Las playas de la capital santafesina están colapsadas
Guardavidas advierten que la capacidad de las playas de Santa Fe está “ampliamente” superada.
Los trabajadores alertan sobre la gran cantidad de personas que concurren a los balnearios de la ciudad, el nulo cumplimiento de los protocolos preventivos de covid, el excesivo consumo de alcohol y las mordeduras de palometas.
A pesar de la pandemia de coronavirus, las playas de la ciudad de Santa Fe son el centro neurálgico frente a un calor agobiante.
Se sabía que iba a ser un verano complicado en Argentina debido a las restricciones existentes en el marco de la pandemia por coronavirus. Son muchas las personas que optan por veranear en sus respectivas ciudades para evitar los riesgos de contagio que representa un viaje.
Por tal motivo, las playas de la ciudad de Santa Fe son el centro neurálgico del esparcimiento de los santafesinos frente a un calor agobiante. Sin embargo, es notorio el nulo cumplimiento de los protocolos preventivos de Covid. Pero además, preocupa los altos niveles de consumo de alcohol –que en muchas ocasiones genera disturbios- y, como si fuera poco, aparecieron mordeduras de palometas.
Es notorio el nulo cumplimiento de los protocolos preventivos de Covid. Pero además, preocupa los altos niveles de consumo de alcohol –que en muchas ocasiones genera disturbios- y, como si fuera poco, aparecieron mordeduras de palometas.
Es notorio el nulo cumplimiento de los protocolos preventivos de Covid. Pero además, preocupa los altos niveles de consumo de alcohol –que en muchas ocasiones genera disturbios- y, como si fuera poco, aparecieron mordeduras de palometas. Al respecto, Sergio Berardi, miembro de la Comisión Directiva Nacional a cargo Seccional Santa Fe del Sindicato Único de Guardavidas de la Argentina (Sugara) expresó su profunda preocupación. “Era previsible que los balnearios y la zona de la laguna, más los parques del Sur y Garay, iban a ser por excelencia los lugares donde se iba a poder tener contacto con el agua para los miles de santafesinos que buscan mitigar el calor”, explicó el guardavida quien afirmó que “la capacidad de carga de esos espacios está superada ampliamente”.
Según Berardi, de esa saturación de personas “derivan los problemas que hemos tenido en los últimos fines de semana”. “¿Existen los protocolos? Sí. ¿Se logran cumplir? No. No se puede controlar a semejante cantidad de personas”, sostuvo el trabajador quien además, advirtió que “la faz preventiva de la policía no se desarrolla de la forma en que debería”. Sobre el mismo punto, el representante de los guardavidas expresó que “la actitud de la policía debería ser más activa y no tan pasiva. Están esperando que pase algo o que nosotros los llamemos. Debería haber más prevención”. “Es una masa de personas de dos o tres mil personas. Se hace muy difícil de controlar”, aseguró.
Las palometas son otro problema
Otro de los puntos que preocupa a los guardavidas es la aparición de palometas por la bajante. “En dos días hubo entre 15 y 17 mordidos. Todo esto es un combo que el guardavida solo no puede hacerse cargo”. Para Berardi “es necesario que se vaya ajustando sobre la marcha los dispositivos de control y pedirle a la gente que colabore”. Además, el guardavida habló de un “enemigo invisible: el excesivo consumo de alcohol”.
El trabajador denunció que “nadie controla” esa situación y la que es, muchas veces, la generadora de disturbios. Al ser consultado sobre los reclamos presentados ante las autoridades, Berardi señaló que “venimos hablando hace meses con la Municipalidad”, pero resaltó que “ahora lo que nos preocupa es la seguridad de nuestros compañeros”. En tal sentido, el sindicalista dio a entender que se presentará un reclamo formal ante la cartera laboral de la provincia. “Lo que nos queda es empezar a resguardar los derechos de los compañeros mediante el Ministerio de Trabajo”, indicó.