La EPE tiene sólo 5 inspectores para controlar las calderas de 700 empresas
Es tan poco el personal que las auditorías son realizadas por profesionales contratados por las mismas plantas.
A un mes de la explosión del laboratorio Apolo, la Empresa Provincial de la Energía (EPE) esta revisando los procedimientos para la habilitación y control de calderas. Las empresas que cuentan con instrumentos sometidos a presión ya están recibiendo la notificación que da cuenta de estos cambios. El área de Inspección de Calderas de la zona sur tiene que fiscalizar a unas 700 empresas de siete departamentos del sur provincial, para esto cuenta apenas con cinco agentes y un solo vehículo.
“Más que sorprenderse por el siniestro ocurrido en las calderas del Laboratorio Apolo, hay que agradecer que no se produzcan ese tipo de situaciones con mayor frecuencia”, aseguran a la par personas que conocen de cerca el mecanismo de habilitación de calderas, de uno y otro lado del mostrador, y aportaron información pidiendo que se mantengan sus nombres en reserva.
La EPE es el organismo encargado de habilitar y controlar el funcionamiento de las calderas y aparatos sometidos a presión que se utilizan tanto para la producción industrial como para la calefacción doméstica.
Normativa. La tarea se rige por una ley provincial (Nº 1.373) y un decreto reglamentario (Nº 605/16), de abril pasado. Este llegó para reemplazar una norma de 1992 que, según se advierte en el nuevo decreto, “establece una serie de definiciones y parámetros técnicos que requieren una inmediata actualización, debido, principalmente, a los avances tecnológicos que en este tipo de aparatos se han ido produciendo”.
Sin embargo, la empresa provincial aún no terminó de definir la normativa específica que debe establecer, por ejemplo, cómo se deben desarrollar las inspecciones de las calderas, con qué instrumentos deben realizarse y con qué periodicidad.
Entre otras cosas, este instructivo debe determinar también cuáles son los elementos de seguridad que deben tener cada uno de los equipos sometidos a presión.
Un aspecto importante, sobre todo después de que la voladura de una caldera del laboratorio de barrio Tablada hiriera gravemente a un hombre, redujera a escombros dos propiedades y provocara daños en otra decena de viviendas.
“El reglamento para la inscripción de calderas es bueno, pero hasta que la EPE apruebe el instructivo no sirve para nada”, advirtieron profesionales del sector.
En proceso. Frente a la consulta de La Capital, desde la empresa se limitaron a indicar que “se está en el período de reglamentación del decreto, lo que supone un trabajo de redacción de nuevos procedimientos”, apuntaron voceros de la empresa y señalaron que la tarea se está desarrollando en conjunto con el Colegio de Ingenieros.
En ese contexto, apuntaron, las empresas que trabajan con calderas o instrumentos de presión se están notificando de los cambios.
Sin personal. El área de Inspección de Calderas depende de la gerencia de Infraestructura de la EPE. En 1981 se creó una oficina en la zona sur, ya que antes todo se centralizaba en la capital provincial.
De la oficina de la zona sur dependen siete departamentos, incluidos los cordones industriales de Villa Constitución, Rosario y San Lorenzo. En toda esa área, hay unos 700 usuarios inscriptos, chicos o grandes, que poseen calderas o aparatos a presión. Un conjunto que abarca desde un taller siderúrgico con apenas una caldera hasta grandes plantas que pueden sumar cientos de instrumentos de presión en sus galpones.
Para atender toda esta demanda, la oficina encargada de inscribir, habilitar y controlar todos estos aparatos tiene apenas cinco empleados y un vehículo que se les adjudicó recién hace tres años. El responsable del sector se jubiló en diciembre pasado y aún no se ha nombrado un nuevo jefe.
Jueces y parte. Por eso, explican quienes conocen los movimientos de la oficina, “las auditorías sobre el funcionamiento de las calderas las hacen profesionales contratados por los dueños de las empresas, el papel de los agentes del Estado podría decirse que es sólo de fiscalizador, ya que el personal recibe la información que trae el profesional que hace el trabajo”.
Las habilitaciones de las calderas y los aparatos de presión deben renovarse anualmente. Para esto, los instrumentos deben someterse antes a inspecciones técnicas. Un trabajo que realizan ingenieros particulares.
“Las inspecciones anuales se realizan, pero quedan a pura responsabilidad del matriculado contratado por las empresas para la inspección de las calderas. Los inspectores de la EPE apenas corroboran los informes que hacen estos profesionales porque el cupo de gente no da más que para eso”, explican profesionales vinculados a la empresa provincial.
Y ponen un ejemplo. “Una petroquímica tiene habilitadas tres calderas y 750 aparatos de presión. Para inspeccionarlos todos tenés que hacer unas 15 o 20 visitas al año. Eso para atender a una sola empresa”.
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