Inflación en Estados Unidos: la Reserva Federal volvió a subir por octava vez la tasa de interés
La Reserva Federal ralentizó el miércoles su ritmo de subidas de los tipos de interés, anunciando un aumento menor del tipo de referencia para los préstamos, debido al enfriamiento de la inflación, al tiempo que señalaba que la batalla para frenar los costes no ha terminado.
La subida de un cuarto de punto del Banco Central de Estados Unidos sitúa el tipo de interés en un rango objetivo de entre el 4,50% y el 4,75%, dijo la Reserva Federal, añadiendo que “la inflación se ha suavizado un poco, pero sigue siendo elevada”.
LA RESERVA FEDERAL DE LOS ESTADOS UNIDOS PUSO FIN A SU POLÍTICA DE SUBA DE TASAS
En una declaración, los funcionarios de la Fed repitieron el lenguaje que han utilizado desde marzo que dice: “los aumentos en curso en el rango objetivo (de tipos de interés) serán apropiados”. Esto se considera una señal de su intención de volver a subir el tipo de interés de referencia en su próxima reunión de marzo, y quizá también en mayo.
La subida de la Fed se anunció un día después de que el Gobierno informara de que los salarios y las prestaciones de los trabajadores estadounidenses crecieron más lentamente en los tres últimos meses de 2022, la tercera desaceleración consecutiva.
“Los aumentos continuos serán apropiados para lograr una postura de política monetaria que sea lo suficientemente restrictiva para devolver la inflación al 2%”, apuntó el banco central estadounidense en un comunicado en el que reconoce que esta tasa “ha disminuido un poco, pero sigue siendo elevada”.
Para determinar el alcance de los subidas futuras, añadió la Fed, se tendrá en cuenta el endurecimiento acumulado de la política monetaria, el tiempo que tarda en verse el impacto de dicha política en la economía y la inflación, y la evolución económica y financiera.
La decisión fue anunciada tras los dos días de reunión que han mantenido los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto de la Fed (FOMC, en inglés), que votaron unánimemente.
Para tratar de poner coto a la inflación, la Fed inició en marzo de 2022 las subidas con un tímido 0,25. En mayo elevó los tipos 0,5 puntos y en junio ya comenzó una racha de aumentos de 0,75 enteros, antes de volver a bajar al 0,50 el pasado mes de diciembre.
Estados Unidos: la inflación alcanzó un 8,3% y supera la cifra prevista
Desde que alcanzó su pico en junio (9,1 %), la inflación se ha relajado hasta el 6,5 % y en diciembre bajó por sexto mes consecutivo, un dato que según los analistas es señal de que las subidas de tipos están comenzando a hacer efecto en la economía estadounidense.
Sin embargo, desde la Fed han seguido insistiendo en que no pararán hasta que se llegue a una política monetaria que sea suficientemente restrictiva para volver a una inflación del 2 por ciento.
Subir un cuarto de punto la tasa directriz es “prudente considerando la moderación de la inflación” y “cifras débiles de actividad” económica, resumió Steve Englander, responsable de macroeconomía de Estados Unidos en Standard Chartered y execonomista de la Fed, en una nota de análisis.
“Creo que es tiempo de bajar el ritmo (de incrementos de tasas) sin detenerlo”, dijo el 20 de enero Christopher Waller, uno de los gobernadores de la Fed.
“Pasada la mañana del miércoles, las noticias de empresas quedarán atrás, borradas por la Fed”, concluyó a su vez Steve Sosnick, estratega en jefe de Interactive Brokers (IBKR). “Creo que el mercado es entusiasta de más sobre la idea de que la Fed cante victoria tan pronto (contra la inflación) y retome su política monetaria flexible”, dejando atrás las alzas de tasas o incluso reduciéndolas de aquí a fin de año, añadió Sosnick.
El aumento de tasas de interés encarece el crédito y con ello desalienta el consumo y la inversión, que presionan los precios al alza.
La inflación en diciembre marcó 5% a 12 meses frente a 5,5% en el año móvil terminado en noviembre, según el índice PCE, que es el más seguido por la Fed.
El organismo apunta a una inflación de 2%, considerada sana para la economía.
La Fed intenta contener la inflación sin desalentar el consumo o debilitar el mercado laboral a un punto en el que arriesgue una recesión.