Los empleados públicos nacionales tendrán asueto el 24 y el 31 de diciembre
Cuando falta solo una semana para la Nochebuena, el Gobierno decretó a través del Boletín Oficial el asueto para el personal de la administración pública nacional el 24 y el 31 de diciembre.
La medida, que lleva las firmas del presidente Alberto Fernández y del Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, detalló que, según la Ley N° 27.399, ambos días, vísperas de las festividades de la Navidad y del Año Nuevo, son laborables.
No obstante esto, la administración de Fernández consideró: “Las citadas fechas constituyen tradicionalmente motivo de festejo para todas las familias argentinas y extranjeras que habitan en nuestro territorio”. Por este motivo, decidieron: “Se considera conveniente otorgar asueto administrativo los días 24 y 31 de diciembre del corriente año”.
En el documento aclararon que la medida no alcanza a las instituciones bancarias y entidades financieras y se convocó a instruir a los distintos organismos para que implementen las medidas necesarias a efectos de mantener la continuidad de los servicios esenciales.
En el país hay unos 3.000.000 de trabajadores públicos. Pero no todos ellos dependen de la Nación, la Unión Personal Civil de la Nación (UPCN) y la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) son los dos principales gremios estatales, donde UPCN tiene una presencia mayoritaria frente a ATE, representando a un 70%. De la Nación dependen aproximadamente unos 700.000 empleados.
A raíz de la pandemia del coronavirus, el gobierno nacional dispuso en todo el territorio el distanciamiento social, preventivo y obligatorio y, a pesar de que instó a extremar las medidas y no llevar adelante grandes encuentros, esta decisión podría fomentar a muchos a juntarse con sus familias en estas Fiestas.
El Ministerio de Salud de la Nación (MinSa) elaboró un listado de recomendaciones para minimizar el riesgo de transmisión de coronavirus durante las celebraciones de Navidad y Año Nuevo. Entre las principales medidas del protocolo se aconseja limitar las reuniones sociales durante los 14 días previos, que las fiestas se realicen al aire libre o en su defecto en ambientes bien ventilados siempre con un número limitado de personas y, en lo posible, que las celebraciones solo se realicen con convivientes o grupo habitual de contacto (burbuja).