Se cumplen 13 años de la muerte de Sandro de América
El cantante dejó clásicos inolvidables como “Rosa, Rosa”, “Dame fuego”, “Quiero llenarme de ti”, “Penumbras” y “Porque yo te amo”.
Sandro fue pasión de sus fanáticas, a las que el cantante las llamaba como “nenas”, y de miles de personas en todo el mundo. El cantautor, que murió el 4 de enero de 2010 en el Hospital Italiano de Mendoza y fue despedido por sus fans en el Congreso, dejó clásicos inolvidables y algunos datos curiosos para recordarlo para siempre.
Nació el 19 de agosto de 1945 como Roberto Sánchez Ocampo en la Maternidad Sardá de la ciudad de Buenos Aires, pero su infancia estuvo identificada con el barrio de Valentín Alsina, en el partido de Lanús. De hecho, siguió ligado de por vida al sur del Conurbano bonaerense, ya que se afincó en Banfield, donde se radicó en una finca que siempre mantuvo un halo de misterio por los altos paredones que la circundaban.
Los datos más curiosos del cantante
Fue criado en una casa alquilada y con baño compartido en Tuyutí 3016, Valentín Alsina. En un acto escolar, se subió al escenario y cantó y bailó por primera vez ante el público. Estaba en sexto grado y, a pedido de la maestra, hizo una imitación de su ídolo Elvis Presley.
Cuando empezó su carrera en la música eligió el nombre Sandro, que había sido el preferido por sus padres Irma Nydia Ocampo y Vicente Sánchez. Sin embargo, las autoridades del Registro Civil no les permitieron anotarlo de ese modo. Le pusieron Roberto en honor al galán Roberto Escalada.
Sandro: el padre del rock nacional
Los primeros pasos en la música los dio en La Cueva, el mítico lugar que funcionaba como bar con escenario en avenida Pueyrredón 1723 entre 1964 y 1967. Allí se reunían los jóvenes que comenzaron con la historia del rock nacional, como Sandro y los de Fuego, Billy Bond, Lito Nebbia, Miguel Abuelo, Oscar Moro, Pajarito Zaguri y Tanguito.
Su referencia fue siempre Elvis Presley. Y como fue uno de los primeros músicos en cantar rock and roll en español, se lo considera el Padre del Rock Nacional.
Se lo conocía como “El Gitano” porque su abuelo paterno José era de origen húngaro. Su apellido era Popadópulos, que cambió a Revaduglias cuando llegó a España y a su vez a Sánchez cuando viajó a Argentina. De todos modos, este es un tema polémico, que aún genera dudas en su biografía.
Sandro y su gran éxito
Uno de sus más grandes éxitos, sin duda alguna, fue “Rosa, Rosa”. Fue escrita en homenaje a Rosa Díaz, la empleada doméstica en la casa de su productor Jorge López Ruiz. Según contó el mismo productor, un día, Sandro llegó cantando “Rosa, Rosa, qué me preparaste” y a él le gustó cómo sonaba y le propuso que compusiera una canción. Salió un hit inolvidable.
Su primera presentación internacional fue en el Festival de Viña del Mar, en 1968, donde resultó el ganador. Pero además tuvo tanto éxito, que a partir de allí también fue conocido en Uruguay, Paraguay, Perú, Colombia, Venezuela, Ecuador, México, República Dominicana y Costa Rica. También escuchaban su música las comunidades latinas de Estados Unidos.
Sex symbol para siempre
Entre sus características más seductoras, por supuesto, se encontraba su famosa bata roja. Desde sus primeras presentaciones, cuando le pedían bises, aparecía nuevamente en el escenario, pero en el camarín se había cambiado de ropa y lucía una sexy bata roja de raso.
Además, Sandro era tan coqueto que diseñaba sus propios trajes en los mismos cuadernos donde escribía sus canciones. Desde sus comienzos en Sandro y los de Fuego también había hecho lo mismo. Su viuda, Olga Garaventa, conserva todos los históricos cuadernos en su casa de Banfield.
Sus primeras fans, que lo conocieron en los sesenta y los setenta, lo acompañaron hasta su último día. Por eso él les decía cariñosamente “Mis Nenas”. Es que cuando empezaron a seguirlo, eran adolescentes. Ellas tenían la costumbre de saludarlo por su cumpleaños todos los 19 de agosto frente a su casa de Bánfield. Y todavía se reúnen allí, aunque el astro solo esté en sus corazones, sus fotos y sus canciones.