Los jóvenes sub 35 tratan a sus mascotas como si fueran hijos
Dos consultoras especializadas -Gale y Pew Research Center- realizaron una investigación entre adultos jóvenes y millennials de 20 a 36 años sobre cuál es la relación con sus mascotas. Cómo depositan en el cuidado de sus animales domésticos el entrenamiento y aprendizaje necesarios para inspirarse cuando llegue el tiempo de ser padres.
“Es mucho más que una mascota”, suele ser una frase muy escuchada entre las personas que son dueñas o viven con un perro o un gato. Para los adultos jóvenes –sub 36– y millennials –sub 30– recién salidos del nicho familiar o incluso para los que se quedan en la casa de los padres –mientras estudian y trabajan– incorporar la primera mascota suele ser un hito más anhelado que el matrimonio y los hijos.
Es por eso que la mascota se convierte en algo más que un mero animal de compañía. Atender, cuidar a una mascota se convierte en la primera prueba de abandonar cierto egocentrismo que envuelve a la juventud y ayuda a descentrarse. Será la primera “relación de dependencia” (mascota-joven) que no se establecerá con mamá o papá. Por eso, las mascotas de los jóvenes sub 25-30-35 gozarán de muchos derechos y pocas obligaciones.
Muchos de estos jóvenes y millennials consideran a su mascota como una parte esencial de sus vidas. Además de los cuidados básicos, baño, comida, afecto, las mascotas ocuparán un lugar de privilegio en la casa e incluso en el presupuesto: paseadores, veterinaria, peluquería canina y hasta pet shops de lujo para indumentaria, juguetes para animales y coqueterías.
Dos informes recientes y de alguna manera complementarios con el tema uno de la agencia Gale y otro del Pew Research Center descubrieron que casi la mitad de los jóvenes y millennials ven a sus mascotas como una “instancia de práctica” antes de tener hijos. Según el texto del estudio, el 44 % de los jóvenes piensan de esta manera, y el 21 % lo cita como una de las razones para elegir tener una mascota.
Estos jóvenes piensan que sus mascotas son un buen “primer paso” antes de pensar en un futuro ligado a la paternidad o maternidad. Por otro lado, el 21% confesó que fue justamente esta razón la que los llevó a incorporar una mascota a su hogar.
El universo etario y sociocultural analizado para llegar a estas conclusiones, fueron jóvenes de entre 20 y 36 años con mascotas, en su mayoría perros y gatos. Por otro lado, la investigadora de mercado Packaged Facts llegó a una idea similar: el deseo de tener una mascota prevalece en los jóvenes sub 30, en parte porque piensan que algún día aprenderán algo de la experiencia y los ayudará a ser buenos padres.
Infobae dialogó con María Virginia Ragau, especialista en etología clínica para comprender el comportamiento de los dueños con sus mascotas: “Muchos jóvenes adultos ven a su mascota como aquella que llena el hueco de un hijo, ya que ven en el animal una responsabilidad fuerte, como cuidar su salud y llevarlo al veterinario, preocuparse por su paseador, entre otras cosas”. La especialista además suele ver en su consultorio a muchos jóvenes buscando el mayor bienestar para sus mascotas.
El psicólogo Gervasio Díaz Castelli planteó a Infobae acerca de la necesidad de llenar un hueco afectivo, como puede ser un hijo, con una mascota. “En cuanto a la función materna, muchas personas la subliman o practican teniendo mascotas, en general con los perros, que son los que más se ‘humanizan'”, prosiguió.
El psicólogo agregó que a veces los más jóvenes buscan tener una mascota antes que un hijo porque primero eligen realizarse como profesionales y luego formar una familia; aunque muchas veces esto signifique para muchos hombres y mujeres, que luego los apurará el reloj biológico.
“El rasgo de inmadurez en algunos casos puede ser resistencial, es decir, me hago cargo de algo como es una mascota que significa una responsabilidad a medias, ya que no se puede comparar con un ser humano, y la necesidad de atención y protección es menor”, afirmó Díaz Castelli.
Los millennials y adultos jóvenes muestran interés y ganas de llevar a sus mascotas a lugares públicos. Tres de cada cuatro millennials que respondieron al estudio de Gale dijeron que “son más propensos a derrochar dinero en algo para sus mascotas, que en algo para sí mismos”.
A la hora de viajar hay que considerar a los animalitos y a la hora de la mudanza también. Este es un tiempo en donde los espacios y viviendas pet friendly existen y ofrecen comodidades y opciones varias, lo mismo que los aviones, hoteles y restaurantes. Ya no es un impedimento planificar vacaciones o viajar con la amada mascota.
Para compartir o leer contenidos especializados sobre perros, gatos y otras mascotas domésticas menos populares existen cientos de cuentas petfluencer en las redes sociales, que no solo crean una comunidad de personas con gustos y vidas afines sino que permiten informar sobre la salud y cuidados de los animales y sus diferentes razas. Estos “primeros hijos” serán una buena antesala luego de familias más numerosas, donde los niños de la casa también aprenderán a amar y a respetar a los animales que desde el nacimiento formaron parte de sus vidas.
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