Insólito: tenía prisión domiciliaria, transformó su casa en boliche y organizó una fiesta
Miguel Ángel Godoy, de 55 años, cumple una prisión domiciliaria por una causa ligada a las drogas en la ciudad de Chivilcoy. Sin embargo, el sábado transformó su casa en un boliche y organizó una fiesta clandestina con más de 300 personas, entre las que se encontraban menores de edad.
Tras el llamado de los vecinos, personal de la Policía y de la Dirección de Nocturnidad de la Municipalidad bonaerense llegó al domicilio ubicado en Conesa y 508, en esa localidad a poco más de 160 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires.
Según detalló el portal Hoy Chivilcoy en el lugar la música sonaba a alto volumen, había decoración lumínica y un clima de diversión entre los más de 300 invitados, muchos de ellos menores de edad, que para poder ingresar debían exhibir una pulsera que daba cuenta de que habían abonado la entrada.
Lo que las autoridades menos imaginaron era que el dueño de casa estaba cumpliendo una condena en ese lugar. Por eso también denunciaron la violación de la domiciliaria de Godoy ante quienes debían controlar su arresto domiciliario.
La causa en la que está involucrado, por estupefacientes, es investigada por la Ayudantía Fiscal de Mercedes, se inició justamente en la propiedad donde el sábado el detenido llevó a cabo el evento. Godoy organizó la fiesta junto con Pablo Ezequiel Jaime, de 36 años.
Polémica y cuestionamientos a las tobilleras electrónicas
Los cuestionamientos al control de las tobilleras electrónicas no son nuevos, ni es la primera ocasión en la que un detenido comete un crimen aún teniendo colocada una. En junio se conoció el caso de Jorge Daniel Zapata, que se hacía pasar por médico, pese a que no tenía título y tenía pedidos de captura por tráfico de estupefacientes. El hombre, que vivía en la Ciudad de Buenos Aires, trabajaba en un sanatorio de Quilmes donde atendía a niños y adultos con distintas patologías.
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Para lograr su detención, un grupo de policías de la DDI simularon ser pacientes y pudieron constatar que el falso médico no sólo los atendió sino que también extendía certificados y recetas médicas utilizando sellos apócrifos de distintos profesionales reales.
Tras la detención los investigadores constataron que Zapata había sido condenado en la Ciudad de Buenos Aires por delitos relacionados con Infracción a la Ley 23737 y estaba beneficiado por una morigeración de la pena mediante la modalidad de arresto domiciliario, utilizando actualmente una tobillera electrónica.