Jair Bolsonaro minimizó el atraso de la vacunación contra el coronavirus
El jefe de Estado dijo que, pese a que 44 países ya iniciaron el proceso de inmunización, muchos adquirieron números mínimos de antídotos.
El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, minimizó este miércoles el atraso del inicio de la campaña de vacunación contra el covid-19 en Brasil y dijo que, pese a que 44 países ya iniciaron el proceso de inmunización, muchos adquirieron números mínimos de antídotos.
El jefe de Estado afirmó que el laboratorio Pfizer, propietario de una de las primeras vacunas registradas en todo el mundo contra el coronavirus y de la más usada hasta ahora, vendió lotes muy pequeños del antídoto a varios países.
“Cerca de 44 países están vacunando, pero Pfizer le vendió a muchos de ellos tan sólo 10.000 dosis. Eso explica la falacia de la prensa que da a entender que muchos estarían vacunando a toda su población”, aseguró en una publicación en su cuenta en Twitter.
Bolsonaro igualmente publicó en su mensaje una lista de los países que más han vacunado contra el coronavirus y que supuestamente muestra que el porcentaje de población inmunizado hasta ahora es mínimo.
Según la lista divulgada por el gobernante, que alega estar ofreciendo datos actualizados hasta el 4 de enero pero de los que no cita la fuente, el país con más población vacunada hasta ahora es Reino Unido, con un 1,39 %, seguido por Estados Unidos (1,28 %), Rusia (0,55 %) y China (0,31 %).
Según algunos portales brasileños, la información sobre la supuesta venta de Pfizer de lotes mínimos de vacunas a varios países no procede y tan sólo intenta justificar el atraso del inicio del proceso de vacunación en Brasil.
Pese a ser uno de los países más afectados por la pandemia en el mundo, con unas 198.000 muertes y 7,8 millones de casos, Brasil aún no tiene una fecha para el inicio de su vacunación, entre otros motivos por el atraso de los laboratorios en registrar sus antídotos pero también por las dificultades reguladoras, las divergencias políticas en el país y el negacionismo del Gobierno de Bolsonaro.
Pese a que el Gobierno brasileño ya presentó una campaña de vacunación que prevé que los 210 millones de habitantes serán inmunizados en 16 meses y en un proceso de cinco fases, hasta ahora la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa, regulador) no ha recibido ninguna petición de registro o de uso de alguna vacuna anticovid.
La expectativa del Ministerio de Salud es iniciar la vacunación entre el 20 de enero y el 10 de febrero, aunque todo dependerá del registro de los medicamentos por parte de las farmacéuticas ante la Anvisa, algo que no ha ocurrido hasta el momento.
En su misma publicación en Twitter, Bolsonaro justificó la decisión del Ministerio de Salud de aplazar la compra de jeringas y vacunas para iniciar el proceso de vacunación por los altos precios exigidos por los fabricantes y afirmó que Brasil cuenta con existencias suficientes para iniciar la campaña.
“Como hubo interés del Ministerio de Salud en adquirir jeringas para su inventario regulador, los precios se dispararon y el Ministerio suspendió la compra hasta que los precios vuelvan a la normalidad”, afirmó el gobernante tras asegurar que Brasil consume 300 millones de jeringuillas por año pero también es uno de los mayores países fabricantes del material.
“Estados y municipios tienen inventarios de jeringas suficientes para el inicio de la vacunación, ya que la cantidad de vacunas en un primer instante no es grande”, agregó.
Para garantizar el material, el Gobierno brasileño impuso restricciones a las exportaciones de jeringas y agujas, y divulgará esta misma semana una medida para eximir de impuestos la importación de las mismas.
El lunes, además, el Ministerio de Salud ultimó con los fabricantes nacionales la adquisición de 30 millones de jeringas y agujas que espera recibir hasta finales de enero, para lo que hizo una requisición administrativa con el fin de obligar a los fabricantes a entregarle sus excedencias.
Tal medida excepcional fue necesaria tras el fracaso del concurso de la semana pasada con el que el Gobierno esperaba adquirir el material por haber fijado precios muy inferiores a los esperados por los fabricantes.
Entonces, el Ministerio de Salud tan solo logró comprar el 2,5 % de las 331 millones de jeringas que tenía previsto adquirir.