La "dama de hielo"
Quién es Claudia Sheinbaum, la primera presidenta de la historia de México
La candidata del oficialismo de izquierda se impuso en las urnas ante su principal rival, Xóchitl Gálvez, de centroderecha.
Los mexicanos acudieron este domingo a las urnas con dos mujeres como claras favoritas para alcanzar la presidencia de un país asolado por la violencia del narcotráfico, donde en promedio 10 mujeres son asesinadas cada día. Tras el conteo de votos, resultó electa la candidata del oficialismo de izquierda, Claudia Sheinbaum, convirtiéndose así en la primera presidenta en la historia del país norteamericano.
Es un "día histórico", expresó Sheinbaum antes de votar en Ciudad de México. Tras depositar su sufragio, contó a periodistas que votó por la líder histórica de la izquierda mexicana Ifigenia Martínez para la presidencia, en "homenaje" a su lucha.
En México, las tarjetas electorales incluyen una casilla en blanco que permite votar por una candidatura no registrada. "¡Que viva la democracia!", exclamó la mandataria electa.
Los seguidores de Sheinbaum creen que continuará los programas de Andrés Manuel López Obrador, a la par que destacan su eficiencia como alcaldesa de Ciudad de México (2018-2023) y la ven como una "inspiración" en este país con altas tasas de violencia de género, donde unas 10 mujeres son asesinadas diariamente, entre feminicidios y homicidios dolosos, según ONU Mujeres.
Reina Balbuena, vendedora de tamales de 50 años, contó que votó por Sheinbaum porque su partido Morena "ha dado muchos apoyos a los adultos mayores, a los niños".
Balbuena cría a su nieta y recibe por ello una ayuda que le permite comprar uniformes y útiles escolares. "Una mujer presidenta apoyará más a las mujeres", opinó junto a su carrito de venta callejero en el barrio Roma, de Ciudad de México.
Durante su gobierno, López Obrador distribuyó millonarias ayudas directas a ancianos, jóvenes y discapacitados que sacaron a 8,9 millones de personas de la pobreza, aunque un tercio de la población aún vive en esa situación. Es pro eso que tanto Sheinbaum como su principal rival, Xóchitl Gálvez, de centroderecha, se habían comprometido durante la campaña a mantener esos apoyos.
Su pasado militante
Sobria e impasible, Claudia Sheinbaum (61), una científica brillante a la cual su rival llama "dama de hielo", buscaba convertirse en la primera presidenta de un México machista, de tragedias y pasiones. Tanto en su militancia estudiantil en los años 1980 como en su primer cargo público como secretaria de Medio Ambiente de Ciudad de México (2000-2006), proyectaba seriedad y enfoque.
De rostro imperturbable, rara vez sonreía. Hace falta revisar viejas imágenes familiares para verla divertida en sus juegos infantiles o ya adolescente sonriendo coquetamente para la cámara.
La campaña, sin embargo, reveló a una mujer afectuosa y risueña que repartió besos y abrazos entre miles de simpatizantes, y defendió apasionadamente a la "cuarta transformación", proyecto del saliente mandatario López Obrador. "Este 2 de junio vamos a hacer historia. Seguirá avanzando la transformación", proclamó en el Zócalo, principal plaza pública de México, durante su multitudinario cierre de campaña.
Pero en 1987 era una reservada estudiante de la maestría de ingeniería energética de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). "Ni ella ni yo éramos de socializar con todo mundo", recordó Guillermo Robles, uno de sus compañeros. Luego Sheinbaum cursó un doctorado en ingeniería ambiental, para el cual investigó cuatro años en Estados Unidos, y fue parte del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU (IPCC) que ganó un Premio Nobel de la Paz en 2007.
El magnetismo de esa joven de ascendencia judía radicaba en sus convicciones de izquierda que la hicieron militante del Consejo Estudiantil Universitario (CEU), opinó su excompañero. Aquel colectivo frenó una intentona de privatización de la universidad y fue cantera de personalidades del gobierno de López Obrador, su padrino político.
