En protesta por la reforma judicial
Los principales periódicos de Israel publicaron portadas negras
La nueva ley impide a la Corte Suprema ejercer control alguno sobre las decisiones del Gabinete y los ministros
Los anuncios decían, "un día negro para la democracia israelí" en un pequeño texto blanco en la parte inferior. También en texto pequeño en la parte superior estaba la palabra "anuncio".
Los principales periódicos de Israel publicaron este martes portadas negras en protesta por la reforma judicial, cuya primera ley fue aprobada por la Knesset (Parlamento unicameral del país) el 24 de julio.
Las tapas de los periódicos Yediot Aharonot, Haaretz, Calcalist e Israel Hayom aparecieron totalmente cubiertas de negro por debajo de la mancheta (cabecera) y la fecha. En la parte inferior se añade el mensaje: "La locomotora de Israel no se rinde. Protesta de la industria de alta tecnología".
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Según destaca The Jerusalem Post, las páginas eran anuncios pagados por el movimiento israelí Hi-Tech Protest, un grupo que reúne a representantes de empresas de alta tecnología, incluidos directores generales, inversores de capital riesgo, empresarios autónomos y empleados fijos de alta tecnología.
Este lunes, los legisladores israelíes aprobaron el controvertido proyecto de reforma judicial que impide a la Corte Suprema ejercer control alguno sobre la razonabilidad de las decisiones del Gabinete y los ministros, incluidos los nombramientos y la decisión de no ejercer las facultades conferidas.
El primer gran proyecto de ley de la reforma judicial del Gobierno fue aprobado en la Knesset por 64 votos a favor y 0 en contra, después de que todos los miembros de la coalición gobernante votaran a favor, mientras que todos los miembros de la oposición abandonaron el recinto cuando se celebraba la votación nominal.
La aprobación de esta ley representa el primer gran paso de la reforma judicial impulsada por el Gobierno de Benjamín Netanyahu, que busca otorgar más poder al Ejecutivo en detrimento de la Justicia, cuya independencia se vería profundamente socavada.
En respuesta a las portadas negras, el ministro de Seguridad Nacional, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, denunció que no se trata de “una protesta popular” sino que las portadas fueron compradas por “entidades extranjeras que financian las manifestaciones” y que “están haciendo una campaña para destruir el país”.
Durante toda la jornada de ayer y hasta la madrugada de hoy, miles de israelíes salieron a las calles de todo el país para protestar contra la reforma.
La manifestación más concurrida tuvo lugar en Tel Aviv, epicentro de las protestas desde hace más de medio año y donde los manifestantes bloquearon una carretera central y se enfrentaron con la Policía durante varias horas.
Estos enfrentamientos se saldaron con al menos 18 detenidos y 10 policías heridos e incluyeron el uso de cañones de agua y policía montada para dispersar a los manifestantes.
Los organizadores de las manifestaciones informaron que al menos 32 manifestantes resultaron heridos durante las protestas de ayer, 19 de los cuales fueron trasladados a hospitales para recibir atención médica.
En paralelo con las protestas en las calles, la Asociación de Médicos de Israel anunció que mantendrá durante este martes una jornada de huelga en protesta por la reforma, en la que los hospitales y centros médicos operarán de forma limitada.
Esta decisión sigue al anuncio por parte de la federación de sindicatos de Israel, Histadrut, de que están considerando la convocatoria de una huelga general en el país.
Por otra parte, el líder de la oposición, Yair Lapid, anunció que este martes apelarían ante el Supremo la ley aprobada ayer en el Parlamento e instó a los manifestantes a “no rendirse” porque “la batalla no ha terminado”.
Netanyahu defendió anoche la anulación de la doctrina de la razonabilidad durante un discurso televisado, en el que argumentó que esta permite “que el Gobierno electo pueda conducir la política de acuerdo con la decisión de la mayoría de los ciudadanos del país”.
Además, instó a la oposición a sentarse a negociar para intentar “llegar a acuerdos” sobre los aspectos restantes de su reforma judicial y cuestionó a los más de 10.000 reservistas del Ejército que suspendieron su servicio a modo de protesta.