Almagro
Insólito: un delincuente encerró a las empleadas de una confitería en el baño, robó y al huir pasó frente a dos policías
Ocurrió el fin de semana en un café ubicado en avenida Rivadavia y Mario Bravo. El delincuente se cruzó con dos agentes de la Policía de la Ciudad cuando huía que no se percataron de la situación.
A pesar de que el cruce de la avenida Rivadavia y Mario Bravo suele ser una zona transitada en el barrio de Almagro, dos ladrones no tuvieron reparo alguno el pasado sábado a la tarde e ingresaron a robar a una confitería. Aprovechando los pocos clientes que había en el lugar -dos señoras, una sentada en el interior del café y otra en una de las mesas de la vereda-, los delincuentes dispusieron de todo el tiempo que necesitaron para amenazar a las dos empleadas, encerrarlas en el baño del comercio y robar toda la recaudación de la caja registradora.
El hecho se registró pasadas las 16.20 en una confitería de una importante cadena, ubicada en avenida Rivadavia al 3600. Las cámaras de seguridad instaladas en el exterior e interior del negocio filmaron la secuencia completa del robo, y dejaron en evidencia los rostros de los sospechosos que, hasta este miércoles, continuaban prófugos de la Justicia.
En rigor, la cámara que apunta a la puerta de ingreso al café filmó la entrada de dos hombres, ambos con gafas de sol en su rostro, a las 16.23. En ese momento, una clienta en silla de ruedas tomaba algo en una de las dos mesas ubicadas en el exterior del local.
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Mientras que uno de los asaltantes, vestido con una camisa roja y blanca a cuadros, una bermuda de jean, zapatillas blancas y que portaba una bandolera color negra cruzada en su torso, se quedó en el acceso oficiando de campana, su compañero, vestido íntegramente de negro, se dirigió al mostrador con la excusa de ir al baño.
“Es para clientes nada más”, se escucha responder en uno de los videos a la empleada que se encontraba sentada frente a la caja registradora. En principio, el sospechoso pareció entender la indicación de la mujer, dio media vuelta y empezó a caminar hacia la salida, pero en realidad se trataba de una maniobra de distracción.
El ladrón volvió sobre sus pasos, les exigió a las camareras que hagan silencio y les comunicó que eran víctimas de un robo. “¿Qué te pensás? ¿que te estoy jodiendo?”, le preguntó amenazante a la encargada, a la vez que simulaba tener un arma entre sus prendas.
Después de un sinfín de intentos por convencer al delincuente para que depusiera su actitud, las empleadas entregaron el dinero y la llave del baño, donde finalmente fueron encerradas.
Ya sin la presión de las empleadas ni la presencia de su cómplice, que segundos antes se había retirado del lugar, el ladrón tuvo tiempo para sustraer una tablet del comercio antes de escapar como si nada hubiera ocurrido.
Al momento de darse a la fuga, el asaltante se cruzó con dos efectivos de la Policía de la Ciudad que caminaban por la vereda del local. Sin sospechar de lo que había ocurrido prácticamente frente a sus ojos, los agentes siguieron su camino y recién serían alertados del robo por la clienta que se encontraba en el interior del comercio, quien había mantenido una charla con el cómplice.
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Una vez dentro de la confitería, los uniformados escucharon los reiterados golpes que las empleadas le daban a la puerta para tumbarla y salir del baño donde se encontraban atrapadas.
Consultada por el robo, una compañera de las víctimas le dijo este miércoles que en el momento “fue un susto”, pero afortunadamente sus colegas salieron ilesas del violento episodio. Además, contó que una de las empleadas “sufre asma”, por lo cual sufrió una crisis nerviosa que demandó la inmediata atención del personal del SAME.
Como parte de la investigación, este miércoles todavía se analizaban las imágenes de las cámaras de seguridad para encontrar a los delincuentes, cuyos rostros quedaron en evidencia porque nunca se preocuparon por ser filmados.