La noche del adiós
Como en las jornadas previas, los fuegos artificiales insonoros llenaron de colorido el cielo ante la atenta mirada de Cito que estuvo hasta en el último detalle del cotillón sobre el escenario. Todo listo. Todo preparado. Señoras y señores: bienvenidos a la última noche del Festival del Pescador.
Silvia Mugica
Mucho se puede decir de los festivales folclóricos que hay a lo largo y a lo ancho de todo el país, pero un tanto más, de lo que pasa en nuestro festival del Pescador. De esa trastienda que conforma un capítulo aparte, sin lugar a dudas y de esa pasión que mueve a miles y miles de fanáticos que sin acobardarse esperan largas horas para ingresar finalmente al Balneario Don Roque.
Allí es donde se desata la adrenalina, cuando después de formar interminables colas, parados, al rayo del sol, con los brazos y el cuerpo colapsados de sostener sillones, mochilas, conservadoras, equipos de mate, algún abrigo y, por supuesto el celular, se abren las puertas del predio. Sin un mínimo vestigio de cansancio o malhumor. Todo es sonrisas, todo es felicidad. Y ya con un pie en la arena, comienza la maratónica carrera por ganar el mejor lugar. Literalmente. Una vez lograda la ubicación, arranca la previa de mates y charla, de reencuentro y de nuevos amigos.
Y en esa fiesta paralela, la de los fanáticos -no sólo de los artistas convocados sino del encuentro en sí mismo-, está una de las grandes razones por la cual el festival se mantiene de pie.
3, 2, 1…
Detrás de bambalinas la pasión corre como un reguero de pólvora y va desde los integrantes de la Comisión Organizadora, pasando por la producción general, el sonido, la iluminación, los cocineros, ayudantes, mozos, colaboradores, personal de seguridad y la prensa hasta llegar a las voces de los encargados de la conducción: Pipi Rivero, Gisela Sosa y Jorge Fulco. Como en las jornadas previas, los fuegos artificiales insonoros llenaron de colorido el cielo ante la atenta mirada de Cito que estuvo hasta en el último detalle del cotillón sobre el escenario. Todo listo. Todo preparado.
Señoras y señores: bienvenidos a la última noche del Festival del Pescador.
En la apertura del show la danza tuvo a los ganadores del Pre-Festival en el rubro Pareja Estilizada: Mirian Miranda y José Ayala, quienes dejaron su arte hecho movimientos para el agrado de los presentes. Los jóvenes artistas, oriundos de San Carlos Centro, bailaron rasguidos dobles y chamamés, llevándose los primeros aplausos de la platea.
Otro de los ganadores del Pre-Festival (rubro Solista Masculino) tuvo un exitoso paso por la tercera jornada musical, Héctor Gustavo Díaz. Dueño de una voz privilegiada y acompañado musicalmente por Cristian Sampaloni y Mariano Cervantes interpretó “Hoy he vuelto al río” (de su propia autoría), “Mi chamamé”, “Paraná en una zamba” y “Padre del carnaval” respondiendo al pedido de bis y en homenaje a Horacio Guarany. Gran noche para el artista que se ganó la ovación de la gente.
El chamamé se hizo presente con el grupo Nuevo Amanecer y vino de la mano de Julián Bak en bandoneón, José Echeverría en acordeón, Ariel “Arito” Cardozo en bajo y Sergio Arzamendia en guitarra. Sonaron temas como “Puerto Tirol”, “De Santa Fe a Corrientes y “La enchamigada” (nombre de su último material discográfico). Jóvenes artistas que hicieron levantar de sus asientos a los primeros bailarines de la noche. Como respuesta a su propuesta musical, la concurrencia les brindó una calurosa despedida.
Agradecimientos
Agradeciendo la participación del público, el Presidente Comunal Pedro Uliambre junto a Gustavo López Torres y Fabián Romagnoli, resaltó la importancia de la labor de los que colaboran en la organización y forman parte del prestigioso evento. De la misma manera lo hizo el Gobernador de la Provincia Omar Perotti, quien destacó el valor del festival y alentó a todos a seguir acompañando el crecimiento del mismo.
Enseguida el humor, a cargo de Fernando “Gringo” De Boever, mantuvo distendidos y a las carcajadas al público.
El Ballet Comunal de Sauce Viejo nuevamente brilló con todo su esplendor. Gato, bailecito, firmeza, chacarera, remedio, escondido, jota cordobesa, zamba, arunguita y tuaj fueron cronológicamente bailados por sus integrantes.
