Se viene la final MasterChef Celebrity 3 entre Mica Viciconte y Tomás Fonzi
El reality de Telefe definirá un ganador entre ambos. Cómo llegan al desenlace y qué harían con el premio.
Si pudiera rebobinar unos meses y concederse un deseo, Tomás Fonzi elegiría que los días tengan más horas. No sólo para llegar a tiempo a acostar a sus hijos a la noche -y, con suerte, llevarlos al colegio- sino para perfeccionar las recetas que, con más instinto que técnica, lo llevaron a instancias finales de MasterChef Celebrity 3.
“Mucho video y libros, pero ni pisé mi cocina desde que empezamos a grabar. Me hubiera gustado poder practicar en casa, pero volvía muy tarde. Mi mujer se ocupó bastante estos meses de las cuestiones alimenticias y también salió mucho delivery”, desliza el actor.
Mientras, la verborragia de su contrincante, Micaela Viciconte (que este domingo 10 y lunes 11 lo enfrenta en la gran final del ciclo de Telefe a las 22.30 y 23hs) lo retruca: “Yo practiqué mucho en mi cocina, con cronómetro y todo. ¡Y quedó hecha un caos! Pero quise hacer lo mejor posible para esta final donde hay un menú de tres pasos”.
Cocineros cansados
El cansancio es mutuo y no lo disfrazan. “En las últimas emisiones se me nota más. Estoy agotado mentalmente, pero es esa sensación de estar llegando a la orilla, después de nadar por un montón de tiempo”, acota Tomás Fonzi que, lejos de visualizarse a un paso del premio mayor, no auguraba -“tampoco mi familia ni amigos”- pasar del mes de enero.
“La panza de ocho meses también empieza a pesar, pero tampoco me justifiqué nunca porque no me interesó correr con ventaja. Aunque es verdad que como mamá primeriza son un montón de emociones y te toca una fibra muy sensible. Siento que soy otra persona”, dice Mica Viciconte, influencer y ex Combate.
-¿Ya no son los mismos que entraron?
Fonzi: En muchos aspectos, no. A priori, lo más obvio, en relación con la cocina. Pero también meterme en terrenos desconocidos como un reality show, que tenía sus riesgos y podía haber pasado cualquier cosa. Pero entendí el juego y lo empecé a disfrutar.
Viciconte: Yo entré sin saber cocinar, o con lo básico. Y aprendí a resolver. Hoy cuando abro la heladera con tres cosas te hago una comida. Fue un curso acelerado con tres monstruos que, si lo querés pagar, es impagable. Y en lo personal, como mamá primeriza, deseando hace mucho tiempo tener un hijo, me encontré con una Micaela mucho más sensible, que sonríe mucho más.
-¿No te traicionaron las hormonas?
Viciconte: Sí, pero en mi casa… (Se ríe) No sé si tanto en el trabajo. Tuve alguna pelea con Germán (Martitegui) en un momento que no las podía manejar. Y después me iba a mi casa mal y me la agarraba con mi pareja. Pero me queda el recuerdo de por vida que trabajé y me acompañó Luca en la panza.
Recuerdos que no voy a olvidar
Y repasa: “La primera contracción la tuve en MasterChef. Estaba controlando el almíbar y no quería largarlo porque tenía que llegar a 118 grados. Y a su vez, tenía un dolor que no podía más y le dije al médico: necesito sentarme un toquecito. Y nadie se enteró. Santi del Moro era el que me llevaba la canasta del mercado, que además fue papá cerca de la fecha, y lo vivía de cerca conmigo”.
-Tuvieron jornadas muy demandantes de grabación. ¿Les costó bajarse de esa vorágine para retomar su rutina habitual?
Viciconte: Yo no soy una persona de quedarse mucho en casa. Me cuesta no trabajar, no hacer cosas. Me pongo a limpiar, ordenar y después de varios días necesito estar en actividad. Me falta obviamente la actividad de entrenar que, con una panza de ocho meses, no puedo hacer.
Fonzi: Fue más intenso que grabar una tira. Porque por más que vayas a trabajar todos los días, nunca tenés todas las escenas. Y los participantes somos el elenco del programa. Pero estuvo bien. Ahora vuelvo a buscar a mis hijos al colegio, que estos meses los he cruzado muy poco. Terminaba tarde y llegaba a casa para verlos diez minutos o ya dormidos. Y a la mañana ya se iban temprano.
Y agrega: “Me hubiera gustado tener más tiempo también para probar y practicar platos en mi casa. Antes de empezar, me junté un día con mi mamá por ocho horas y me armó una lista de preparaciones que no podía no saber. Una salsa bechamel, una sopa de zucchini, una masa para tarta. Y me fue pasando data y consejos siempre.
-¿Lo que sabes te lo enseñó ella o tenías una base?
Fonzi: A mí siempre me gustó cocinar. Ella siempre fue muy buena cocinera y le gustaba mucho la pastelería. Mi papá manejó siempre muy bien el fuego. Es un gran asador. Y yo tengo una base muy clara, sin dudas. Pero nunca pensé llegar tan lejos. Con llegar a mediados de enero estaba hecho. Lo que no me sorprende es Mica en la final. Porque trabajó para eso arduamente y merecido.
La competencia
-¿Se mide al rival o la competencia es con uno mismo?
Fonzi: Yo lo veo como una experiencia de superación personal. No sólo aprender a cocinar, sino la manera de moverme ahí adentro y que eso se vea en televisión nacional. Esos eran los desafíos, no sólo llegar a tal o cual instancia.
