Mortandad de peces: “La principal hipótesis es la falta de oxígeno”
Una vez más aparecieron miles de peces muertos en aguas del río Salado. Este jueves, investigadores se acercaron al río que bordea la ciudad de Santo Tomé para tomar muestras del agua y de diferentes ejemplares de la fauna ictícola, así determinar las causas que produjeron la mortandad.
En una entrevista con El Litoral, Gaspar Borra, subsecretario de Recursos Naturales del Ministerio de Ambiente y Cambio Climático de Santa Fe, destacó que “a este fenómeno lo venimos detectando aguas arriba desde octubre. Las muestras que logramos tomar este jueves son tanto de los peces muertos como del agua. Se hicieron mediciones de oxígeno y dieron números realmente bajísimos, es una hipoxia casi anoxia”.
Los estudios se realizan en la Facultad de Ingeniería Química de la Universidad Nacional del Litoral (FIQ-UNL) y serán claves para determinar el propósito. Si bien los resultados aun no están listos y tardarían unos 15 días, Borra reiteró que todo apunta a la falta de oxígeno, esto puede suceder por el bajo nivel que presenta el Salado.
Ante la consulta de si es posible que la causa de la mortandad sea la presencia de químicos contaminantes en el agua, el subsecretario de Recursos Naturales respondió: “Nosotros desde la Provincia no queremos descartar ninguna hipótesis por eso estamos haciendo estos estudios, pero la hipoxia es la que tiene más fuerza, ya que el agua tiene una temperatura más elevada, en las mediciones dieron cercanas a los 28º C; hay muy poca agua y esa agua está caliente, sumada con la carga orgánica de los propios peces, que vienen muertos desde aguas arriba por la propia corriente”.
En esta línea agregó que “queremos descartar que haya factores antrópicos, por eso tomamos partes de los peces muertos. Si es un fenómeno natural no hay nada que hacer porque son propios de los ciclos de la vida de los ríos”.
Al haber cursos de agua tan bajos, como lo demuestran los hidrómetros de cada río que atraviesa a Santa Fe en la actualidad, la presencia mínima de contaminantes se resaltaría. “El efecto de dilución es mucho peor. Cualquier perturbación del sistema se sufre mucho más que en condiciones normales”, analizó el subsecretario y agregó: “Algo que indica que no habría contaminación en el agua es que no aparecieron aves muertas. Por ejemplo, las garzas que son grandes consumidores de peces, si hay contaminación podrían morir, y hasta ahora no han aparecido aves ni otros tipos de animales muertos”.
Recomendaciones
La imagen de la mortandad impacta y genera un estado de precaución para la sociedad. Es por eso que Borra recomendó que “no hay que consumir este tipo de pescados. En segundo lugar, como la calidad del agua no es la adecuada, se recomienda no bañarse en esa zona”.
Una vez que estén los resultados de laboratorio el Ministerio de Ambiente y Cambio Climático los dará a conocer. “Hay una legitima inquietud y aparte nos parece muy saludable que la opinión pública esté pendiente de la protección de los recursos”, destacó el funcionario.
Análisis de las muestras
Luis Espíndola, investigador del Instituto Nacional de Limnología (Conicet-UNL), explicó a El Litoral que se tomaron muestras de PH y otras de rutina en varios puntos del río, por ejemplo debajo del segundo puente de la Ruta 70. “Notamos que hay una gran mortandad de peces, en cinco minutos pudimos contar que pasaban 1.300 individuos, la mayoría son sábalos, pero también hay carpas, viejas del agua, moncholos y apretadores. Lo que nos llama la atención es que las viejas del agua y las carpas son peces bastante resistentes, entonces esto nos está indicando que hay un problema serio en el agua”, advirtió.
El especialista se refirió a varias hipótesis, una de ellas: la falta de oxígeno. Además, advirtió que “hay que tener en cuenta que esto se produjo después de una lluvia importante y entonces otra de las hipótesis podría ser el lavado o escurrimiento de los campos hacia el río, que pueden tener fertilizantes, pesticidas, agrotóxicos, y algunas industrias que pueden tener algún desagüe clandestino hacia el río y en estas condiciones de bajante extrema eso se potencia y se hace mucho más grande el problema”, consideró Espíndola.