Fuerte descargo del hijo de Jorge Julio López tras la muerte de Etchecolatz
Rubén López, hijo del albañil dos veces desaparecido Jorge Julio López, lamentó la muerte del represor Miguel Etchecolatz “porque faltaban varios juicios por llevar adelante y porque se murió sin decir nada” sobre el caso de su padre y la desaparición de Clara Anahí, la nieta de la fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo Chicha Mariani.
“Lamento muchísimo que se haya muerto, pero no por él, sino por las víctimas, por aquellos que no tuvieron un juicio porque faltaban varios y porque se murió sin decir lo que todos entendemos que pudo haber tenido de participación en la segunda desaparición de mi viejo, dónde está Clara Anahí“, sostuvo el hombre.
En declaraciones radiales, Rubén López aseguró que Etchecolatz “era un ser nefasto, era el genocida de la Provincia de Buenos Aires”. “Fue amo y señor de decidir quién vivía y quién moría en la Provincia de Buenos Aires, junto con (Ramón) Camps”, agregó.
“Se fue impune de tantos y tantos casos. Siempre negó todo, nunca admitió sus asesinatos y sus torturas. Manipuló el cinismo que tenía”, remarcó.
Finalmente, al ser consultado sobre el estado de la causa que investiga la segunda desaparición de su padre, el 18 de septiembre de 2006, Rubén López indicó que el expediente “está en un medio de una tarea de relevamiento de llamadas telefónicas”.
“Nosotros pedimos que se hiciera un relevamiento en los cementerios locales sobre las tumbas de personas no identificadas”, concluyó.
El albañil Jorge Julio López fue desaparecido durante la última dictadura militar y se convirtió en un testigo clave durante uno de los juicios contra Miguel Etchecolatz. El 18 de septiembre de 2006, día en que se iba a realizar una nueva audiencia judicial, el obrero platense no llegó a los Tribunales y desde esa fecha permanece como desaparecido.
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En octubre de 2014, antes de ser condenado a una nueva cadena perpetua, el represor escribió en un papel “Jorge Julio López Secuestrar”, lo cual fue considerado por los fiscales del juicio como un mensaje con “una clara intencionalidad intimidante o perturbadora”.