Triple crimen
Masacre en Capitán Bermúdez: quien es el sospechoso de los asesinatos
Alexis Lobos, un joven de 25 años, fue detenido por la Policía de Santa Fe.
Alexis Lobos, un joven obrero metalúrgico, ha sido detenido tras el descubrimiento de los cuerpos de Eber Ramos, Santiago Ochoa y Emiliano Saucedo en su casa. El escenario del crimen revela una brutalidad inimaginable, con las víctimas masacradas a mazazos y apuñaladas con un cuchillo tramontina. La trama detrás de estos asesinatos plantea preguntas desconcertantes sobre la supuesta "defensa propia" alegada por el asesino y las conexiones económicas que podrían haber desencadenado este horror.
En una escena digna de una pesadilla, la localidad de Capitán Bermúdez se ve envuelta en luto y horror tras el descubrimiento de un triple crimen que ha dejado a la comunidad atónita. Alexis Lobos, un joven obrero metalúrgico de 25 años, ha sido detenido por la Policía de Santa Fe después de que los cuerpos brutalmente masacrados de Eber Ramos (25), Santiago Ochoa (25) y Emiliano Saucedo (31) fueran encontrados en su domicilio.
La macabra escena, donde los cadáveres yacían desparramados entre sangre, plantea inquietantes preguntas sobre los motivos detrás de estos crímenes atroces. Lobos, inicialmente evasivo y tratando de desviar la atención de los agentes, fue detenido de inmediato, y las autoridades ahora buscan respuestas sobre las motivaciones detrás de estos actos sanguinarios.
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La investigación, liderada por la fiscal Luisina Paponi, ha revelado detalles escalofriantes sobre la supuesta "defensa propia" alegada por Lobos. Un testigo, conocido del asesino, asegura que este confesó los crímenes argumentando que actuó en defensa propia.
El perfil de Lobos, descrito como "muy trabajador, deportista y sin consumo de drogas ni alcohol", ha desconcertado a los investigadores, quienes intentan comprender por qué manchó su hoja limpia con sangre. Las averiguaciones apuntan a una operación financiera relacionada con la venta de dólares, que llevó a Lobos a buscar la ayuda de Eber Ramos, vinculado al narcomenudeo en la zona.
La hipótesis más fuerte sugiere que Ramos pudo haber enviado a dos cómplices, Santiago Ochoa y Emiliano Saucedo, para robar a Lobos tras la transacción. Sin embargo, ninguno de los dos hombres regresó con el dinero, lo que desencadenó una serie de eventos trágicos que culminaron en los brutales asesinatos.
Las conexiones económicas se profundizan con el allanamiento de la casa del padre de una de las víctimas, Claudio Ramos. La sospecha recae en la posible recuperación de la camioneta, el celular y una mochila con millones de pesos que se encontraban en poder de Eber Ramos al momento de su desaparición.
Mientras la comunidad llora la pérdida de estos jóvenes, quienes compartían la pasión por el fútbol y eran reconocidos en el ámbito local, la investigación continúa desentrañando los oscuros motivos detrás de este escalofriante triple crimen en Capitán Bermúdez.