Ley de agricultura periurbana para fortalecer los cinturones verdes
“Es una propuesta innovadora que deja atrás el conflicto entre lo urbano y lo rural, y plantea un modelo de integración y desarrollo territorial equilibrado, que busca potenciar a los productores, la producción sustentable y el cuidado del medioambiente”, detalló el presidente de la Cámara de Diputados.
El presidente de la Cámara de Diputados, Miguel Lifschitz, presentó este miércoles un proyecto de ley para promover los cinturones verdes y regular la actividad agropecuaria en las zonas periurbanas de pueblos y ciudades de la provincia, con el objetivo de intervenir en esos espacios con una perspectiva de desarrollo territorial, durante un encuentro virtual con diferentes referentes del sector. Se trata de la primera iniciativa en el país en este sentido y crea además un fondo específico para la reconversión productiva y el apoyo a emprendimientos relacionados a la producción sustentable de alimentos y la bioeconomía.
“Estamos presentando una propuesta innovadora de regulación y planificación -comenzó por definir Lifschitz-, que deja atrás la historia de conflicto entre lo urbano y lo rural, y plantea un modelo de integración y desarrollo territorial equilibrado, con acento en la promoción, es decir, que busca multiplicar y potenciar a los productores, y no meramente hacer eje en las prohibiciones y el control. Es un modelo superador que apunta a establecer un ciclo virtuoso, promoviendo la producción sustentable de alimentos, los servicios ecosistémicos y la salud socio ambiental”.
En tal sentido, el titular de la Cámara baja añadió: “Tendremos más producción, con mejor calidad y seguridad, porque se va a potenciar la producción la producción sustentable de orientación agroecológica, que cada vez es más demandada por la población. Esto beneficiará a pequeños productores, generando fuentes de trabajo y desarrollo local; además se propiciará el desarrollo de actividades conexas como servicios e insumos para este tipo de producciones y también fábricas que agreguen valor, que elaboren alimentos y subproductos”
Lifschitz destacó, además, que el proyecto “rescata las demandas del sector rural y de los sectores urbanos, reconociendo lo que se denomina la realidad rururbana”, a la vez que “se apoya en la gestión metropolitana para lograr mejores resultados y mayor cohesión territorial”.
Asimismo, detalló que otro de los objetivos propuestos es “promover actividades productivas de vanguardia como la utilización de biomasa o los residuos de la producción primaria para la elaboración de subproductos que puedan convertirse en energía o fertilizantes naturales”.
La presentación de la iniciativa se realizó durante un encuentro virtual con unos 60 referentes de organizaciones sociales y de emprendedores, productores de alimentos de áreas metropolitanas, INTA, referentes de la agricultura familiar, representantes de las universidades nacionales de Rosario y el Litoral, Colegio de Ingenieros Agrónomos, Federación Agraria Argentina, el Foro de la Soberanía Alimentaria, la Bolsa de Comercio de Rosario y empresas productoras de alimentos. También participaron cocejales y legisladores provinciales.
Creación del suelo periurbano
El proyecto crea la figura del suelo periurbano, esto es, una interface entre lo rural y lo urbano. Es un tipo de suelo dedicado especialmente a la producción de alimentos de cercanía con el objetivo de fortalecer la seguridad y soberanía alimentaria de pueblos y ciudades. A su vez, estos espacios son estratégicos para responder a las nuevas demandas de la sociedad por una ruralidad multifuncional, capaz de desarrollarse en armonía con valores sociales y ambientales.
La identificación del suelo periurbano incluye tanto aspectos cuantitativos como cualitativos para su zonificación, de modo de evitar las incompatibilidades con los usos urbanos y rurales, por un lado, y jerarquizar aspectos históricos, paisajísticos, identitarios y territoriales propios de cada localidad o región. Esto, a su vez, facilita el ordenamiento de las actividades y prácticas productivas factibles de desarrollarse en las adyacencias urbanas.
Otra ventaja de contar con suelo periurbano es que rescata los principios de la salud socio-ambiental y servicios ecosistémicos y promueve los principios de la sostenibilidad en el territorio, conservando el equilibrio del agroecosistema y su biodiversidad.