La Fundación Favaloro informó el cierre de dos sedes por la crisis
El doctor Oscar Mendiz, director del Instituto de Cardiología de la entidad, explicó que tanto la sede de la calle Arenales en la Ciudad de Buenos aires, como la de Pilar eran alquiladas y se optó por mantener la fuente de trabajo de los 50 empleados que serán reubicados.
El doctor Oscar Mendiz, director del Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular de la Fundación Favaloro, dijo hoy que la decisión de cerrar las sedes de Arenales y Pilar “es una medida dolorosa”, agregó que ambas sedes eran alquiladas y que “hubo que optar entre seguir pagando esas locaciones o mantener las fuentes de trabajo”.
La medida afecta a unos 50 empleados (25 por establecimiento) que serán reubicados en el edificio central de la avenida Belgrano, sobre los 1.600 con los que cuenta la Fundación. En los casos en que haya personal que no acepte esta propuesta por cuestión de distancia -como los que se desempeñan en Pilar- se negociará la forma de algún acuerdo entre las partes, agregó.
La sede de Arenales, por su parte, dejará de funcionar a fin de mayo y el de Pilar lo hará a fin de junio.
En los últimos dos meses, por temor a los contagios, la gente dejó de concurrir a las visitas médicas y centros de salud, indicó Mendiz a Télam.
“Las prácticas ambulatorias cayeron entre el 50 y 70%, dependiendo del estudio. Las internaciones cayeron entre el 45 y 50%”, dijo, y agregó que “en los centros que se están por cerrar la caída es casi del 100% porque es todo medicina ambulatoria, chequeos que es entendible que se suspendan”, detalló.
“Nunca habíamos experimentado una caída tan drástica de atención de pacientes, tal vez mermaba un poco en verano, pero nunca una caída tan brusca, y la Fundación depende exclusivamente de los ingresos por sus servicios”, lamentó el doctor Mendiz.
“Sumado a una crisis que veníamos arrastrando producto de la devaluación de los últimos dos años, más los valores de las prácticas médicas que no siguieron el ritmo de la inflación, la situación se vuelve insostenible y se sumó el vencimiento de los contratos de alquiler de los dos centros y la imposibilidad de renovarlos en medio de la crisis económica”, explicó el cardiólogo.
“La Fundación recibe ayuda estatal desde fines del año pasado (a través del Procedimiento Preventivo de Crisis) y ahora en la emergencia sanitaria fue incorporada también al programa ATP, pero esa ayuda representa menos del 20% del presupuesto, unos 50 millones sobre los 400 millones de presupuesto que tiene”, explicó Mendiz a Télam.
También recordó que durante el gobierno anterior tenían la posibilidad de contar con una importante inversión de un grupo español, incluso íbamos a construir otro hospital, o se habló en su momento de comprar al Centro Gallego, pero todas esas negociaciones quedaron en “stand by” debido a la crisis económica y al aumento del riesgo país.
La situación no es la más favorable, pero el director del Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular de la Fundación Favaloro indicó que no pierden las esperanzas de salir adelante y siguen evaluando la posibilidad de alianzas con firmas extranjeras, o lo público y privado. Nuestro futuro no va a ser sustentable si no crecemos”, concluyó Mendiz.
El doctor René Gerónimo Favaloro, creó la Fundación que lleva su nombre en 1975, concebida no sólo como una clínica sino también como un centro de capacitación donde estudian alumnos de diferentes partes del mundo.
En el 2000, la Fundación Favaloro se encontraba en una difícil situación, como acreedora de grandes deudas del PAMI y otras obras sociales, y endeudada en unos 18 millones de dólares estadounidenses, por lo que Favaloro pidió ayuda al gobierno nacional, sin recibir una respuesta oficial. El 29 de julio del 2000, se disparó un tiro al corazón.
“Estoy pasando uno de los momentos más difíciles de mi vida, la Fundación tiene graves problemas financieros. En este último tiempo me he transformado en un mendigo. Mi tarea es llamar, llamar y golpear puertas para recaudar algún dinero que nos permita seguir”, escribió en ese entonces el reconocido cardiólogo argentino.