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Lugano: un guardia de tren mató de una trompada a un hombre durante una discusión
Se trata de Miguel Ángel Morinigo, de 46 años, quien sufrió graves lesiones en la cabeza y murió en el hospital. La familia de la víctima reclama por justicia.
Miguel Ángel Morinigo tenía 46 años, era albañil y había venido desde Paraguay para operarse la cadera debido a una artrosis que le impedía caminar con normalidad. El 2 de diciembre, un guardia de seguridad lo mató de una trompada en la estación de trenes de Lugano. Luego de que en los últimos días se difundiera el video clave de la causa, la familia de la víctima pide justicia. El agresor, por el momento, está libre.
Las imágenes son contundentes y exhiben los segundos previos al golpe mortal. Morinigo llegó al lugar tras la salida del último servicio del ferrocarril Belgrano Sur y discutió con el guardia, que intentó echarlo de la estación debido a que ya no habría trenes hasta las 4 de la mañana del día siguiente.
La víctima buscaba regresar a su casa en González Catán. Había estado trabajando en una obra y posteriormente salió a cenar y a beber con un compañero. Como se resistió a irse, el guardia comenzó a empujarlo hacia la salida.
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En un momento, visiblemente alcoholizado, Morinigo lanzó una trompada que el empleado de seguridad logró esquivar. La respuesta fue letal: el hoy imputado lanzó un golpe que impactó de lleno en el rostro del albañil, quien cayó pesadamente de espaldas, se golpeó la cabeza contra el suelo y quedó inmóvil.
Recién 45 minutos después, cerca de las 24, llegó una ambulancia para asistir a la víctima, que fue trasladada al Hospital Santojanni. Allí llegó con traumatismo de cráneo, hemorragia meningoencefálica y neumopatía. Murió cuatro días más tarde.
Elías Ezequiel Colman (34), trabajador de la empresa de seguridad privada Murata, está acusado de “homicidio preterintencional” por decisión de Gustavo Pierretti, titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N° 13. El juez no ordenó su detención.
La figura aplica cuando el imputado no tiene intención de matar pero su accionar provoca accidentalmente la muerte de otra persona. En su artículo 81, el Código Penal prevé para este delito una condena que va de entre 1 a 6 años de prisión. La familia de Morinigo reclama un cambio de carátula a “homicidio simple”, que prevé entre 8 y 25 años de cárcel.
“Colman mintió. Dijo que había encontrado a una persona desmayada, tirada. Que no sabía lo que le pasó, que creía que Miguel se había caído y se golpeó la cabeza. ¿Eso no es desviar la investigación?”, cuestionó Lucy, una de las hermanas de Morinigo.
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“Miguel nunca fue de reaccionar, nunca fue un hombre provocador. Rengueaba por su problema en la cadera y el guardia, en lugar de ayudarlo, lo sacó a los empujones. Todo se ve en el video”, agregó. Y aseguró que, de acuerdo con la autopsia, “lo que provocó la muerte de mi hermano no fue la caída, sino la trompada. La trompada fue lo que le produjo un coágulo en el cerebro”.
El miércoles 6, Morínigo fue diagnosticado con muerte cerebral y, un día después, lo desconectaron. “Donó sus órganos”, mencionó Lucy, y concluyó: “El crimen no puede quedar impune. Mi hermano era un hombre bueno y merece justicia”.