Juicio al oftalmólogo: “Yo fui abuela y no pude ver el rostro de mis nietos”
Fue uno de los últimos testimonios en el juicio oral que se lleva adelante a un profesional santafesino, acusado de haber ocasionado un grave daño físico y psíquico a una paciente.
El martes 13 de junio concluyó la etapa de declaración de testigos por el juicio oral y público a un médico oftalmólogo de la ciudad de Santa Fe, acusado de haber ocasionado un grave daño a la salud física y psíquica de una paciente, a la que recomendó operarse a fines de 2013.
Sin dudas el testimonio central de la jornada fue el de la denunciante y víctima del proceso penal que se sigue contra JAJL, la cual ingresó a la sala guiada por otra mujer y llevando en su mano derecha un bastón verde, propio de las personas con “discapacidad visual baja”.
Su declaración duró una hora completa y remitió al antes, durante y después de la operación que el médico enjuiciado le realizó el 17 de diciembre de 2013 en una clínica privada de la Recoleta santafesina.
Pero fueron sus últimas palabras las que generaron gran conmoción: “Yo fui abuela y no pude ver el rostro de mis nietos”, dijo implorando justicia.
Alicia DVG definió sus últimos años como “un calvario” y no ocultó la rabia y el dolor que le produce la situación que atraviesa, con un diagnóstico de ceguera del 80%. Sin embargo, “hoy estoy contenta porque he llegado a lo que quería”, que era tener un juicio justo.
“Tuve una mala cirugía que me hicieron, pensando y depositando toda mi fe de que iba a salir bien, y no fue así”, introdujo frente al tribunal que preside la jueza Celeste Minniti, junto con sus pares Leandro Lazzarini y Pablo Ruiz Staiger. “Fui a que me recete anteojos, pero me dijo que con una lente intraocular no iba a necesitar más anteojos. Confié y ya me ve”.
La Fiscalía, a cargo del Dr. Roberto Apullán, le preguntó cuáles eran sus problemas de visión previos a la consulta, a lo que la mujer contestó que “notaba que me costaba leer y ver de lejos también. Era insignificante, por eso fui a que me recetaran anteojos”, insistió.
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-¿Efectuó otras consultas previas?
-No, fui al Dr. L. por primera vez.
-¿Cuántas veces fue?
-Fui un jueves y el martes (siguiente) ya me dio para hacer la cirugía.
Luego habló del día después de la intervención. “Cuando salí veía borroso y él me dice ‘salió bien la operación de cataratas’” a lo que ella le reprochó que le había diagnosticado “astigmatismo”. Y el médico le volvió a decir que “iba a estar todo bien y no fue así”.
La fiscalía quiso saber si para operarla, el médico había prescripto estudios previos. “Me preguntó si me había hecho algún estudio de corazón, pero lo único que hizo fue medirme la presión ocular”. “Yo no le pedí mayores detalles porque fui con una confianza tan grande. Confié, me dijo que nunca más iba a usar anteojos”, volvió a repetir.
-¿Le planteó la posibilidad de que hubiera consecuencias?
-Nunca, al contrario.
“Yo después de la cirugía me sentía muy mal, me dolía la vista” y cuando lo llamaba para que la viera le respondía que era “algo simple, que todo va a nadar bien, que no necesitaba estudios”.
El día de la operación fui acompañada de mi hija Antonela. Entré muy felizmente en ese momento”. También le consultaron si en el momento previo a la intervención recibió algún tipo de información, de parte del médico o de personal de la clínica, a lo que Alicia DVG contestó con un “no” rotundo.
A la pregunta de cuántas veces lo vio al médico que la operó, la señora contestó que “la primera vez lo vi. Pero la segunda vez, después de la operación, no podía distinguir más la cara”. “Me pusieron unas gotitas en los ojos porque empecé a sentir como pinchazos”, recordó.
-¿Qué pasó cuando salió de la sala?
-Me dijo que me ponga unos anteojos de sol que no llevaba, ni yo ni mi hija. Me dijo que no agarre sol y así nos fuimos.
“Los días subsiguientes yo solamente se el sufrimiento y el calvario que pasé”. “Mi hija me decía que tenía los ojos bañados en sangre. Yo lo llamaba por teléfono y él me decía: ‘quédese en reposo que ya va a andar bien’”. “Estuve casi un año (así), por eso le digo que fue un calvario. Durante un año los ojos me dolieron. ‘Eso es normal en una cirugía’, me decía y me daba gotitas por teléfono”, declaró.
-¿Cuántas veces fue revisada después de la operación por el doctor L.?
-Fui atendida por él cerca del año. Fui a decirle que no tuve ninguna mejora, que veo bultos y siluetas. Me dijo ‘sabe qué, me tiene cansado, no venga más acá, búsquese otro oftalmólogo’”. “Le dije que lo iba a denunciar” y es entonces cuando “me agarra del brazo y me empuja contra la pared y me dice: ‘Ni se le ocurra denunciarme, usted no sabe con quien se mete’”.
Después, “tuve comentarios de que a muchos calló así”. Pero “que venga un Don Nadie y que me tire contra la pared… por eso quise que se quede presente (en la sala de audiencia), porque no le tengo miedo. Ni mis padres, ni mi marido ni nadie nunca me levantó una mano… Esa fue la última vez que lo vi y lo denuncié en la obra social”, sostuvo la testigo.
-¿Fue atendida por otros profesionales?
-Cuando hice la denuncia en Iapos me mandaron al doctor F., que hizo los estudios y dijo que estaban bien. Pero no sé que tan bien estaban esos estudios. Después me mandaron a Rosario y acá en el hospital (Cullen) vieron la discapacidad que tengo en la vista. La doctora R. me dijo que veía el 20 % y que tenía que usar bastón.
El juicio contra el médico oftalmólogo JAJL comenzó el viernes 9 de junio con los alegatos de apertura y declaración de testigos. Unas decena de personas, en su mayoría médicos, declararon entre ese lunes y el martes de esta semana.
JAJL está acusado como presunto autor de los delitos de “lesiones dolosas graves y gravísimas” en perjuicio de Alicia DVG por el cual la fiscalía (Dr. Apullán) y la querella (a cargo del abogado Mauricio Frois) pidieron condenas que van de los 2 años y 6 meses hasta los 6 años de prisión.
La defensa de JAJL se encuentra a cargo de los abogados particulares Ignacio Alfonso Garrone y Clara Vázquez, quienes postularon la inocencia de su pupilo y solicitaron la absolución de culpa y cargo.