Triste final
Murió la joven rosarina internada en Brasil por un tumor cerebral
Este martes por la tarde, una amiga confirmó el trágico desenlace de la joven rosarina que se encontraba en Brasil
El caso se había conocido días atrás por una campaña que realizó la familia de la joven para juntar dinero y repatriarla.
Eugenia Sadita la joven que estaba internada en Brasil por un sorpresivo tumor cerebral falleció este martes pasadas las 14 según informaron desde el entorno de la joven. La familia de la chica había iniciado días atrás una colecta para juntar dinero para su repatriación.
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La triste noticia fue confirmada en Instagram por Tatiana Barbosa (@tatiana__ab) amiga de Euge y quien venía siguiendo los pasos de la campaña para juntar dinero con el fin de que la chica pudiera viajar a la Argentina para continuar el tratamiento.
Horas antes, la hermana de Euge, Lucía, había dicho en radio que la joven “seguía estable”. Finalmente, este martes se conoció el peor final.
Una sorpresiva enfermedad
Hace menos de 20 días, Eugenia viajó a Brasil para reencontrarse con su hermana -Lucía- y comenzar a vivir allí. A los pocos días la joven comenzó a sentirse mal, primero creyeron que era una insolación pero con el correr de los días confirmaron el tumor cerebral. La joven debía ser operada y trasladada de nuevo a Argentina pero el vuelo sanitario tiene un costo muy elevado, por eso la campaña lanzada.
En diálogo con medios periodísticos, Lucía había contado que los médicos brasileños señalaron que su hermana lleva años conviviendo con ese tumor, a pesar de que “ella de salud siempre fue un diez”.
Los planes de Eugenia incluían una cirugía y su posterior traslado a Argentina para recibir tratamiento. Sin embargo, el elevado costo de un vuelo sanitario complicó la situación. Ante esta dificultad económica, se pidió ayuda a través de una campaña pública, que en poco tiempo logró recaudar 4 millones de pesos en donaciones.
Lamentablemente, a pesar de los esfuerzos médicos y de la solidaridad demostrada por la comunidad, Eugenia no pudo superar su enfermedad y dejó un profundo vacío en quienes la conocieron. Su historia sirve como un recordatorio de la fragilidad de la vida y la importancia de la solidaridad en momentos difíciles.