Se cumplen 34 años de la muerte de Alberto “El Negro” Olmedo
Alberto “El Negro” Olmedo tenía 54 años cuando cayó de un balcón del piso 11 del Maral 39, un edificio de Mar del Plata.
Fue en la mañana del 5 de marzo de 1988, a las 8.30. Él, por aquel entonces, estaba en la cumbre de su popularidad, y nadie se esperaba lo sucedido.
La noche anterior se había encontrado en dicho lugar con Nancy Herrera, su gran amor, ese que le había roto el corazón un año antes. Supuestamente, esta vez, iban a volver definitivamente. Cuando llegó al departamento ella lo estaba esperando y le había dejado mensaje en el espejo: “Te amo”, decía.
Todo iba bien hasta que de repente, el capocómico se vio montado en la baranda del balcón con una pierna de cada lado, al grito de: “¡Me caigo, mamita, me caigo! ¡Agarráme la pierna! ¡Agarráme la pierna!”.
“¡Yo te agarro, papito, te agarro! ¡Pero no puedo, no puedo, no puedo!”, le gritaba Nancy, pero mucho no podía hacer. Y Alberto terminó por caerse.
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Los vecinos del piso 12 fueron testigos del hecho y eso fue lo que declararon a la Policía. El juez determinó que fue un accidente. Olmedo cayó en el jardín del edificio y su cuerpo rebotó hacia la vereda causándole la muerte en el acto.
La principal hipótesis sobre su muerte fue que estaba bajo los efectos del alcohol y estupefacientes, y que, jugando, se subió peligrosamente sobre la baranda del balcón y al perder el equilibrio cayó hacia el lado de afuera.
La trágica muerte del comediante, amado por los argentinos, tuvo consecuencias letales en sus seres queridos. Su madre, Matilde de Olmedo, al momento de la muerte de su hijo se encontraba visitando a su hija en la provincia de La Rioja.
El 6 de marzo de 1988, luego de enterarse de la noticia del deceso de Alberto, sufrió un ataque cardíaco en el Aeroparque Metropolitano, a los 79 años de edad. Inmediatamente, fue trasladada a la guardia del Hospital Municipal Fernández, donde finalmente murió.
Su histórico compañero de elenco, y dupla icónica del cine de la década de los 80`s, Jorge Porcel, protagonizó solo una única película más en la Argentina (llamada El profesor punk y estrenada apenas 4 meses después de la tragedia, en julio de 1988).
En los créditos finales, el film presenta una imagen de la última escena que Porcel y Olmedo compartieron, en Atracción peculiar, con una sentida dedicatoria.
Muchos de sus allegados atribuyen el repentino y radical cambio en la vida de Porcel (quien se radicó finalmente en Miami y se convirtió al evangelismo) a la pérdida de su compañero y colega.