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Polémica en Brasil: expulsaron al DT de Palmeiras por un gesto obsceno que fue captado sólo por el VAR
En un hecho que viene siendo comentado en todo el mundo, el entrenador Abel Ferreira vio la tarjeta roja por agarrarse la zona genital tras una imagen advertida por el videoarbitraje.
El VAR, esa tecnología que prometía ser la salvación de la justicia en el fútbol, ha protagonizado un episodio insólito que quedará grabado en la historia del deporte. En un hecho inesperado y casi surrealista, el videoarbitraje se convirtió en el juez que no solo revisa goles y expulsiones, sino que también interviene en sanciones por gestos obscenos. Esta historia se desarrolla en el marco de los octavos de final de la Copa de Brasil, en el enfrentamiento entre Palmeiras y Flamengo en el Maracaná de Río de Janeiro.
El ‘Verdao’, dirigido por el portugués Abel Ferreira, se enfrentaba al ‘Fla’ en una serie que ya se perfilaba como una de las más intensas de la competición. Sin embargo, lo que parecía ser una batalla táctica en el campo de juego se transformó en un espectáculo de decisiones arbitrales que terminaron por marcar el destino del encuentro.
La tensión creció cuando el árbitro Anderson Daronco anuló un gol a favor de Palmeiras. La frustración se convirtió en furia cuando Ferreira mostró su descontento de una manera muy peculiar. En lugar de optar por palabras o gestos más convencionales, el DT decidió llevar su protesta a un terreno completamente nuevo: se tomó los genitales en un acto de desdén hacia la decisión arbitral.
Aquí es donde el VAR se convierte en el protagonista. Los operadores del videoarbitraje, al percatarse del gesto obsceno del entrenador portugués, decidieron intervenir en el duelo. En ese sentido, llamaron al árbitro Daronco para que revisara la escena en la pantalla de la cabina. Lo que se esperaba fuera una revisión estándar de una polémica, se transformó en una controversia sin precedentes.
Tras revisar el gesto en varias ocasiones, Daronco tomó la decisión de sancionar a Ferreira con una tarjeta roja. La decisión fue tan sorprendente como radical. Abel Ferreira fue enviado a las gradas en un acto que dejó a todos boquiabiertos.
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La incredulidad se apoderó del banquillo de Palmeiras y de los aficionados, que no podían creer que el VAR había intervenido en un gesto que, hasta ahora, había sido reservado para los informes de los árbitros y no para las cámaras del VAR.