría la generación de plásticos. Esto tiene sentido cuando se piensa que la industria petroquímica está ampliando su producción de plásticos en gran parte a partir del fracking (fracturación hidráulica)”, comentó Mirko Moskat, coordinador del taller Basura Cero del Taller Ecologista de Rosario, en dialogó con El Litoral.
Además, dio su punto de vista de la problemática del plástico a nivel local, deshecho tan presente en las aguas del Paraná. Esta situación hizo que Moskat junto se interiorice en el tema y comenzó a investigar los materiales contaminantes que se hallan en la orilla del río o flotando sobre él.
“Venimos haciendo campañas de limpieza en la Costa y analizamos los materiales que encontramos sea plástico o metal; qué tipos de objetos predominan, como botellas, envases, vajillas descartables; y las marcas que fabrican estos materiales (la que más presencia tiene es la multinacional de gaseosas de cola)”, comentó Moskat, y agregó: “En los últimos años crecieron mucho las latas de cerveza y gaseosas”.
Respecto a la responsabilidad que recae sobre las empresas la generación de materiales que una vez consumidos terminan como basura -y en consecuencia, contaminando-, el rosarino resaltó que “no hay ningún tipo de sanción a las empresas por esto. Nosotros lo que pensamos es que tiene que haber un cambio en el modo de cómo se venden los productos, y que hay que disminuir fuertemente el uso de artículos descartables”.
Falta de políticas públicas y regulación
El representante del Taller Ecologista entiende que hay falta de gestión de los residuos por parte de los municipios, pero “el problema de fondo es lo que estamos produciendo y consumiendo. Entendemos que tiene que haber legislaciones que tiendan a disminuir los envases descartables y más artículos retornables y reutilizables”.
La repercusión que generan las movidas de ecologistas por preservar el ambiente, por el momento es “tibia” y no se ha notado un cambio por parte del sector productor en sus prácticas. “Esto que nosotros planteamos esperamos que pueda llegar a que se tome la decisión de producir menos descartables, pero va a llegar mejor si hay alguna legislación que haga cumplir a las empresas. Mientras tanto, si las empresas asumen el compromiso sería bienvenido”, lamentó Moskat y agregó que en la industria plástica “se nota lo contrario porque se está aumentando la producción”.
Más río, menos basura
La ingeniera Clara Mitchell, docente de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) ha organizado en repetidas ocasiones campañas de limpieza de playas del río Paraná (sobre la margen rosarina) bajo el lema: “Más río, menos basura. Junto a la ayuda clave de voluntarios han contribuido significativamente a identificar, junto al Talle de Ecología, las marcas más frecuentemente encontradas como desechos.
“En el 2019, con los datos relevados en 2018 escribimos un informe con Mirko (Moskat)”, señaló Mitchell y repasó los datos que arrojó su investigación “in situ” que tuvo lugar en ambas márgenes del río Paraná a la altura del Gran Rosario (playa camping municipal, costa alta, caletas de clubes y guarderías náuticas y costas de distintos islotes de los humedales).
“El primer resultado a resaltar es que más del 90% de los residuos encontrados fueron plásticos y, si tenemos en cuenta el peso total de los residuos, estos plásticos representaron más del 70%. Los objetos más abundantes fueron botellas plásticas descartables de bebidas, representando un 25% del peso total y un 41% en cantidad de ítems, convirtiendo a este producto en el residuo más importante en el total recolectado. Los siguientes objetos más abundantes fueron envoltorios plásticos, principalmente de productos alimenticios, representando el 20% de los ítems identificados”.
En tercer lugar -prosiguió-, se encontró una enorme cantidad de vajilla descartable de plástico, particularmente sorbetes, así como residuos de plástico rígido y poliestireno (telgopor). En cuanto al telgopor debemos destacar que una gran parte del mismo es imposible de retirar del río por encontrarse ya fragmentado en miles de partículas”, expresan los investigadores en su estudio titulado: “Residuos en el Río Paraná – Rosario. Orígenes, impactos y acciones ante una amenaza global y local”.
El derrotero de los plásticos hasta llegar a los ríos, en muchas ocasiones inician en arroyos y en desagües pluviales urbanos. Foto: Fernando Nicola
Punto de vista
El Dr. Martín Blettler (que trabaja junto al equipo de investigación del Lab. de Hidroecología del INALI, Conicet-UNL), da su punto de vista: “Triangulando esta colaboración científico-activista, corroboramos la presencia de las mismas marcas comerciales registradas por el Taller Ecologista, pero en otros sectores del río Paraná (frente a la ciudad homónima y en Villa Urquiza) y en nuestra emblemática laguna Setúbal de Santa Fe”.
“En síntesis, las empresas y marcas comerciales no son las únicas responsables de la contaminación plástica registradas en nuestro río Paraná, otros elementos también deben considerarse como la correcta recolección y tratamiento de residuos por parte de los municipios, la necesaria reducción en el consumo de productos plásticos, una mayor conciencia ambiental ciudadana, etcétera. Sin embargo, ciertas marcas representan el primer eslabón de una luenga cadena de obligaciones ambientales poco escasa o nulamente asumidas”, concluye el experto.
“BREAK FREE FROM PLASTIC”
La traducción de “break free from plastic” es “liberarse del plástico”. Este es un movimiento global que nació en 2016 y surgió por la crisis mundial por la contaminación por el plástico y está apoyado por más 1.800 organizaciones de distintos continentes. La meta es que se reduzca la producción y el consumo de envases de comidas, bebidas y demás elementos que no puedan retornar al proceso productivo y terminen generando polución. De esta iniciativa mundial participan tanto el Taller Ecologista como el colectivo “Más río, menos basura”.