Los museos ucranianos buscan proteger su patrimonio cultural de los bombardeos
La preocupación por proteger las obras de arte, acrecentada por los ataques con cohetes rusos, tiene que ver no solo con el daño material que acecha a la cultura sino también con la posibilidad de que se pierdan relatos históricos de esta exrepública soviética.
Los funcionarios de los Ministerios de Cultura de Ucrania, de los que dependen los museos y espacios culturales de ese país, tuvieron una reunión de urgencia en Kiev a poco del comienzo del ataque militar de Rusia registrado el jueves, para barajar la posibilidad de mudar y resguardar algunos de los tesoros de sus colecciones de arte más importantes, pero resultó imposible para algunos de ellos porque las autopistas ya estaban atascadas por el éxodo de los ciudadanos.
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Existen cientos de museos en las distintas ciudades ucranianas, algunos privados y otras instituciones estatales, que incluyen en este último caso importantes obras de arte ucraniano y ruso, objetos clásicos y bizantinos, y pinturas de Giovanni Bellini, Francisco de Goya, Pedro Pablo Rubens y Jacques-Louis David.
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“Teníamos planes sobre lo que había que hacer antes de la guerra pero ahora todo es totalmente diferente”, explicó Ihor Poshyvailo, director del Museo Nacional de los Cien Héroes del Cielo y de la Revolución de la Dignidad -popularmente conocido como Museo de la Libertad– de Kiev, consignó el periódico estadounidense New York Times.
La preocupación de los museos ucranianos por proteger sus colecciones -acrecentada con el comienzo de los bombardeos y los ataques con cohetes rusos- tiene que ver no solo con el daño material que acecha a la cultura en esas zonas urbanas sino también con la posibilidad de que se pierdan los relatos históricos y culturales de esta exrepública soviética.
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Fundado en 2014, el Museo de la Libertad -una institución estatal- alberga 4.000 objetos asociados a las luchas prodemocráticas de Ucrania, según se presenta en su web, como pancartas, fotografías, documentos, vestimenta de combate y obras de arte.
Algunos museos habían solicitado a principios de febrero los permisos necesarios para evacuar algunos objetos muy valiosos de sus edificios de la capital ucraniana, pero en el caso de los estatales se necesita la autorización del Gobierno para hacerlo, una burocracia habitual que se vio acentuada cuando el presidente debió abocarse de lleno a la tensión que escalaba cada vez más entre ambas naciones.
Otro museo muy importante de Kiev, el Museo Nacional de la Historia de Ucrania -que el jueves había anunciado en redes el cierre de sus puertas debido a la Ley Marcial- tuvo a su director, Yuriy Savchuk, junto al personal trabajando durante 12 horas desde las 6 de la mañana del jueves para trasladar las obras más importantes a un lugar seguro.
Esta centenaria institución cultural, dueña de 800 mil objetos, realizó una publicación el jueves en su cuenta oficial de redes, la foto del escudo de los fusileros Sich ucranianos –una unidad dentro del ejército austro-húngaro durante la Primera Guerra Mundial–, al que acompañaron con las palabras “la inspiración de los ucranianos: ¡Ten calma y ganaremos!”.
Justamente, una de las actuales exposiciones en ese museo -ahora cerrado- se titula “10.958 días de independencia”, para celebrar el 30º aniversario de la independencia del país, que se cumplió el año pasado, y de la construcción de su propio Estado, a través de un repaso de los principales acontecimientos sociopolíticos de las últimas tres décadas.
Desde el Museo de Bellas Artes de Odesa -una ciudad imperial, para algunos una suerte de Ibiza de ese país– que funciona en el Palacio Potocki y alberga más de 10 mil piezas de arte, incluidas pinturas de artistas rusos y ucranianos, su directora, Aleksandra Kovalchuk, explicó que estaban haciendo “lo único que podemos” para proteger la colección, es decir, esconder las obras en el sótano, bajo tierra.
El Museo de la Escuela de Fotografía de Kharkiv, en una zona cercana a la frontera rusa, ya había almacenado gran parte de su colección en Alemania, debido a las renovaciones llevadas adelante en su edificio.
Es lógico pensar que muchos de los empleados de los museos ucranianos abandonen su labor de resguardo de las obras si tienen entre 18 y 60 años, ya que todos los hombres sanos de esa edad fueron llamados a tomar las armas en este conflicto por orden del presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky.