Marcela Acuña escribió una carta y apuntó contra su hijo: “¿Por qué si fue César, nos incriminan a nosotros?”
La exsuegra de la joven desaparecida está presa acusada de homicidio agravado; dijo que la fiscalía avanzó contra ella y contra su marido sin pruebas
Marcela Acuña, presa acusada del homicidio de Cecilia Strzyzowski, su exnuera, escribió una carta desde la cárcel en la que apuntó contra su propio hijo por el crimen.
“¿Por qué si fue César responsable nos incriminan a nosotros?”, se preguntó en una carta.
Según confirmaron fuentes con acceso a la causa, la nota está incorporada al expediente. “No hay que confundir, una cosa es el hecho del femicidio de Cecilia, repudiable desde todo punto de vista y otra cosa es el querer inculparnos desde una fiscalía que sin pruebas nos tiene no solo encerrados, paseándonos como trofeos con esposas como delincuentes, sino que nos mete en una causa con una carátula que no se sostiene hacia nosotros con pruebas, solo con supuestos”, afirmó Acuña en esa nota dada a conocer hoy.
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Acuña lleva adelante una huelga de hambre sólida desde su detención y según una fuente con acceso al caso -ajena a su defensa-, ya habría perdido unos diez kilos de peso.
El texto de la carta
“Presos con Emerenciano siendo inocentes; con una causa armada desde el Partido Judicial y radicales. No hay que confundir, una cosa es el hecho del femicidio de Cecilia, repudiable desde todo punto de vista, y otra cosa es el querer inculparnos desde una fiscalía que sin pruebas, nos tiene, no solo encerrados, paseándonos como trofeos con esposas como delincuentes, sino que nos mete en una causa con una caratula que no se sostiene hacia nosotros con pruebas, solo con supuestos.
“¿Por qué, si fue César (mi hijo) responsable, nos incriminan a nosotros? Creo que por muchos motivos, principalmente la grieta que vivimos como Patria, nosotros somos parte de una generación nueva junto a Emerenciano. Hemos dados dignidad junto a un proyecto nacional y popular que nos permitió hacerlo, no solo a nosotros, sino a cientos de dirigentes que iniciaron, de alguna manera, el camino de la autogestión. Y este hecho para el país que no queremos volver (2002) es imperdonable.
“Encontraron el punto exacto para atacarnos en serie a Emerenciano, a lo que él significa, y a Capitanich, en un escenario electoral, donde lo que tienen son los grandes medios a su favor, y una Justicia de calzoncillos flojos que, indudablemente, influenciados por los grupos económicos que manejan los grandes medios, no dudó en encerrarnos y prenderse a los desmanes del falso periodismo, sumado a las redes ilícitas de difamación, los cuales son muchas.
“Los radicales se hicieron ver y por desgracia, tomaron el dolor de un pedido por bandera política, mezclando todo y dando mucho para que se tergiverse [en] los medios.
“Creo que a esto se sumaron los que responden directamente a la matricula ideológica de los dictadores militares, portales truchos que siempre en nombre de la patria anhelan matar de alguna manera a nosotros ‘los Rojos’ y aquí estamos en esa batalla donde los que estamos encerrados somos nosotros, no ellos, y nuestra vulnerabilidad, sin tener voz y privados de libertad, hace que seamos socialmente culpables.
“Condena social por ser papá y mamá de César, por ser piqueteros, por ser socialistas, por haber tenido a mi padre detenido por razones políticas, por haber levantado la bandera cubana con la argentina, por amar a un caudillo rojo (Emerenciano), por haber hecho Emerenciano más de 400 casas y estamentos públicos, sin empresas; por haber creados bibliotecas, centros de recreación, y tanto más.
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“Todo esto nos hace culpables, clan, mafiosos para la Justicia y para aquellos oportunistas que creen que van a volver a gobernar la provincia, y que con el encierro a Emerenciano y la exposición pública van a ganar y gobernar.
“Somos inocentes y aquellos que actúan con malicia, que Dios los perdone, han generado mucho dolor y eso todo Dios ve. No se usa el dolor ajeno para posicionarse en una sociedad que cree en los medios de comunicación.
“Seamos realistas.”
Hasta este punto, Acuña escribe su carta en tinta azul, pero después cambia a negra. Ella explica: “Cambio de color porque el fiscal dictaminó que en mi encierro debo escribir lo menos posible; por lo cual debo pedir con anticipación la ‘virome’ [SIC] bajo excusa que es un riesgo”.