Rafaelino participa en el desarrollo de una mano robótica
Es Nicolás Jara, quien junto a su compañero de estudios Martín Gorosito compartió el proyecto de tesis de la carrera de Ingeniería Biomédica.
A sus 23 años, el rafaelino Nicolás Jara se graduó como Ingeniero Biomecánico al presentar, junto a su compañero cordobés Martín Gorosito (24), un proyecto para producir una “prótesis funcional de miembro superior controlada a partir del dispositivo Myo” que obtuvo una calificación de 10 puntos. En el proceso, sumaron a Tatiana Ceballos, de 27 años, quien nació sin su mano derecha y por eso se convirtió en la beneficiaria de esta prótesis impresa con tecnología 3 D.
Esta semana, Nicolás junto a Martín fueron invitados a contar esta experiencia en los canales 10 y 8 de Córdoba -en este último caso el mismo viernes-, con el impacto en las redes sociales. Ambos se muestran con el pelo corto producto de que, como manda la tradición universitaria, luego de graduarse sufrieron una desordenada intervención en sus cabezas.
De vacaciones en Rafaela, donde llegó el viernes por la noche para compartir las fiestas con su padre Darío, su mamá Graciela Getto y su hermana Paula -terminó la secundaria y estudiará Profesorado en Ciencias de la Educación-, Nicolás contó su historia que conmueve porque a partir de un trabajo en el aula y en el laboratorio pudieron mejorar sustancialmente la calidad de vida de Tatiana.
“En 2012 empecé la carrera de Ingeniería Biomédica, que se dicta en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba y que también depende de la Facultad de Ciencias Médicas. Ahora me recibí y en junio será el acto de colación. Nos recibimos con este proyecto de tesis que empezamos a desarrollar en marzo, en el marco de discusiones con los profesores para definir el tema. Nos decidimos, tuvimos que pedir un dispositivo que viene del exterior que necesitábamos para investigar”, explicó Nicolás, quien en Rafaela estudió en la Escuela Mitre (primaria) y en la Técnica “Guillermo Lehmann” (secundaria).
Con el respaldo del profesor, Diego Beltramone, se enfocaron en la idea. “Consideramos que con este brazalete importado podíamos controlar la prótesis, pero nunca imaginamos que íbamos a terminar desarrollando una y que podía ser utilizada por una persona. A medida que fuimos avanzando, comenzó a tomar forma esta posibilidad. Conocimos a Tatiana, que es de Córdoba, a través del Dr. Jorge González, del Hospital Misericordia, que trabaja con personas que sufren algún tipo de amputaciones”, sostuvo Nicolás.
“Tatiana se ofreció para integrarse al proyecto. La prótesis es un diseño centrado en el usuario, diseñada y adaptada para que le puede encastrar en el muñón, en la amputación. Los movimientos y actividades que realiza la prótesis son a pedido del usuario. Es decir que a partir de una etapa de investigación, y de lo que quería Tatiana, incorporamos una serie de movimientos que ella quería realizar”, detalle.
El viernes, una muy entusiasmada Tatiana dijo ante la conductora de “Teleocho Noticias”, Silvia Franco, que la mano robótica le permitía “hacer cosas simples que hasta ahora no podía, como tomar un vaso u otro objeto”. Recordó que cuando era niña usó temporalmente una prótesis estética que no era ni cómoda ni útil por lo que la abandonó.
Según Nicolás, “la mano funcional” se encuentra en una fase aún de investigación y de entrenamiento. “Tatiana puede agarrar una taza, un celular, escribir en la computadora, hacer señas porque esta prótesis, que pesa entre 400 y 500 gramos, tiene una programación de 16 movimientos”.
Lo sorprendente es que gastaron 6.000 pesos en materiales para construir este producto cuando en el mercado cuestan entre 30 mil y 100 mil dólares. “A nuestro proyecto hay que agregarle el costo de I+D (investigación y desarrollo) que puede elevar su valor de entre 30 mil y 40 mil pesos. Pero pensado en una producción en escala el impacto es menor”, puntualizó.
-¿Qué sigue ahora?
-Nuestro objetivo es seguir perfeccionando la prótesis, porque si bien puede realizar muchos movimientos, la mayoría no son de soporte sino funcionales. Si se puede que llegue a muchas personas que pueden necesitarla bajo el sistema open source, es decir de acceso libre y gratuito. Si bien ya me gradué, la idea es seguir en Córdoba y buscar algún posgrado o algo así para continuar la formación.
El salto a la fama de esta última semana en la televisión cordobesa no fue repentino. En los últimos meses presentaron el proyecto en el capítulo reservado para estudiantes en el Congreso de SABI (Sociedad Argentina de Bioingeniería) que se realizó en Córdoba entre el 25 y el 27 de octubre de este año. “Fuimos galardonados con el primer premio”, admite con cierta modestia.
Anteriormente, el 1° de septiembre participaron junto a otros 16 oradores de la tercera edición del TEDx Universitario de Córdoba, que tuvo como consigna “ideas que vale la pena difundir”. Nicolás y Martín, quienes destacan el respaldo de profesores y de la Facultad, abordaron “el tema de la discapacidad, de cómo la carrera nos metió en ese mundo y de cómo con una simple tecnología, se puede satisfacer una necesidad”.
“Ahora de vacaciones”, confiesa Nicolás cuando deja la Redacción del diario, visiblemente más relajado que en los estudios de televisión de Córdoba.
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