Rosario: veterinarios en contra de la prohibición de criaderos de perros
Piden diferenciar a los criadores “responsables” de los “fabricantes” de animales y endurecer los controles para erradicar espacios clandestinos.
El Colegio de Veterinarios de Rosario se opuso al proyecto de prohibición de los criaderos de perros, que promueve la no instalación de nuevos emprendimientos y la erradicación en 5 años de los existentes. El texto, autoría del concejal Eduardo Toniolli, se aprobó el último lunes en Ecología y pasó a la comisión de Gobierno con el visto bueno de la Secretaría de Salud municipal. La entidad presentó una nota al Concejo para solicitar una reuinón con los ediles intervinientes, y pedir un freno de la iniciativa “hasta que todas las voces sean escuchadas”.
El presidente de la entidad, Eugenio Camiletti, pidió cautela para prohibir ese tipo de emprendimientos. Diferenció “los que producen perros” de los “criadores responsables”, y se mostró a favor de “un buen sistema de inspección y contralor”. “Como en todas las cuestiones, hay ciudadanos que hacen las cosas bien y hay otros que se aprovechan de los límites de la normativa y la falta de control para hacer lo que quieren. No nos parece que por no poder controlarse, se deba prohibir una actividad. Tenemos que alentar la producción y también la inversión”, consideró.
Profesional responsable
Por ello, proponen que cada criadero tenga un profesional como corresponsable sanitario reconocido por el municipio, para garantizar que el lugar tribute y esté registrado y que se aseguren las condiciones de salubridad y que la genética del animal es la que se declama. “El que es clandestino, si no se pone en regla, se tiene que cerrar. Pero el que hace las cosas bien, no hay por qué cerrarlo”, dijo. Además, marcó que “el proyecto prohíbe el criadero, pero no la comercialización”, por lo que a su entender la compra podría mudarse a ciudades vecinas, “como sucedió cuando se prohibió la venta de fuegos artificiales”.
Camiletti remarcó que a veces los criadores “son familias que con una cría al año le pagan el alimento y la atención veterinaria” a su mascota. “Hay de todo. Los criadores serios quieren tener bien a los perros, porque es el producto que venden”, aseguró. Y reveló que “mucha gente que compra animales de raza, además de quererlos y tenerlos de compañía, los hace tener crías con otros ejemplares puros. Es como comprar una casa de campo: vos la mantenés, la cuidás, la disfrutás y de vez en cuando la también la alquilás”, comparó.
Superpoblación
El debate sobre los criaderos sacó a la luz, además, la situación de superpoblación de mascotas en la ciudad. Un relevamiento de la organización ONGs En Red indicó que en Rosario hay 600 mil perros y gatos, entre los que están en la calle y viven en domicilios con sus dueños. Las proteccionistas piden un plan integral de esterilización masiva de los animales, para bajar de acá a 4 años la proporción de un animal cada dos personas de la actualidad, a una cada cuatro que postula la Organizacion Mundial de la Salud.
El tema promete seguir agitando las aguas de una agenda monopolizada por la pandemia de coronavirus y la inseguridad, en la que se coló la discusión sobre las mascotas.
Un sector que pide ser escuchado
Los criadores también salieron al cruce de la propuesta del edil Eduardo Toniolli para prohibir la instalación de criaderos de perros y gatos en Rosario que trata el Concejo por estos días. Daniel Pizarro, presidente del Rosario Can Club, dijo que están siguiendo todos los procesos legales para que se revea la ordenanza, ya que consideran que el proyecto “proviene del más absoluto desconocimiento por parte del concejal que lo promueve, quien además no convocó a nadie de los que lo podíamos ayudar a que conozca más del tema”.
Desde la institución aclararon que “cualquier persona propietaria de una hembra y que desee criar perros con pedigree de la Federación Cinológica Argentina (FCA), debe inscribirse como criadero y cumplir con todos los reglamentos concernientes”. Entre ellos, se contempla la colocación de microchips obligatoria en ambos padres, el estado sanitario de las instalaciones y de la cría, entre otros aspectos. “Es decir, un criadero puede estar constituido por una sola hembra que tal vez tenga una sola cría en toda su vida”, explicó, y apeló a “la sensatez del Concejo”, esperando no dé curso a la iniciativa.