Qué es la Piedra del Destino, la roca sobre la que se coronará a Carlos III
El próximo sábado 6 de mayo Gran Bretaña coronará en la abadía de Westminster a su nuevo rey, Carlos III, quien estará sentado sobre la Piedra del Destino. Te contamos de qué se trata y el simbolismo que tiene en la ceremonia
El próximo 6 de mayo de este 2023, el rey Carlos III será coronado en la ciudad de Londres, Inglaterra, como parte del proceso protocolario de la realeza para delegar el trono al nuevo monarca, un esperado evento que contará con la presencia de grandes personalidades destacadas en varios ámbitos de todo el mundo, el cual contará también con la famosa Piedra del Destino, un asiento tallado en Escocia que será parte indispensable de la ceremonia.
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El servicio de coronación es una ocasión solemne, religiosa y llena de simbolismo. Carlos, junto a Camila, jurará que defenderá la ley y la Iglesia de Inglaterra.
Sentado en la histórica Silla de la Coronación, conocida como del rey Eduardo y que contiene la Piedra del Destino, será ungido por el arzobispo de Canterbury, el líder espiritual de la comunidad anglicana, con un óleo consagrado en Jerusalén.
Es el punto central de la ceremonia y señala la concesión de la gracia de Dios al soberano.
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¿PERO QUÉ ES LA PIEDRA DEL DESTINO QUE LLEGÓ A LA ABADÍA DE WESTMINSTER DESDE ESCOCIA EN LAS ÚLTIMAS HORAS?
La Piedra del Destino o Piedra de Scone es uno de los principales símbolos de la monarquía escocesa. Pesa 152 kilos y cuenta la historia que el rey Eduardo I se la llevó como botín de guerra en el siglo XIV.
Según la tradición irlandesa, la famosa piedra fue traída de Jerusalén a Tara en el siglo VI a.C. por el profeta Jeremías y la hija del último rey de Judá. Se dice que la piedra fue utilizada como almohada por Jacobo en el relato bíblico y que posteriormente se guardó en el templo del rey Salomón.
El bloque, que viajó bajo estrictas medidas de seguridad, se utiliza para las coronaciones desde hace más de 700 años y se cree que fue traída de Irlanda a Escocia para la coronación del primer rey de Escocia, Kenneth MacAlpin.
En 1296, la piedra fue capturada por los ingleses durante las Guerras de Independencia de Escocia y llevada a la Abadía de Westminster en Londres, donde se incorporó a la silla de coronación.
La piedra permaneció en la Abadía de Westminster durante siglos y se usó en las ceremonias de coronación de los monarcas británicos. Sin embargo, en 1950, un grupo de nacionalistas escoceses robó la piedra de la abadía y se la llevó a Escocia.
La piedra finalmente se recuperó y se devolvió a Inglaterra en 1951, pero en 1996 se decidió que debería devolverse a Escocia con la condición de que retorne para las celebraciones de coronación. Ahora reside en el Castillo de Edimburgo, donde está en exhibición para que los visitantes lo vean.
¿LOS SCONES LE DEBEN SU NOMBRE A LA PIEDRA?
En efecto, cuenta la leyenda que un joven repostero refugiado en la Abadía de Scone, el lugar donde fue hallada esta piedra con presuntos poderes divinos, rememoró unos deliciosos bollos de pan irregular que se hacían en su casa. Al probarlos, los monjes quedaron fascinados y los distribuyeron para saciar el hambre de los pobres. Los denominaron scones y desde entonces forman parte indiscutida de la tradición culinaria británica.