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Putin recibió a espías con pasaporte argentino; sus hijos no sabían que eran rusos
Los Dultsev vivieron en un lujoso barrio de Buenos Aires bajo las identidades falsas de María Rosa Mayer Muños y Ludwig Gish entre 2012 y 2017.
El presidente ruso, Vladimir Putin, dio la bienvenida con un “Buenas noches” en español a dos niños que llegaron a Moscú junto a sus padres, Artem Dultsev y Anna Dultseva, y otros prisioneros liberados en el mayor intercambio de detenidos entre Rusia y Occidente desde la Guerra Fría. Los niños, de ocho y diez años, estaban confundidos. No sabían quién era la persona que los saludaba y acababan de descubrir la verdadera identidad de sus padres como espías de Moscú solo unas horas antes. "Se enteraron de que eran rusos solo cuando el avión despegó de Ankara", comentó este viernes el portavoz del gobierno ruso, Dmitry Peskov.
Los Dultsev vivieron en un lujoso barrio de Buenos Aires bajo las identidades falsas de María Rosa Mayer Muños y Ludwig Gish entre 2012 y 2017. Durante ese tiempo, obtuvieron documentos falsos para adquirir la ciudadanía argentina, se casaron y tuvieron dos hijos. Él se hacía pasar por un experto en informática, mientras ella operaba una galería de arte como fachada para sus actividades secretas.
En 2017, la familia se mudó a Eslovenia, alegando que huían de la inseguridad en Argentina. Allí continuaron con sus identidades falsas hasta que fueron arrestados a finales de 2022. Tras tres meses de investigación, las autoridades eslovenas confirmaron que Muños y Gish eran en realidad agentes rusos.
Los niños fueron llevados a un hogar temporal en las afueras de la capital eslovena, sin conocer su verdadera historia familiar. No hablan ruso y saben poco sobre el país al que acaban de llegar. "Ayer preguntaron a sus padres quién era la persona que los esperaba, ni siquiera sabían quién era Putin", reveló Peskov a los periodistas.
La inclusión de los dos espías rusos en el intercambio de prisioneros se decidió esta semana, cuando aceptaron declararse culpables de espionaje y falsificación de documentos ante la justicia eslovena. Fueron sentenciados a un año y siete meses de prisión y se ordenó su expulsión del país con una prohibición de entrada de cinco años.
Al aterrizar en suelo ruso, la madre de los niños abrazó a Putin. El presidente les entregó flores tanto a ella como a su hija y dio la bienvenida a los demás rusos liberados.
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El intercambio de prisioneros, resultado de años de negociaciones entre Estados Unidos, Rusia, Bielorrusia y Alemania, permitió que ocho personas fueran devueltas a Rusia a cambio de la liberación de 16 detenidos en ese país europeo, entre ellos el periodista del Wall Street Journal Evan Gershkovich, el exmilitar estadounidense Paul Whelan y el disidente ruso Ilia Yashin, entre otros.
El último intercambio de prisioneros se llevó a cabo en diciembre de 2022, cuando Rusia liberó a la baloncestista Brittney Griner a cambio del traficante de armas ruso Viktor Bout, preso en Estados Unidos. Washington buscaba entonces la liberación de Whelan, pero no aceptó entregar al asesino convicto Vadim Krasikov, condenado a cadena perpetua en Alemania por matar a un disidente checheno. Ahora, ambos han sido liberados.