Mendoza
Macabro: lo asesinaron y se lo llevaron en una bolsa a la vista de todos
Edgardo Lucero Ramírez estaba desaparecido desde el 6 de diciembre.
El misterio en torno a la desaparición de Edgardo Jesús Gabriel Lucero Ramírez, de 29 años, en Mendoza, tomó un giro oscuro y perturbador cuando su cuerpo fue hallado dentro de una bolsa de consorcio en la zona residencial de Los Corralitos, en Guaymallén. El desenlace fatal puso fin a una búsqueda extenuante que se extendió por más de tres semanas.
Inicialmente considerado como una búsqueda de persona, el curso de la investigación cambió de rumbo al descubrirse que el último rastro del joven se encontraba en un local de celulares en la Galería Tonsa, ubicada en el centro de Mendoza. Las cámaras de seguridad mostraron a Lucero Ramírez ingresando al establecimiento, pero nunca se le vio salir.
La desaparición de Ramírez tuvo lugar cuando salió de su residencia en Guaymallén la noche del 6 de diciembre, indicando que se dirigía a Palmira, en San Martín, para encontrarse con su novia. Sin embargo, la última vez que se le vio fue en la Terminal de Ómnibus en Guaymallén. La denuncia de su desaparición se presentó al día siguiente, lo que desencadenó una búsqueda intensiva.
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Con testimonios, tareas de campo y el análisis de las filmaciones de las cámaras, los investigadores sospecharon que Lucero podría haber sido víctima de un ataque en la Galería Tonsa. La pista crucial surgió a través de su teléfono móvil, focalizando las pesquisas en un local de celulares llamado "Saturno 63". Su dueño, Vladimir Cristian Cayo Coronel, de 28 años, pasó a ser el principal sospechoso y el fiscal de Homicidios, Carlos Torres, ordenó su detención.
Las cámaras de seguridad del lugar mostraron a Lucero ingresando al local un día después de su desaparición, el 7 de diciembre. Las imágenes revelaron a dos individuos sacando una bolsa de consorcio de gran tamaño del lugar y cargándola en un automóvil Fiat Cronos blanco utilizado por la empresa Cabify. Llevaron la bolsa a un callejón oculto en 2 de Mayo al 10000.
Cayo Coronel, tras su detención, confesó a las autoridades haber asesinado a Lucero Ramírez y enterrado su cuerpo cerca de su domicilio. Tras un rastrillaje, el cadáver fue descubierto en un lugar con tierra removida tapada por maleza, coincidiendo con las características físicas del joven desaparecido.
Pese a que aún se aguarda la necropsia y la confirmación mediante cotejo de ADN, las pruebas recabadas apuntan al cuerpo de Lucero Ramírez. El presunto homicida, Cayo, enfrenta cargos por homicidio simple, con penas de 8 a 25 años de prisión.
Además, las autoridades detuvieron al conductor del vehículo que transportó los restos de la víctima y se investiga si tuvo participación directa en el caso. El fiscal Torres evalúa la posibilidad de imputarlo, sin descartar la complicidad de otros individuos en el ocultamiento del cuerpo.