Quién es Martín Muñoz: fue stripper y ahora es “el patovica” de la Selección Argentina en Qatar
Martín Muñoz fue señalado por estar al frente de la hinchada que alienta a la Argentina en cada partido del Mundial. “Me pagué el viaje y las entradas. No soy barra”, le dijo a TN.
Martín Muñoz arribó a la entrevista 15 minutos más tarde de lo pactado. Previo a su llegada, avisó por WhatsApp que estaba demorado en el gimnasio. “Me baño y voy. Estoy cerca”, dijo por esa vía.
Arribó al balneario B12 de West Bay Beach, una de las zonas más caras de Doha, con su bolso de entrenamiento. Un hincha argentino lo reconoció en el lugar y le preguntó: “¿Vas el viernes a la cancha?”. Martín asentó con su cabeza y le extendió la mano.
Su imagen no pasa desapercibida desde que una cámara de televisión lo enfocó por primera vez en el partido frente a México. El hombre de 31 años, exhibido sin remera y con un físico que entrena los cinco días de la semana, fue señalado en ese entonces como uno de los barras que había viajado a Qatar para alentar a la Selección.
Sin embargo, nada de eso es cierto. Martín vive desde 2017 en Australia, precisamente en Sidney, y se dedica a dar clases en un gimnasio y a la seguridad en uno de los boliches más conocidos de la ciudad.
“Me pagué el viaje y las entradas. Estuve en el Barwa, dormí en los contenedores, en un departamento de la FIFA con unos amigos. Este viaje fue pagado con mis ingresos, por mis actividades en Australia”, relató a TN.
Instalado en una de las mesas del balneario, solo atinó a pedir un agua sin gas con una ensalada césar. Pidió el pollo por separado, pero no le entendieron. “No tomo alcohol desde hace años. Acá me doy algunos permitidos, pero jamás dejó de entrenar. Es imposible que pase una semana sin ir al gimnasio”, indicó.
“Soy de Lomas de Zamora, dejé la escuela. Me echaron en realidad. Empecé a laburar, todo lo que podía agarrar lo hacía. Tengo tres hermanas y un hermano. Mis viejos trabajaron toda la vida”, contó.
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“En Australia estoy en pareja, convivo con ella. Empecé a ir a Australia a fines de 2014 por un torneo de powerlifting. Fui varias veces y en 2017 hasta que me quedé. Trabajé en boliches, en gimnasios y más de una vez también fui stripper”, relató Martín.
“Ya lo había hecho en Argentina. Lo hice en Cocodrilo y América. Poco, pero lo hice”, dijo respecto a la actividad de sacarse la ropa y bailar. También detalló que su primer contacto con las pesas y mancuernas ocurrió a los 18 años.
“Para estar una semana sin entrenar tiene que sucederme una situación extrema. En mis vacaciones más relajadas entreno tres veces por semana. Me encanta porque recorro los gimnasios de todo el mundo, me divierte mucho”, dijo el personal trainer.
“Desde que fui al Mundial 2018 me prometí no perderme ningún otro. Soy fanático de la Selección. Cuando se viralizó mi imagen fui llamado barrabrava del Chiqui Tapia por los medios, pero simplemente soy un hincha más, conocido como el patovica de la Selección”, contó Martín.
“Soy fanático de la Selección Argentina. Estoy parando con la hinchada, pero no soy barrabrava ni los pibes son barras. Soy un hincha más que viene a apoyar al equipo”, agregó.
“La acusación más graciosa de todas es que soy un expreso de Devoto, al que se lo ha visto causando tomas en el penal. Esa es la mejor. Después hay memes de todo. Me dicen que soy un héroe nacional, el salvador de la Scaloneta”, comentó.
En uno de los primeros banderazos, su figura se potenció cuando se posicionó adelante del grupo argentino para evitar un choque con hinchas tunecinos que también estaban reunidos en el lugar. “Tengo cualidades físicas superiores a las de cualquier persona y puedo lastimar de verdad. Veinte veces más fuerza que la mayoría de las personas”, sostuvo.
Martín contó que ante México se acercó al sector en el que estaban los bombos y, sin conocer a nadie, decidió pararse junto a los hinchas que estaban a los costados. “Nadie me dijo nada. Saludé con respeto y empecé a cantar. Ahora me conocen”, sostuvo.
Su fenómeno se acrecentó luego de los partidos que Argentina ganó ante Polonia y Australia. Los hinchas que lo reconocen le piden fotos en la calle y en sus redes sociales sus seguidores se incrementaron y los mensajes privados también.
“Me escriben hombres y mujeres de todos lados. Pasé de tener 12 mil seguidores en Instagram a más de 26 mil en una semana. En Twitter me empezaron a seguir 12 mil personas después de subir una foto. Es impresionante”, contó.
Respecto a su posición en la tribuna, Martín completó: “Yo me paro ahí porque me gusta estar ahí, quiero, no le hago mal a nadie, lo voy a hacer porque tengo ganas. Y al que no le guste que se vaya, yo voy a seguir ahí”.