Mirabella: “la gente eligió a Perotti, no a su gabinete”
Mirabella pidió a la oposición que ponga “menos palos en la rueda”. “No es momento de chicanas, trabas y zancadillas”, planteó.
Con despacho en Buenos Aires pero mucho tiempo radicado en Santa Fe, el senador nacional Roberto Mirabella ejerce una suerte de doble rol: legislador en el Congreso y como hombre de confianza de Omar Perotti, partícipe principal de la gestión provincial. “Operador”, “armador”, “un ministro más” son algunos de los conceptos que se le asignan.
En diálogo con El Litoral, se autodefinió como “un colaborador” que no desconoce su vínculo con el gobernador “desde hace treinta años”. Por eso opina de los cambios que se vienen en el gabinete, de la estrategia electoral del peronismo y de la relación con la oposición.
“Estoy colaborando permanentemente con la provincia y abocado a mucho de lo que tiene que ver con la gestión. No fue un año monótono -sostuvo, consultado sobre si estaba satisfecho con el gobierno que están haciendo- ; fue un año muy difícil y cambiante con cosas inéditas”.
– ¿Los cambios de gabinete que anticipó Omar Perotti obedecen sólo al estrés por la pandemia?
– Es un poco de todo; las cosas nunca son unicausales. También me parece que es lo que dijo el gobernador; se pensó un equipo para una determinada coyuntura y un determinado momento, y eso cambia permanentemente. Cuando hay cosas que no funcionan o no andan y que deberíamos mejorar, creo que no es ningún trauma pensar en cambios y en fortalecer equipos. A lo mejor hay áreas que no hay que cambiar pero sí fortalecer.
– ¿De qué áreas en particular habla?
– Eso lo dejo para que lo plantee y evalúe el gobernador. Haciendo una analogía futbolística: en un equipo entran once a la cancha pero hay un montón de gente que está afuera preparándose y practicando para entrar en algún momento. Esto es lo mismo; estamos en un momento muy complejo donde por ahí necesitamos ajustar la coordinación interministerial en el gabinete, algunas políticas públicas y programas que se llevan adelante. Y el gobernador cree que en esta coyuntura hay que mejorar y ajustar. De hecho, la gente lo eligió a él, no a un gabinete.
– ¿Podría dejar su banca e integrar el gabinete?
– No, en su momento nosotros evaluamos y conversamos que mi función como senador nacional está también para favorecer y fortalecer al gobierno provincial; trabajar junto a cada ministro y estar codo a codo para gestionar a nivel nacional todo lo que sea necesario para Santa Fe. No necesariamente uno tiene que renunciar a la banca y venir al gabinete para hacer todo esto que estoy diciendo.
– ¿No hay que pensar en un desembarco de ‘rafaelinos’ en el equipo de gobierno, como por allí se dijo?
– En realidad, no es un secreto que yo trabajo con Omar desde hace treinta años y venimos construyendo este proyecto para gobernar la provincia desde hace muchísimo tiempo. No se trata de ser de una ciudad o de otra. Se trata de tener los mejores hombres y mujeres para gobernar y darle soluciones a la gente. Nuestra cabeza está las 24 horas puesta ahí, más allá de si uno es de Rafaela, Reconquista o de Esperanza.
– Pero muchos son de Rafaela y de estrecha confianza del gobernador? ¿Puede Marcos Corach tener un cargo de mayor jerarquía en el gabinete?
– Desde que Marcos llegó a mediados de año, lo hizo para fortalecer la gestión, la coordinación de los ministros, la articulación. El rol que le dio el gobernador fue para eso y me parece que lo está cumpliendo muy bien.
– Acaba de decir Miguel Lifschitz que le gustaría ser senador nacional. ¿Lo sorprendió?
– No, en realidad en todos los ámbitos políticos se comentaba esto como también, los intereses de los dirigentes del Frente Progresista. Sinceramente creo que hoy la sociedad está esperando otro tipo de respuestas de la política y de sus dirigentes. Está esperando que le solucionemos problemas que tienen que ver con su poder adquisitivo, con el empleo, con que no se pierdan sus fuentes de trabajo, con que afrontemos todos juntos esta pandemia. Me parece que la gente está esperando eso, no el debate político o las intenciones políticas de algún dirigente que quiera pensar en su candidatura o en la campaña del año que viene.
– ¿Usted dice que es precipitado?
– Lo que hago es una valoración; la gente está esperando otro tipo de respuestas. Si las peleas políticas modificaran la vida cotidiana de la gente, seríamos Dinamarca. Cada uno puede plantear y expresar lo que quiere. Yo creo que la sociedad hoy nos reclama otra cosa.
– Lifschitz habló de senadores nacionales con perfil bajo y opacos. ¿Se sintió aludido?
