Rafael Nadal supera a Djokovic y se acerca a la semifinal de Roland Garros
El español se impone por 6-2, 4-6 y 6-2. Si gana el próximo set jugará ante Alexander Zverev, quien eliminó a Carlos Alcaraz
Cuando parecía que la rivalidad más repetida de la historia del tenis, entre el serbio Novak Djokovic y el español Rafael Nadal, no podía ofrecer ninguna novedad, llegó el capítulo 59: por vez primera se miden sobre la tierra batida en la noche parisiense.
Rafa Nadal y Novak Djokovic se medirán en cuartos de final de Roland Garros
Desde que se puso en práctica el turno nocturno hace dos años en Roland Garros, permitiéndole sacar más dinero por las entradas y por los derechos televisivos, programar carteles de prestigio a esa hora del día ha sido una obsesión de los organizadores.
Esta edición tiene uno de los más atractivos tanto a nivel deportivo como rentable. El partido más esperado se da en los cuartos de final entre los ganadores de 15 de las últimas 17 ediciones. Las presiones televisivas han sido superlativas para convencer al español, poco amigo del juego nocturno en tierra batida.
El primer set se fue en 49 minutos con una exposición notable del singlista de Mallorca. Rafa no le dio ninguna oportunidad a Nole y se quedó con el parcial con un contundente 6 a 2.
Cuando el choque llegó a las 2 horas y 16 minutos, Djokovic cerró la segunda manga con una clara muestra de reacción. El 6-4 a su favor emparejó el histórico choque que tuvo relación con las condiciones climáticas. No fue casualidad el dominio del serbio cuando comenzó a caer la noche, ya que la velocidad del pleito se modificó en virtud del número uno del mundo.
Todo parecía indicar que en nuevo dominador del espectáculo iba a ser Novak Djokovic, pero Rafa siempre es Rafa. Como si estuviera jugando en el patio de su casa, el español se retiró al vestuario, se cambió la camiseta y volvió a su esencia. Con un alto porcentaje en su primer servicio (69%), Nadal recuperó la memoria y selló el 6-2 para quedar a un paso de la semifinal.
El de Manacor llega sin tanta preparación sobre tierra batida, mermado por las lesiones que le permitieron solo jugar en Roma, donde su lesión en un pie le impidió competir en plenitud.
El choque estelar llega demasiado pronto, sin que su tenis haya tenido tiempo para engrasarse, con dudas tras haberse visto zarandeado en octavos por el canadiense Felix Auger-Aliassime, que, por tercera vez en su carrera, le obligó a jugar cinco sets en Roland Garros.
Todo lo contrario que el número uno del mundo, imperial en cada uno de sus cuatro duelos anteriores, sin perder un set, sin ningún síntoma preocupante. El serbio persigue la tercera corona en París y, de paso, igualar a 21 grandes con Nadal precisamente en el escenario que más gloria ha dado al español.
Todos los indicadores apuntan a un triunfo de Djokovic, el 31 contra Nadal, el tercero en los diez duelos en Roland Garros, el noveno de 28 sobre tierra batida, el segundo consecutivo tras la semifinal del año pasado en la Philippe Chatrier.
Pero las estadísticas son relativas entre esos dos contendientes, sobre todo cuando Nadal ha dado ya pruebas de renacer cuando se le daba por muerto.