Insólito: ahorcaron en Irán a un condenado que ya estaba muerto
Al menos 462 personas fueron ejecutadas este año en Irán, el segundo país del mundo en términos de aplicación de la pena capital por detrás de China.
Un hecho insólito ha ocurrido en Irán cuando una ONG denunció el ahorcamiento de un preso que ya había fallecido. Se trata de un detenido iraní de etnia baluchi identificado como Nematolá Barahuyi, quien habría sido ahorcado en la prisión de Zahedán, capital de la provincia de Sistán y Baluchistán.
La denuncia la realizó la organización Iran Human Rights (IHR), con sede en Noruega, que aseguró que Barahuyi estaba en prisión tras ser condenado a muerte por tráfico de drogas.
Nematollah Barahouyi and Amanollah Alizehi, two Baluch men sentenced to death for drug-related charges, were executed in Zahedan Central Prison on Nov 6. Mr Barahouyi was killed by prison guards for resisting execution, but his lifeless corpse was hanged⬇️#NoDeathPenalty pic.twitter.com/UMkCEiZBml
— Iran Human Rights (IHR NGO) (@IHRights) November 7, 2022
Según cuenta la organización, a primera hora de la mañana de hoy domingo 7 de noviembre, le fue notificado que iba a ser ahorcado, pero se resistió y durante el forcejeo recibió un golpe fatal en el cuello, según el portal de noticias Hal Vash, citado por la ONG.
“Nematollah Barahouyi y Amanollah Alizehi, dos hombres baluchis condenados a muerte por cargos relacionados con las drogas, fueron ejecutados en la Prisión Central de Zahedan el 6 de noviembre. Los guardias de la prisión mataron al Sr. Barahouyi por resistirse a la ejecución, pero su cadáver sin vida fue ahorcado”, dijo la ONG en su cuenta de Twitter
El cuerpo de Barahuyi fue ahorcado igualmente para que pudiera constar el ahorcamiento como causa de la muerte y evitar así un proceso judicial.
El cadáver de Barahuyi fue colgado junto al de otro baluche de Zahedán, Amanolá Alizehi. Ninguno de los dos ahorcamientos ha sido publicitados en los medios de comunicación iraníes, como suele ser habitual.
En los seis primeros meses del año fueron ejecutadas 251 personas, incluidas 6 mujeres y 67 miembros de la minoría baluche. Esta cifra supone más del doble de ejecuciones que en el mismo periodo de 2021, según el recuento de IHR.
De acuerdo con las denuncias, la periodista Nazila Maroufian habría sido capturada por las autoridades de Irán, tras publicar una entrevista con el papá de Mahsa Amini, cuya muerte en custodia de la Policía de lo Moral inició una oleada de protestas sin precedentes en el país.
Barahui tenía tres hijas pero su familia no lo había podido ver desde hacía años, según Hal Vash.
Las autoridades iraníes no confirmaron esta información y los medios iraníes no informaron de la ejecución del domingo, al contrario de lo que suelen hacer. Al menos 462 personas fueron ejecutadas este año en Irán, el segundo país del mundo en términos de aplicación de la pena capital por detrás de China, según IHR.