– No, en absoluto. Supuse que lo decía por Rubén Giustiniani que fue doce años senador nacional por el Socialismo, y eso me parecería una crítica muy injusta porque el Ingeniero Giustiniani fue un gran senador para Santa Fe, elegido varias veces como el parlamentario del año por sus propios pares. Pero reitero, estamos abocados hoy a cómo solucionamos varios problemas que vienen desde hace muchísimos años. El problema de la seguridad y de la narcocriminalidad, de los homicidios y de las vinculaciones del delito cuyo corte traen su consecuencia, vienen desde hace años. En eso tenemos puesta la cabeza; ni en candidaturas ni en coyunturas electorales ni en peleas políticas.
– ¿Entonces no debo preguntarle si aspira a renovar el mandato como senador?
– Yo veo hoy que el peronismo tiene una gran cantidad de dirigentes muy bien posicionados que están trabajando y que están tratando de sostener la mejor gestión posible. Hay dos ministros nacionales que son de Santa Fe, María Eugenia Bielsa y Agustín Rossi; hay dirigentes en la provincia como Alejandra Rodenas, ministros del gabinete como Roberto Sukerman, Walter Agosto.
– Pero estamos hablando del cargo de senador nacional ¿Todos ellos son postulables?
– Me parece que todos tienen condiciones y envergadura política para ser candidatos. Ya llegará ese momento de la discusión política y la definición.
– ¿No es Roberto Mirabella nombre puesto?
– Nadie lo es. Así como nadie podía prever esta pandemia, tampoco podemos saber siquiera si el año que viene vamos a tener primarias.
– A propósito, el gobernador consideró que sería conveniente suspender las PASO el año que viene. ¿Piensa lo mismo?
– Me parece que si la cosa sigue de esta manera, no vamos a tener primarias por distintos motivos; la coyuntura sanitaria es una, la económica es otra porque el costo es alto. Creo que por esta coyuntura excepcional, se pueden suspender las primarias en 2021.
– ¿Puede haber un pedido formal a Nación para ello como lo hizo San Juan?
– Obviamente. Creo que este debate también va a estar. El año que viene es muy probable que se discuta, y si se avanza en la suspensión de las PASO a nivel nacional, probablemente las provincias que tienen el mismo sistema electoral, como Santa Fe, hagan lo mismo.
– ¿Habría elecciones simultáneas?
– Me parece que la misma coyuntura que describía no da para que hagamos elecciones separadas con dos momentos electorales diferentes, cuando se puede hacer todo el mismo día.
– No tener PASO obliga a la unidad. ¿Cómo está el peronismo en ese sentido en la provincia?
– Construimos un proceso de coalición política teniendo a la unidad como valor primordial desde que terminaron las elecciones legislativas de 2015, cuando Omar Perotti le ganó a Carlos Reutemann y Hermes Binner salió cuarto. En 2017 tuvimos una primaria muy movilizadora y en 2019 llevamos adelante un proceso donde confluyeron todos los sectores. Esto se pudo construir en función de un proyecto para que la gente nos eligiese, después de doce años de una coyuntura en la que gobernó el socialismo, que perdió las elecciones por varios errores. Queremos fortalecer ese proceso de unidad; no tirarlo por la borda ni a la basura.
– ¿Cómo es la relación con Alberto Fernández, porque aparecieron retos públicos a Perotti, por ejemplo por el tema seguridad?
– Desde la campaña del año pasado la relación siempre fue muy buena, tanto con el presidente como con los ministros. Tenemos una relación estrecha. Logramos incorporar un artículo en el presupuesto nacional para que se empiece a pagar la deuda por coparticipación. Hay una buena relación, al igual que en el bloque que integro en el Senado, que es heterogéneo pero que viene acompañando al presidente.
– ¿Se logró mejorar la relación con la oposición realmente, o sigue la desconfianza mutua?
– La coyuntura no permite estar lejos ni separados. Tenemos que estar todos juntos para hacer frente a la pandemia, a la inseguridad. Por nuestra parte es lo que deseamos y actuamos en ese sentido. Estamos en contacto permanente con la oposición; por ahí llama la atención que yo tome un café con alguien de Juntos por el Cambio. Permanentemente hay conversación. A mí me parece que igualmente debería haber menos palos en la rueda. Debería entender (el Frente Progresista) que perdieron las elecciones; que hay un Poder Ejecutivo elegido por la gente y que debería tener acompañamiento. Allí tenemos el tema de la conectividad, de las leyes de seguridad, el presupuesto… Hay cosas mínimas en las que deberíamos coincidir y avanzar. Después cada uno hará su juego. Ahora, es momento de buscar coincidencias para avanzar; no me parece que sea momento para chicanas, trabas, zancadillas y poner palos en la rueda. La sociedad está esperando otra cosa.