Aunque Sheinbaum "no era de las principales" líderes, según Robles, su compromiso no melló ni estando embarazada de su hija Mariana, hoy de 36 años. Esa convicción tiene vena familiar. Su madre, Annie Pardo, reputada bióloga, fue expulsada como profesora universitaria por denunciar la matanza de estudiantes de 1968 en la plaza Tlatelolco.
Los desafíos como alcaldesa
Temple y discreción marcan la actuación de Sheinbaum, cuyos abuelos llegaron a México desde Bulgaria y Lituania huyendo de la Segunda Guerra Mundial. Como alcaldesa de un distrito de Ciudad de México (2018-2023), afrontó el derrumbe de un colegio durante el terremoto de 2017 que mató a 26 personas, incluidos 19 niños. Metódicamente, insistió en que irregularidades detectadas en la construcción no eran imputables a la alcaldía.
También manejó con aplomo otro momento álgido como alcaldesa de la capital: la pandemia. El uso de métodos científicos y tecnología reflejó la impronta de Sheinbaum en la gestión del Covid que, no obstante, dejó una elevada mortalidad.
"Tiene una capacidad de análisis impresionante, de leer datos y encontrar soluciones", comentó Tatiana Clouthier, exministra de Economía de López Obrador, hoy su vocera de campaña.
Tras el colapso de la línea del metro en 2021, defendió a su equipo y optó por una polémica negociación con la constructora de la obra -propiedad del magnate Carlos Slim- para indemnizar víctimas y evitar juicios.
"Gobernar es tomar decisiones. Hay que tomar la decisión y asumir las presiones que se pueden generar", argumentó en el documental Sheinbaum. Una de esas determinaciones será dejar definitivamente "atrás el neoliberalismo" y mejorar la economía de los trabajadores. "Un país no puede avanzar cuando solo se favorece a los más prósperos", aseveró en el Zócalo.
La "dama de hielo"
En campaña, una cámara la captó reclamando airadamente un trato injusto del partido mientras disputaba la candidatura presidencial con el excanciller Marcelo Ebrard, cuyos ataques no lograron exasperarla. Esa frialdad también le juega en contra.
Nunca miró ni llamó por su nombre a su principal oponente, la centroderechista Xóchitl Gálvez, durante tres debates en que ésta la atacó duramente. "Sigues siendo fría, sin corazón, yo te llamaría la dama de hielo", le espetó Gálvez, enrostrándole no tener el "carisma" de López Obrador.
En contraste, Sheinbaum se mostró graciosa y distendida en videos de TikTok. También compartió en noviembre de 2023 la noticia de su casamiento en segundas nupcias con Jesús Tarriba, su amor de la universidad con quien se reencontró vía Facebook en 2016.
Es atenta con las mujeres de su equipo de campaña y partidaria de los liderazgos horizontales. "A pesar de ser científica tiene una cuestión de luchadora social que hace una combinación de mente con corazón muy buena", apuntó Clouthier.
Robles, su colega investigador por más de una década, resaltó que nunca "se le subieron los humos". "Sí tiene amor por México, no es ambición como muchos políticos. Claudia no es ni tantito parecida a los políticos tradicionales", aseguró.
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Los desafíos que enfrentará como presidenta de México
La expansión del crimen organizado "es el problema más intimidante" que deberá enfrentar cuando asuma la presidencia, opinó Michael Shifter, investigador del centro de análisis Diálogo Interamericano, con sede en Washington.
También tendrá el reto de mantener los programas sociales cuando el déficit fiscal subió a 5,9% y el crecimiento promedio en los últimos seis años fue de apenas 0,8%.
Otro desafío será la relación con Estados Unidos, destino de 80% de las exportaciones mexicanas, especialmente si Donald Trump regresa al poder, advirtió Shifter. En ese sentido, el líder republicano amenazó con deportaciones masivas de migrantes que cruzan por la frontera binacional de casi 3.200 km. Además, en 2026 los dos países y Canadá deberán renegociar su tratado comercial T-MEC.
En estos comicios la izquierda también buscó ampliar la mayoría simple que tiene en el Congreso para aprobar polémicas reformas, incluida una del ámbito judicial, así como conservar la alcaldía de Ciudad de México, su bastión.