Viciconte: La competencia en sí es individual, pero también es estrategia pura porque si alguien cocina muy bien te conviene bajarlo. Es básico de supervivencia. Me pasó con “La Peque” (Pareto), que es un amor, pero en el juego súper estudiosa. Y cuando me tocó llevarle alimentos para una receta, obviamente fui la más mala del mundo. Además la veía como posible ganadora y nunca dejé de competir.
-¿En la vida tampoco?
Viciconte: En general sí, soy muy observadora y competitiva.
Fonzi: Yo con el tiempo me di cuenta que lo que más me interesa de un proyecto es disfrutar el proceso. En lo que sea que esté haciendo.
-Hay una tendencia que señala a Tomás Fonzi como el gran favorito. ¿Son de escuchar el boca de urna?
Fonzi: Mirá, sé que tengo el 50 por ciento de probabilidades, es lo único que puedo decir. Pero, en un punto, hay tanta buena onda… que digo: vamos a ganar por todos ellos. Se me infla el pecho. Pero como le llegará a Mica también.
Viciconte: Yo soy muy presente en redes sociales, leo y escucho todo.
-¿Y cómo te repercutió que circulara una foto tuya en la final antes de tiempo? ¿Sentís que te restó?
Viciconte: Y… esas cosas sí puede ser que me hayan afectado un poco, pero sé que no hubo intención y se arregla puertas adentro. Espero que no me haya restado y tampoco debería jugarme en contra porque soy súper profesional y no es que yo salí a subir cosas.
Y aclara, luego de que se especulara con que habría hecho un curso de pastelería en Mar del Plata: “A veces me da risa y pienso: ¿por qué tanta maldad? No hice un curso. Aparte el que vio el programa se cae de maduro que no soy profesional (risas). Y mi hermana tampoco.
Ella empezó a hacer pastas caseras en su casa en la pandemia, con una máquina simple. Nunca estudió nada y yo en Mar del Plata estudié, pero otra cosa. Y si quisiera, está habilitado. Incluso que tengas un profesor. Pero a veces hay gente que se cree periodista y no se informa con la fuente correspondiente.
Piden que Mica Viciconte sea expulsada de “MasterChef Celebrity 3”
-¿En tu casa cocina Fabián Cubero?
Viciconte: Siempre nos dividimos. Él se maneja más con la parrilla y yo soy más del pescado y las tartas. Pero cuando arranqué MasterChef dejé porque me la pasaba acá y él me esperaba con la comida.
-¿El premio los motiva? ¿A dónde destinarían el millón y medio de pesos?
Viciconte: El que te dice que no, te miente. Es un incentivo y no te voy a decir que me falta, pero la plata siempre viene bien. Más en este momento de ser madre porque imagino que me voy a tener que encerrar cuando nazca Luca un tiempito y mi prioridad será otra. Creo que lo usaría para hacer mi primer viaje familiar con Luca.
Fonzi: Para mí será una yapa también para darme algún gusto. Un paseo, algún viajecito con mi mujer y mis hijos cuando se pueda.
Mica va por más y Tomás, también
Después de un rato al teléfono, su batería –no la del celular- parece inagotable. Con pocas horas de sueño y chequeos médicos pendientes de su avanzado embarazo, Viciconte regala un bonus track: su aterrizaje, en paralelo, a MasterChef Celebrity, La Revancha, un formato acotado de la competencia gastronómica, que reunirá a participantes destacados de las tres temporadas.
“En todos los realitys que pasé, si me veo el cuerpo me quedaron las cicatrices, pero a mí me gustan. No de masoquista, pero son experiencias de vida. Esta vez fueron quemaduras de horno, de cuchillo, de mandolina…”, enumera y Fonzi, con más de una herida de guerra culinaria a la vista, detalla:
“Yo me rayé una mano. Y ahora me estoy mirando que tengo un nudillo quemado. Pero sobre todo, me llevo marcas emocionales y de las buenas. Porque si bien fue una exposición muy pública, era un concurso que no dependía del escándalo ni de la pelea”.
-Ya lo hizo Claudia Villafañe cuando ganó la primera edición. ¿Fantasean con su propio emprendimiento gastronómico?
Fonzi: Yo tengo una fantasía que puede llegar a no ser tan fantástica, que tiene que ver con una preparación que hice al comienzo. Las famosas “bolas de mi madre”. En algún momento podría llegar a pasar algo con eso. No hay una oferta concreta, pero hay una idea y mucha gente de acuerdo. Hay que darle forma nada más.
-¿De algo grande…?
Fonzi: No sé, hasta puede ser un carrito en los bosques de Palermo, sin dudas. De hecho, hoy en día me siguen pidiendo la receta. Está muy vigente.
Viciconte: ¡Eran espectaculares! Me acuerdo del ruido, que se mordían y eran súper crujientes.
-Otra fantasía tuya, Tomás, es una más rockera, ¿no? ¿La música es parte de lo que se viene también?
Fonzi: Sí, además de una serie para una plataforma y el teatro con Somos nosotros, que sigo todo abril, hay unas canciones. Dos en Spotify, pero tenemos 5 o 6 más en proceso. Y quien te dice, unas giras de bares porteños.
-Te hiciste muy amigo de Joaquín Levinton… ¿No cranearon algo juntos todavía?
Fonzi: Más vale, desde ya. En cualquier momento sale una colaboración con Levinton. Él me dijo que se re copa. Le voy a llevar algunas canciones a ver qué opina. Ahora tiene un programa de radio y me invitó a participar. Él, sin dudas, me hizo todo mucho más llevadero en el programa.