Causa encajonada
Mendoza: empleado de sala de escape abusaba de menores durante el trabajo
Una única mujer realizó la denuncia tras la confesión de su hija de 12 años
Una grave denuncia por presunto abuso sexual contra una chica de 12 años sacude por estos días a la localidad de Godoy Cruz, en Mendoza. Los padres de la adolescente acusaron a un empleado de un complejo comercial que posee varias salas de escape de ser el responsable de este grave hecho.
Y, como si esto no fuera suficiente, se conoció que radicaron la denuncia en la Justicia en julio, pero la causa está paralizada. Una grave denuncia por presunto abuso sexual contra una chica de 12 años sacude por estos días a la localidad de Godoy Cruz, en Mendoza.
Los padres de la adolescente acusaron a un empleado de un complejo comercial que posee varias salas de escape de ser el responsable de este grave hecho. Y, como si esto no fuera suficiente, se conoció que radicaron la denuncia en la Justicia en julio, pero la causa está paralizada.
“No solamente por mi hija, que fue abusada por un adulto que se aprovechó de sus circunstancias de indefensión sino también por la justicia, que no accionó”, dijo la mamá de la víctima en diálogo con el portal TN.
En este sentido, la mujer resaltó: “Si le hubieran dado curso a mi expediente, esta persona hubiera sido detenida en julio y estos chicos que sufrieron ahora el abuso no lo hubieran pasado”. “Me parece que mi hija ha sido victimizada doblemente”, subrayó.
El hecho que relata la denunciante tuvo lugar el viernes 21 de julio en una sala de escape ubicada en la calle San Martín al 1.700, de la localidad de Godoy Cruz, en Mendoza, donde su hija había ido a festejar un cumpleaños junto con un grupo de entre seis y ocho chicos de su misma edad.
La madre del homenajeado se quedó en la planta baja del lugar y a los menores los llevaron a una habitación en el primer piso para desarrollar la actividad. “Ellos no lograron descifrar el acertijo. Entonces, pasado el tiempo que tenían para resolverlo, entró un hombre con una máscara de zombi y a los gritos para que los chicos se asustaran”, dijo la denunciante a ese medio.
“Esta persona era la que les tenía que explicar a los chicos en qué habían fallado”, apuntó la mujer, y agregó: “Mientras hablaba, se ponía atrás de las nenas del grupo”. Fue entonces cuando su hija sintió que la tocaba por primera vez.
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Pese a los intentos de la nena de alejarse del abusador, al cambiar de sala a medida que avanzaba en la explicación, este lograba ubicarse en lugares estratégicos para garantizar su objetivo.
“Se ponía en el marco de la puerta, de manera tal que los chicos no pudieran esquivar su presencia física. Tenían que pasar sí o sí por al lado suyo, casi rozándolo”, indicó la mamá de la víctima.
“Abusaron de ella en un lugar al que fue a divertirse y en el que estaba totalmente expuesta, porque no estaban con el adulto que los había acompañado”, manifestó.
Y agregó que a cuatro nenas les había pasado lo mismo pero sus padres no quisieron hacer la denuncia.
“Me presenté en la Fiscalía y declaré durante una hora”, contó la denunciante, que se fue de allí con una recomendación y poco más: le dijeron que no se comunicara por su cuenta con la empresa ni “hiciera lío en los medios” para evitar que el sospechoso fuera despedido y se profugue. “En ese momento sólo teníamos su descripción, pero no conocíamos el nombre”, apuntó.
Y completó: “Después de esto llamé varias veces para ver qué avance habían tenido en el expediente, porque debían ir a secuestrar las cámaras de seguridad, pero no me comentaron demasiado”.
La causa, efectivamente, no avanzó mucho más hasta que el pasado 26 de noviembre las nuevas denuncias, donde las víctimas (todos alumnos de sexto grado de una escuela de la ciudad) relataron el mismo modus operandi, tomó impulso la primera investigación.