Rodrigo “El Potro” Bueno hoy cumpliría 49 años
Un 24 de mayo de 1973 nacía en Córdoba Rodrigo Bueno, responsable de llevar el cuarteto a todo el país. A su explosión de popularidad le sobrevino una muerte prematura y hasta sospechosa con apenas 27 años.
En apenas 27 años de vida y un puñado en la cima de la popularidad, Rodrigo Bueno logró llevar el cuarteto cordobés a todos los rincones del país y se convirtió en un ícono de la música y la cultura popular argentina. Hoy, ese huracán imparable habría cumplido 49 años.
Rodrigo Alejandro Bueno, “El Potro”, había nacido el 24 de mayo de 1973 en la ciudad de Córdoba, como hijo mayor del matrimonio entre Eduardo Alberto Bueno, un productor musical, y Beatriz Olave, compositora y trabajadora de una empresa editorial. Años después llegarían Flavio y Ulises, quien siguió sus pasos en los escenarios.
Con apenas dos años de edad, Rodrigo hizo su primera aparición en público en el programa “Fiesta de cuarteto”, junto con el amigo de la familia, un tal Juan Carlos “La Mona” Jiménez. A los 5, grabó un disco de canciones infantiles, titulado “Disco Baby”. Después comenzó a colaborar con la banda Chébere. Ya a los 12 había dejado el colegio para probarse en la banda Manto Negro. Todo a mucha velocidad.
En 1987 publicó su primer disco, llamado “La foto de tu cuerpo”, aunque se trataba de una incursión en el rock. Luego lanzó “Aprendiendo a vivir”, su siguiente trabajo de estudio que fue presentado en vivo en la emblemática discoteca Fantástico Bailable. Con el lanzamiento de dicho álbum viajó a la ciudad de Buenos Aires para consolidar su carrera artística.
A medida que aumentaba su popularidad en la Capital Federal (en rigor, en el denominado AMBA), abandonó PolyGram Records y firmó un contrato con Sony Music. En 1995 publicó su álbum “Sabroso”. Aunque su trabajo con la discográfica culminó rápidamente, ya que su disco, muy al estilo salsa y merengue, no tuvo el éxito esperado y la compañía rescindió el contrato.
La pisada definitiva en el cuarteto
Rodrigo decidió quedarse exclusivamente en el cuarteto, el género cordobés por excelencia, y firmó un controvertido contrato con Magenta Discos, la compañía con la que trabajó hasta el día de su muerte, publicando la mayoría de sus álbumes bajo dicho sello. La empresa le concedía apenas el uno por ciento por la venta de sus discos.
Fuera de esta suerte de “explotación” comercial, la carrera del cordobés se disparó. Su primer lanzamiento, “Lo mejor del amor”, se convirtió instantáneamente en un éxito en las radios de todo el país, especialmente en la Provincia y en la Ciudad de Buenos Aires.
A partir de allí, alcanzó la fama nacional y se ubicó en las pantallas de TV al mismo nivel que otros artistas de culto que se pasearon por el living de Susana Giménez o en un mano a mano con Diego Armando Maradona. Debido a su éxito y popularidad, ganó su primer premio, el premio ACE al Mejor Artista Musical. El siguiente fue “La leyenda continúa”, que llegó a ser disco de oro certificado por CAPIF, y continuó con “Cuarteteando”.
Rodrigo Bueno: demasiados conciertos, demasiado estrés, demasiado alcohol
En 1999, Rodrigo lanzó “A 2000”, un disco que fue certificado como cuádruple disco de platino y se convirtió en tema de una gira que comenzó en el Teatro Astral y que finalizó al año siguiente en el Luna Park, estadio donde ofreció trece (13) conciertos consecutivos con las entradas agotadas. Impresionante.
El fenómeno que rodeaba a Rodrigo lo terminó de consolidar en sus presentaciones en vivo. Con un calendario que incluía en ese momento, la friolera de 25 a 30 shows por semana, el cantante comenzó a trabajar en exceso. Sus giras se volvieron demasiado exigentes, lo que comenzó a perjudicar su desempeño en vivo.
En la temporada veraniega del 2000, Rodrigo realizó una gira de 49 conciertos con la que visitó gran parte de la costa argentina. En Mar del Plata llegó a tocar para casi 100 mil personas frente al paseo turístico de la ciudad. En abril de ese año también llenó en trece ocasiones el estadio cubierto Luna Park, lo que se convirtió en un récord para el recinto. A comienzos de junio viajó a Cuba, donde se encontró con Diego Maradona, a quien le dedicó el tema “La mano de Dios”.
El estrés que le ocasionaba su apretada agenda tuvo como consecuencia que Rodrigo empezara a beber cerveza en exceso. Además, comenzó a tener disputas con Magenta Records. Rodrigo anunció su retiro el 10 de abril de 2000. una forma de protestar por el contrato leonino. Aunque sin defraudar a sus fanáticos en todo el continente, anunció que terminaría sus conciertos programados, incluyendo una gira de conciertos en Uruguay, Venezuela, Perú, Brasil, Chile, Puerto Rico y la ciudad de Miami en los Estados Unidos.
Su última actuación en directo, fijada para el 25 de diciembre de 2000, iba a ser nada menos que en el estadio de River. Tal era su poder de convocatoria.
El 23 de junio de 2000, Bueno fue a la grabación del programa de televisión “La Biblia y el calefón”, presentado por Jorge Guinzburg. Luego se fue a cenar junto a su representante, sus músicos, su pequeño hijo Ramiro y la madre de este. En el comedor se encontró con Fernando Olmedo, hijo del comediante Alberto Olmedo, al cual invitó a su recital en la discoteca Escándalo en La Plata.
Luego de dos horas y media de concierto en una discoteca colmada por 2000 personas, Olmedo le pidió al artista que se quedara a descansar, pero Rodrigo se negó y decidió conducir. Emprendieron viaje entonces en la madrugada del 24 de junio de 2000, viajaban con el su ex esposa Patricia Pacheco, su hijo Ramiro, Fernando Olmedo, el músico Jorge Moreno y el locutor de radio Alberto Pereyra. Durante el trayecto, su camino fue bloqueado por otro conductor, por lo que Rodrigo intentó perseguir al vehículo para adelantarlo otra vez.
En el proceso, perdió el control de su camioneta, chocando contra una barrera y volcando el vehículo. En eso, el cuerpo de Rodrigo fue expulsado del vehículo por no llevar puesto el cinturón de seguridad, lo que le ocasionó la muerte. Además del cantante, Fernando Olmedo también perdió la vida. Los demás acompañantes sobrevivieron.
Rodrigo no llegó a retirarse de los conciertos, no llegó a romper su contrato con la discográfica, no llegó a actuar en River. Sin embargo, con apenas 27 años, remontó hacia el mito para no cambiar ese lugar y así lo recordamos.