Trayendo temas como “El umbral”, “Te quiero”, “Atrévete a mirarme de frente” y “Traigo un chiflido” se sumó al encuentro Esteban Cuestas, músico, docente, productor artístico de la música del Litoral, recopilador e investigador folclórico. Su presencia en el festival no pasó desapercibida por la platea, que lo aplaudió generosamente.
Más presencia federal
San Javier estuvo representada por Ana Laura Testa, quien acompañada por Pablo Minen en batería, Federico Palacios en guitarra, Luis Miguel Farías en acordeón y Brian Aprile en guitarra y en baile. “Entre a mi pago sin golpear”, “Km 11”, “Punta Cayastá”, entre otros temas, fueron del agrado de la gente.
Otra de las grandes sorpresas de la noche fueron los integrantes de Padularrosa Romero y Terruñeros. Casi imposible se hizo no querer encontrar pareja de baile y salir a la pista o soltar al viento algún sapucay. Joaquín Padularrosa, Iván Oviedo, Marcelo, Facundo y José Manuel Romero fueron los responsables de agitar la fiesta con temas propios y clásicos del chamamé. Con 10 años de trayectoria, los entrerrianos oriundos de Victoria, se entregaron a la concurrencia en temas como “Cuando voy pa’ Federal”, “A la doma de San Justo”, entre otros. Conocedores de grandes escenarios, como el del festival del chamamé, que los tendrá este próximo 21 en Corrientes, supieron “ponerse en el bolsillo” a la gente que no los dejaba ir, pidiéndole uno y otro tema. Fueron despedidos con una merecida ovación.
Una gran variedad de ritmos trajeron los chicos de Positivo Folk: David Díaz, Lucas Laurenti, Gabriel Schepko en voces, César Paredes, Exequiel Pícolo, Mariano Porta, Lucas Fantino, Mariano Ereñú y Juan María Riquelme en acompañamiento musical. Los galvenses, a pura fuerza sostuvieron al clima de alegría. “Fiesta en el cielo”, “La alejada” fueron de la partida, entre otros temas. Palmas arriba y abajo del escenario se hicieron escuchar a lo largo de toda la presentación. Muy buena respuesta del público, que disfrutó del show de principio a fin.
Córdoba y Mendoza
Algunos minutos habían pasado de la una de la madrugada cuando Los Piovanos llegaron con “La zamba del negro alegre”. Propuesta musical conformada por una familia oriunda de Villa del Rosario y que lo tiene al padre Napoleón junto a sus tres hijos, Milagros, Magalí y Napoléon. Con un puñado de canciones, brindaron un espectáculo que se llevó la adhesión de la platea y que los hizo ganadores de la distinción “Revelación del Festival” en esta trigésimo sexta edición, otorgada por la Comisión Organizadora.
“Zamba del olvido”, “Celador de sueños”, “Barro tal vez”, entre otros temas fueron interpretados por Seba Garay, artista de Guaymallén. El músico tuvo la difícil tarea de ser el número anterior al show de Pintos. Menudo trabajo que sorteó con comodidad ante la impaciencia de los fanáticos, plantándose en el escenario con soltura y determinación. Su voz firme y su apasionada entrega, se ganaron el acompañamiento de la gente que, haciendo palmas y calentando su voz haciéndole los coros al mendocino, lo despidieron calurosamente.
Exitoso cierre
Unos pocos minutos habían pasado de las dos de la madrugada cuando, el más esperado de la noche puso fin a la espera de los fanáticos.
Vestido con una remera, pantalón y chaleco blanco, Abel Pintos apenas puso un pie en el escenario recibió los gritos de miles de impacientes almas.
Y fue que llegaron, una tras otra: “El adivino”, “Pájaro cantor”, “Aquí te espero”, “Tiempo”, “Juntos”, “Cómo te extraño”, “Oncemil”. El artista le agradeció a la gente que lo sigue convocando al festival y lo sigue acompañando. “Son generosos y muy amables por recibirme. Valoramos ese gesto y esa actitud que han tenido para con nosotros” dijo Abel, quien cerró su primer contacto con el público diciendo “Gracias por venir una noche más a acompañarnos”.
Su repertorio se completó con otros ovacionados clásicos, que fueron acompañados por el fervor de la platea. En un clima donde la energía se contagiaba y parecía no tener fin, se renovó el amor entre el cantante y su público.
Exitoso cierre de esta 36° edición, que se lleva la alegría y la participación de los amantes del folclore, esos que hacen del festival un lugar de reencuentro y pasión y que, indudablemente, son el gran motor que impulsa a la organización a seguir apostando con esfuerzo y dedicación a la realización del mismo.