Algunas personas poseen tanto dinero que adquirir una isla privada se vuelve un asunto trivial. Este es el caso de los millonarios en Dubái, donde el lujo no tiene límites y los caprichos alcanzan niveles insospechados.

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Tal es la historia de Jamal, un magnate que compró una isla en Asia para su esposa, Soudi Al Nadak, por 50 millones de dólares, con el objetivo de que ella pudiera disfrutar del uso de un bikini sin las restricciones culturales de Dubái.

Soudi, una influencer con más de 336.000 seguidores en Instagram, compartió la noticia en redes sociales con una despreocupada naturalidad. En su publicación, mencionó cómo su esposo millonario adquirió la isla para que ella pudiera usar un bikini en libertad.

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Además, Soudi suele mostrar su vida de lujos en redes, con publicaciones que revelan compras extravagantes, cenas exclusivas y tratamientos de belleza, todo financiado por su esposo, quien se asegura de que ella cumpla con la regla de "siempre estar guapa".

No obstante, este lujo viene con un alto costo personal. A pesar de la vida de ensueño que lleva, Soudi está obligada a cumplir ciertas restricciones impuestas por su marido: nunca podrá tener amigos del sexo opuesto y debe compartir su ubicación en vivo las 24 horas del día.

Aunque algunos consideran esta relación como un cuento de hadas moderno, otros se preguntan si no es más bien una forma de esclavitud disfrazada de lujo.

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