Recorte del presupuesto nacional para la UNL y la UNR
Descontada la inflación sobre las asignaciones nominales, la casa con rectorado en Santa Fe pierde $ 127 millones, y la del sur provincial $ 63,3 millones. “Es un golpe bastante duro”, dijo Albor Cantard.
El de 2019 fue el último presupuesto nacional aprobado en el Congreso. Desde entonces la inflación acumuló un promedio del 75 % según el Consejo Interuniversitario Nacional, y esa fue la tasa de actualización de partidas que los rectores plantearon al gobierno central como piso para financiar las casas de estudio. La respuesta fue despareja y perjudicó a la UNL y a la UNR según las cifras que el diputado nacional Albor Cantard remitió a pedido de El Litoral.
“En el caso de la UNL ese aumento bianual es de alrededor del 70 %, lo que traducido en pesos son $ 127 millones, que es un golpe bastante duro” para una partida que quedó en $ 2.544.498.280.
Para el caso de la Universidad Nacional de Rosario, la actualización “está en el orden del 73 %, con una pérdida de $ 63,6 millones”, agregó el legislador radical santafesino. La partida en este caso quedó en $ 10.541.057.489
Respecto de la Universidad Nacional de Rafaela, “está por arriba pero es un caso similar a las de otras casas de estudio nuevas. En la medida que van incorporando alumnos y docentes, requieren más presupuesto”, explicó Cantard. La partida en este caso alcanzó $ 391.746.719.
Otra diputada nacional santafesina, Ximena García, planteó en el recinto durante el tratamiento de “la ley de leyes” que “el sistema universitario sufrirá un brutal ajuste presupuestario que apenas le permitirá cubrir gastos de funcionamiento y salarios y resentirá la capacidad de cumplir con la misión de las universidades públicas”. Cantard le confirmó a El Litoral que está muy comprometida la capacidad de las universidades para negociar paritarias.
Discriminación
Ximena García (UCR) sostuvo en el recinto que “este mismo presupuesto establece diferencias para universidades amigas y no amigas, es decir afines y no al gobierno nacional. Por ejemplo las universidades del conurbano bonaerense se ven beneficiadas con un aumento de sus partidas presupuestarias con un promedio del 25 % mientras que otras universidades como las de la provincia UNL sólo se prevé un aumento del 6,5 % y a la UNR un incremento del 9 %respecto del presupuesto de 2020 (reconducido de 2019) frente a la inflación proyectada por el BCRA del 47,5% o la inflación que estima este mismo presupuesto del 29 %”.
A manera de ejemplo, Cantard explicó que la Universidad Nacional de Quilmes tiene en su presupuesto 81 % más que en 2019, y la de Lomas de Zamora 79 % más. En los dos casos es superior a la inflación, y en el último de ellos supone una mejora de millones a valores actuales.
Cantard recordó que el planteo de todos los rectores al gobierno federal tuvo una respuesta positiva, ya que tras el reclamo la partida global se incrementó en $ 2.500 millones. “Apareció una nueva planilla con ese monto, pero lejos de buscar equilibrios, se profundizaron las diferencias y ni la UNL, ni la UNR ni Rafaela tuvieron mejoras” respecto de la primera versión presupuestaria.
Para Ximena García, la discriminación no se da sólo en el ámbito universitario sino en general. “Para Santa Fe el gasto del presupuesto significa el 4 %, cuando aporta el 20 % del PBI agropecuario y el 9 % del PBI global. Por cada peso que se invierte en la provincia, se invierten 18 en la provincia de Buenos Aires”, aseguró.
Superpoderes
“Otro tema objeto de crítica es el ‘presupuesto bajo la línea’, que es lo que queda en el ámbito de la Secretaría de Políticas Universitarias para diferentes programas; allí hay, incluyendo el Fondo Universitario para el Desarrollo, más de 17 mil millones, es decir más del 8 % del total del presupuesto universitario, una barbaridad. Eso es más de lo que tiene, por ejemplo, la Universidad Nacional de Córdoba que alcanza a $ 14.800 millones.
“Lo que eso habilita -explicó Cantard- es una discrecionalidad absoluta desde el ámbito del Poder Ejecutivo, que obliga a los rectores a ir a golpear las puertas y ponerse ‘a disposición’, para conseguir una partida más. Con un agravante, como son partidas no presupuestadas, lo que cada rector consiga no se consolida para el año siguiente”.
El diputado santafesino explicó que “cuando recibimos la gestión en 2015, redujimos estas proporciones a 4 % del presupuesto universitario en un año; y en el último ejercicio era casi cero”.
Obras
Si bien el presupuesto restringe la capacidad paritaria y de gastos de funcionamiento de la UNL y la UNR, ambas tienen -como todas las casas de estudio- por separado un Programa de Inversión en Infraestructura Universitaria, donde hay una partida de $ 300 millones para Rosario y otra de $ 276 millones para el edificio de actividades académicas múltiples en la Reserva Natural de la ciudad universitaria santafesina.