Conejillo de Indias
Pena de muerte con tortura: en EEUU utilizaron nitrógeno gaseoso para ejecutar a un preso condenado
Kenneth Eugene Smith agonizó durante varios minutos antes de ser declarado oficialmente muerto. El estado de Alabama intentó ejecutarlo hace dos años pero los verdugos fallaron al aplicarle una inyección letal.
El estado de Alabama, situado al sur de Estados Unidos, ejecutó este jueves al preso Kenneth Eugene Smith asfixiándolo con gas nitrógeno, un método nunca antes probado, según notificaron las autoridades.
Smith había sido condenado a muerte por asesinar a una mujer por encargo en 1988. Y fue declarado muerto tras haber inhalado nitrógeno a través de una máscara y haberse quedado sin oxígeno. Sus últimas palabras, ya con la máscara puesta, fueron: “Esta noche Alabama hace que la humanidad dé un paso atrás. Gracias por apoyarme. Los amo a todos”.
Periodistas que fueron testigos de la ejecución contaron que, después de que el gas comenzase a fluir, Smith se estuvo retorciendo durante un par de minutos y luego se le vio con respiración agitada durante varios minutos más. El director del Departamento Correccional de Alabama, John Hamm, dijo en rueda de prensa posterior que las sacudidas del reo fueron “involuntarias”, pero nada fuera de lo esperado.
El gas nitrógeno fluyó durante unos 15 minutos. El Tribunal Supremo de Estados Unidos rechazó minutos antes de la ejecución el último recurso que la defensa del preso había presentado este mismo jueves por 6 votos a 3, dando así luz verde al inicio del procedimiento.
La progresista Sonia Sotomayor, una de las tres juezas que votaron por detener la ejecución, argumentó que “al no haber podido matar a Smith en su primer intento, Alabama lo ha elegido como su ‘conejillo de indias’ para probar un método de ejecución nunca antes usado”.
El cruento caso que derivó en la pena de muerte
El estado de Alabama ya había intentado ejecutar a Smith en noviembre de 2022, pero el verdugo fue incapaz de introducirle las vías intravenosas. Como parte de un acuerdo posterior, Alabama se comprometió a no intentar matarlo de nuevo con inyección letal. La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Amnistía Internacional, Human Rights Watch o la Comunidad de San Egidio habían pedido en los últimos días a Estados Unidos que no permitiese la ejecución.
Smith estaba condenado a muerte por haber asesinado en 1988 a Elizabeth Sennett, por encargo de su marido, Charles Sennett, que pretendía cobrar una indemnización. Smith y un cómplice, John Forrest Parker, recibieron 1.000 dólares cada uno.
Sennett se suicidó una semana después del asesinato, cuando se dio cuenta de que las autoridades le consideraban sospechoso, mientras que Parker también fue condenado a muerte y fue ejecutado en 2010 con una inyección letal.”A las tres personas implicadas hace años, las hemos perdonado”, aseguró también en rueda de prensa Mike Sennett junto a sus dos hermanos, los hijos de la asesinada, después de presenciar la ejecución del último de los involucrados, una sensación que describieron como “agridulce”.”Los actos malvados tienen consecuencias”, añadieron.
Ahora toda la atención está puesta en Alabama y su nuevo método de ejecución, el primero desarrollado desde que en 1982 se introdujo la inyección letal, que ha sido mayoritario durante las últimas cuatro décadas en el país desplazando a la silla eléctrica.
Con información en EFE