Santa Cruz: los docentes pueden dar clases en lenguaje inclusivo
El consejo Provincial de Educación aprobó la medida. Asegura que no busca imponerlo sino aclarar que no se sancionará a quien lo use. La opinión de los padres.
La aprobación de un proyecto en Santa Cruz trajo, de nuevo, al lenguaje inclusivo al centro de la escena. Es que desde ahora los docentes podrán utilizarlo en las escuelas para dar clases.
El Consejo Provincial de Educación de la provincia otorgó el visto bueno y generó una fuerte polémica con los padres, que expusieron enseguida su disconformidad con la medida.
El proyecto había sido presentado en la última sesión del Consejo de 2019 por la actual secretaria del gobierno municipal, Celina Mancilla. Y tras su reciente aprobación, aclararon que el objetivo de la norma “no es imponerlo ni a los maestros ni a los estudiantes”, sino establecer que “no habrá sanciones para los docentes que lo usen”.
“Se acordó que los maestros que utilicen el lenguaje inclusivo no binario no van a tener ningún tipo de sanción”, dijo Olga Rizzi, directora del Consejo de Desarrollo profesional de Santa Cruz, en diálogo con TN. “Todo lo que tiene que ver con el lenguaje deviene del cambio cultural que se va imponiendo como en este caso, y que hacen a la inclusión”, agregó.
Rizzi opinó que no se puede estar ajeno a estos cambios culturales. “Entendemos a la inclusión como una línea transversal a todas las temáticas, no solamente al lenguaje”, analizó.
Por su parte, algunos padres fundan su postura en la idea de que “la mayoría de la sociedad no está de acuerdo”. Además, aseguran que el docente que decida implementarlo en sus clases “lo estará imponiendo a sus alumnos, que tal vez no opinen de la misma manera”.
En línea con la visión de Rizzi, el vocal que representa a los docentes, Nicolás Pereyra, consideró que el lenguaje inclusivo “de ninguna manera se impone” para que los chicos o el docente “escriban o hablen utilizándolo”. Además, detalló que el proyecto es más amplio, ya que busca “eliminar del ámbito educativo las desigualdades entre nenas y nenes”, que muchas veces se imponen en las escuelas, como ocurre, por ejemplo, con las listas de asistencia.