Con la idea de darle máxima protección jurídica al lugar, el diputado provincial Esteban Lenci (Frente Progresista) presentó un proyecto de ley para pedir su incorporación al Sistema Provincial de Áreas Naturales Protegidas bajo la categoría de Reserva Privada de Uso Múltiple.
“La laguna es el hábitat de una gran cantidad de flamencos rosados australes que eligen la zona para invernar. Las aves se sitúan en dos lagunas que circundan la localidad de Campo Andino, con una extensión aproximada de 8 hectáreas y ubicadas a sólo unos 500 metros de la planta urbana”, indicó el legislador.
Naturaleza en estado puro
La laguna de Añapiré (que significa cuero del diablo en guaraní) tiene algo que la vuelve única en la región: cada año, desde mediados de abril, miles de flamencos rosados llegan hasta el lugar desde la Puna andina, donde el agua se congela y el clima se vuelve demasiado agresivo. Así lo recordó Lenci en los argumentos para justificar su proyecto, al señalar que el sistema “tiene un bioma y vegetación distinta a la de la zona de islas y costa de la laguna Setúbal”.
En relación a los flamencos, se estima que cada año llegan unos 6.000 ejemplares a la región. Tras nidificar y tener a sus crías en la zona de la Cordillera (donde pasan todo el verano), en el otoño cambian de geografía buscando más que nada mejores posibilidades de alimentación para sus pichones, que comen pequeños microorganismos que abundan en estas aguas salobres de escasa profundidad.
Según relevamientos realizados por guardafaunas y otras organizaciones en la zona encuentran refugio más de 80 especies diferentes de aves, muchas de ellas acuáticas, que no son migratorias. Además de flamencos australes también hay espátulas rosadas, cisnes de cuello negro y coscorobas, gallaretas, macá, tero real, garzas moras y blancas, bandurrias, gaviotas y tres tipos de patos: capuchino, cucharón y crestón. También aparecen especies como cisnes blancos, m’biguá, tachurí (siete colores) y abecasina, entre otras.