Guadalupe, el Festival de la gente
Las voces de Noelia Yossen y Jorge Fulco, encargados de la conducción del festival, dieron el puntapié inicial de la segunda luna. Ante un imponente marco de público, los profesionales dieron la bienvenida a Evangelina Gacio, responsable de cantar e interpretar con lenguaje de señas el Himno Nacional Argentino.
Todavía con la emoción a flor de piel y acompañada por Natalia Gacio y Juan Bautista Cordini, se hicieron escuchar las estrofas de la Canción a Guadalupe. Un emotivo momento que los tuvo como protagonistas sobre el escenario y que fue replicándose entre la platea mientras se hacían ver los fuegos artificiales insonoros y escuchar el tañer de las campanas de la Basílica.
Con toda la energía llegó el Ballet Yapeyú, dirigido por Mirian Cid, con su cuadro “Malambo, bombo y boleadoras”. Camila, Cecilia, Julián, Valentín, Agustina, Camila, Nadia, Magalí, Guadalupe, Angie y Eduardo se entregaron con pasión, ante la atenta mirada del público.
Representación entrerriana y santafecina
Con un repertorio bien litoraleño se presentó Araceli Tano, junto a Osvaldo Lucero -en guitarra- y Néstor Acuña -en bandoneón-. Con una sonrisa plena, fue contagiando su canto y su frescura a toda la gente. Algunos de los temas elegidos para la ocasión fueron “El rancho”, “Posadeña linda”, entre otros. La joven oriunda de Hasenkamp arrancó de la platea los primeros sapucays de la noche.
Cuando ya había transcurrido una hora y media de festival, el grupo Identidad arremetió con fuerza musical sobre el escenario con el tema “La diablera”. Sebastián Rojas, Héctor Onetto, Emanuel Degiorgio y Marcos Duarte en voces, junto a Sebastián Miño, Cristian Romero, Osvaldo Dallacaminá en instrumentos, supieron complacer a la concurrencia con un atinado repertorio. Fuerza vocal y musical que fue largamente celebrada con calurosos aplausos. Acompañándolos sobre el escenario estuvieron danzando Sebastián, Yanina, Romina, Lourdes y Matías. “Añoranzas” marcó el final de su lucida actuación.
Efrain Colombo compartió su repertorio con la nutrida concurrencia, que seguía incrementándose con el paso de las horas. Acompañado por Osvaldo Lucero, Matías Aguiar, Ignacio Ducase y Santiago Lucero, el santafesino recorrió una variedad de ritmos, entre ellos: huaynos, zambas, chacareras, chamamés y rasguidos dobles. Respondiendo a los pedidos de bis, llegó “Punta Cayastá”.
Salta, la linda
No podían faltar representantes salteños a esta fiesta del folclore, es por ello que Ceibales de Salta no se quedó afuera de esta edición. Carismáticos. Talentosos. Dueños de un estilo propio. Llevando adelante un show descontracturado y bien festivalero, se “pusieron en el bolsillo” a la gente, que los vivó a lo largo de toda su presentación. Adrián Fleita, Hernán Espina y Matías Chávez Díaz interactuaron con el público con una impecable sincronicidad, intercambiando risas y buena música. Homenajeando a las mujeres y al amor, convidaron serenatas con picardía y generosidad. En medio de este clima romántico e interpretando “Malagueña”, “el zurdo” Matías, uno de sus integrantes, bajó del escenario para caminar entre las sillas y hacer besar a las parejas que se encontraba en el camino.
No faltaron los “aros” que fueron celebrados a las carcajadas como así tampoco los grandes éxitos del cancionero popular. Una exquisita selección de temas, pincelada por el humor y el indiscutible talento de los salteños, obtuvieron la ovación de la gente que, “encendida” por la fiesta, no los dejaba ir.
“Zamba para olvidarte” fue el primer bis. Respondiendo al pedido de los cantantes, los espectadores acompañaron con sus pañuelos blancos en alto y con la luz de sus celulares. Una hermosa postal brindada por una colmada plaza. El segundo bis los tuvo a los tres artistas bajando del escenario y cantando a la par de la gente que, con respeto y admiración les hacía llegar su cariño aplaudiéndolos y sacándoles fotos. Un verdadero show bien festivalero que, sin dudas, marcó la diferencia.
Al pie del escenario, el ballet “Milagros del alma”, “Fortín Brigadier Estanislao López” (dirigidos por Carola Moncada y Claudio Martínez) y el ballet “Estudio de Arte Coreográfico” (dirigido por Andrea Patiño) también disfrutaron del espectáculo de los salteños bailando sin descanso cada uno de los ritmos.
Campana y San Pedro, presentes
Sobre la madrugada, Los Campedrinos trajeron toda su fiesta y mantuvieron al público en un clima de alegría. En amena interacción, los jóvenes compartieron temas como “Juan de la calle”, “Bailarina carpera”, “La taleñita”, entre otros. Haciendo un homenaje a Horacio Guarany cantaron algunas de sus canciones combinando imágenes y palabras de “el potro” desde la pantalla grande ubicada en el escenario. Emotivo momento que se llevó los aplausos de la gente. A pura alegría se despidieron los artistas que, fueron demorados una y otra vez por un público que se resistía a abandonar la fiesta.
Fiesta jujeña
Faltando cinco minutos para las 2.30, los integrantes de La Cantada, fueron los encargados del cierre de esta trigésimo segunda edición. Trayendo su espectáculo musical “El color de la alegría”, los jujeños llenaron de carnaval cada rincón del predio. Compartiendo canciones de su propia autoría, mantuvieron de pie a la platea que los acompañó bailando y cantando sin parar. Con ritmos festivos y compartiendo coreografías que fueron imitadas por la concurrencia, se llevaron interminables aplausos. Exitoso paso por el festival.
Una nueva edición que concluye con éxito y que dejó a las claras sobradas muestras de tenacidad por parte de la organización del festival, generosidad por parte de los artistas y de solidaridad por parte de la gente. Aplausos para cada uno de ellos.