Remodelan un edificio histórico del Concejo rosarino
Se trata de una casona estilo neocolonial de tres plantas ubicada en 1º de Mayo 945 que se adquirió con ahorros del cuerpo.
Con la finalización de la puesta en valor del inmueble patrimonial emplazado en 1º de Mayo 945, el Concejo Municipal recupera para la ciudad el denominado anexo “Alfredo Palacios”. En este lugar funcionarán a partir de este lunes las 12 comisiones del cuerpo, las que por el momento seguirán funcionando con la misma modalidad que se instrumentó desde marzo: presidente, vice y secretario están de manera presencial y el resto de los y las integrantes es a través de la plataforma Zoom.
“En lo empírico la finalización implica dejar de alquilar el edificio de Juan Manuel de Rosas al 800 y ya desde este mes el Concejo entregó las llaves y reduce ese gasto”, afirmó María Eugenia Schmuck.
La propiedad fue adquirida en octubre de 2011 y a partir de 2016, se proyectó una puesta en valor y refuncionalización de los espacios para adecuarlos a la labor legislativa.
En agosto de 2019 se inició la ejecución de obras y un año después se concreta la reapertura del inmueble con el traslado definitivo de las comisiones. “Nuestra responsabilidad como ciudadanos y como representantes de los vecinos y vecinas de Rosario es preservado y atesorado el pasado para poder crecer mirando al futuro. El valor histórico de este inmueble situado a 150 metros del Monumento está garantizado y nos sucederá como un legado al capital histórico de la ciudad”, aseveró la presidenta.
Accesible y patrimonial
El edificio –una casa neocolonial de tres plantas– fue construido en 1928 por Silvio Miraglia. Sus espacios fueron adaptados con 12 oficinas donde funcionarán administrativamente cada una de las comisiones.
Los esfuerzos y desafíos al encarar la remodelación del inmueble,estuvieron puestos en lograr que, por un lado el edificio sea accesible y que a la vez conserve el valor patrimonial del mismo dado que forma parte del inventario de Patrimonio Histórico, Arquitectónico y Urbanístico de nuestra ciudad.
La puesta en valor abarcó las fachadas y u meticuloso trabajo manual para restaurar los vitrales, marquesinas y detalles de la casona. “Podríamos decir quienes ingresan al anexo del Concejo Municipal descubrirán su tesoro: sus vitrales. En total son 9: 1 puerta, 7 ventanas y el lucernario sobre la escalera”, contó la concejala.
Dentro de las intervenciones se incluyeron rampas de acceso y un ascensor en el ingreso al edificio que permite el acceso a las distintas dependencias. Además se agregaron baños en la planta baja y contará con dos salas grandes para realizar las reuniones de trabajo. Una de ellas se amplió para utilizarse como Salón de Usos Múltiples (SUM).
“Las desavenencias económicas no fueron un impedimento para avanzar con una obra cuyo valor arquitectónico se conforma por lo que en sí representa pero también por formar parte de un conjunto de edificios emplazados en el Casco Histórico de la ciudad y en el entorno del Monumento Nacional a la Bandera”, concluyó Schmuck.