Rosario: temor de gimnasios ante un posible retroceso de fase
La realidad que viven los gimnasios en Rosario. “Ya está demostrado que no son focos de contagio”, esgrimieron desde uno de los locales.
Una de las primeras actividades no esenciales en volver desde que se decretó la pandemia, y posterior cuarentena, en Rosario fueron los gimnasios. Tras largas semanas de reclamos lograron acordar un protocolo con la Municipalidad y así los rosarinos regresaron a entrenarse, un reclamo que no sólo pasaba por la salud física sino la mental.
Pero la situación epidemiológica de la ciudad en junio, cuando reabrieron las puertas los gimnasios, era muy distinta a la que se puede ver a finales de este agosto, donde se registran más de 100 casos diarios en promedio.
En este contexto el temor llega desde los centros de entrenamiento, ya que un retorno a fase 1 significaría un cese de actividades. Otro golpe en este convulsionado 2020.
En un recorrido por los gimnasios de Rosario evidenció la realidad que se vive en esta actividad que se une en un pedido: no cerrar sus puertas.
El primero consultado por este medio explicó que «el protocolo es muy simple y funciona muy bien» y aseguró sus palabras afirmando que «los gimnasios somos lugares seguros de coronavirus. Son muy bajos los casos positivos».
El dueño de este local reveló que desarrollaron una app para solicitar los turnos y reservar, tal cual lo estipula el protocolo, y que debido a la «nueva normalidad» la gente cambió la forma de organizar su día.
En cuanto a lo económico fue claro: «El aforo no nos conviene porque antes trabajábamos con 80 personas y ahora sólo podemos con 35. No es viable», no obstante sin dudarlo planteó: «Pero es una etapa que tenemos que transitar».
Una maestra de pilates afirmó que se «viene trabajando bien» bajo todos los protocolos y manifestó que espera que Rosario «no retroceda de fase» ya que «estuvimos tres meses cerrados y fue muy duro volver a comenzar».
En el mismo sentido aclaró otro profesor de Crossfit: «Nuestra preocupación es por volver a cerrar». En este caso particular, el entrenador contó que «económicamente el cierre total fue terrible, tuvimos que inventar recursos como alquiler de materiales o clases online».
Volver de fase, para el hombre, sería un «un golpe terrible» y aseveró que «ya está demostrado que los gimnasios no son focos de contagio».
Para el último consultado, los tres meses sin actividad y «sin ayuda fue una presión» ya sea desde las autoridades como de la gente.
En consecuencia, afirmó que «la gente no quiere saber nada con regresar de fase» debido a los beneficios para la salud, ya sea mental o física, que representa esta actividad.