Salvaje
Hugh Hefner tenía cámaras ocultas para grabar orgías en la mansión de Playboy
La viuda del magnate publicó su autobiografía en donde cuenta los abusos a los que fue sometida durante varios años.
A través del libro Only Say Good Things: Surviving Playboy and Finding Myself, Crystal Hefner reveló que el Hugh Hefner tuvo instalado durante años un circuito de cámaras ocultas dentro de su habitación de la Mansión de Playboy para poder grabar las orgías que tenía.
La novedad salió a la luz tras la publicación de la autobiografía de la modelo, donde habló sobre la explicación que le dio Hefner cuando ella descubrió el sistema que tenía en el dormitorio.
“Eran como pequeños agujeros espías”, escribió Crystal, sobre las mirillas que había distribuidas en uno de los ambientes principales de la casa. “Cuando le pregunté por ellos simplemente se encogió de hombros. ‘¿Para qué sirven?’, le pregunté”, escribió. “’Solía filmar muchos VHS’, dijo con orgullo. Hef tenía cientos de horas de cintas sexuales”, remarcó.
Al parecer, según precisó en su obra la viuda del empresario, Hefner dejó de registrar los videos luego de que se filtrara el material íntimo que habían grabado Pamela Anderson y Tommy Lee.
“Es mi dormitorio y es mi casa”, comentó Hefner, según Crystal. El magnate también le contó a su entonces esposa que había captado material erótico de “celebridades de primer nivel” en varias “orgías salvajes”. “Había políticos y líderes empresariales, muchos casados”, detalló la viuda del magnate.
En una entrevista con New York Post, Crystal dijo que las cámaras estaban fuera de servicio cuando ella empezó a vivir en la mansión, pero que los paneles de madera tallada con las aberturas para colocar los aparatos estuvieron siempre allí.
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Crystal Hefner también contó que Hefner controlaba a todas sus novias. “Parecía un mundo de éxito y fantasía, pero todos tienen que acostarse con una persona de 80 años. Hay un precio. Todo tiene un precio”, lanzó.
Si bien reconoce que amaba a Hugh, nunca estuvo “enamorada” de él aunque fue su cuidadora en sus últimos años. “Me di cuenta de que estaba lidiando con un desequilibrio de poder realmente grande”, indicó.
Las condiciones edilicias de la Mansión de Playboy eran paupérrimas, según la mirada de Crystal que lo comparó con una casa de “fraternidad”. “No se limpiaba tan bien, había moho y después de un tiempo se sentía descuidado y asqueroso. Había demasiadas fiestas: estaba todo desgastado”, explicó.
La viuda de Hefner contó que los pajaritos de la casa, que estaban por todos lados, se morían de sed. “Todos esos animales estaban muy deprimidos y tristes. Todo fue una ilusión. Ni siquiera sé era feliz, para ser honesta”, comentó.
La modelo también recordó que las consecuencias físicas que tenía ante los requerimientos de Hefner eran dañinas. Sobre todo, en su pelo. “Para teñirme, tenía que decolorarlo primero y eso me quemaba el cuero cabelludo. Me salían ampollas. Por alguna razón pensé que todo esto era normal y eso es lo que significaba ser visto como hermoso a los ojos de Hef”, remató.