Shibam, la ciudad de los rascacielos de barro, en peligro
Se la conoce como la Manhattan del desierto y sufre el deterioro por las lluvias y la guerra. Es patrimonio de la Unesco y requiere urgente intervención.
Shibam es una ciudad ubicada en el sureste de Yemen, un país arrasado por la guerra civil y las fuertes tormentas. Se la conoce mundialmente como la “Manhattan del desierto”, porque en ella se construyeron los primeros rascacielos del planeta, pero de barro.
Lo cierto es que las lluvias torrenciales de las últimas semanas han hecho estragos en la urbanización edificada en el siglo XVI e incluida desde 1982 en el listado de patrimonio mundial de la Unesco, con los honores de ser la primera urbe del mundo en emplear la construcción vertical.
“Hay muchos edificios afectados”, reconoció a la prensa Hasan Eidid, director de la organización general para la preservación de las ciudades históricas de Yemen. “Los daños en los inmuebles se acumularon en los últimos años por la falta de restauración y mantenimiento, y el porcentaje de desperfectos aumentará si continúan las lluvias torrenciales, porque es la temporada anual y los fenómenos meteorológicos se hacen cada vez más extremos”, detalla el experto.
Urbanización
Fabricados de ladrillos de barro secados al sol, los íconos de Shibam, casas-torre que van desde cinco hasta 11 pisos, están ubicados en una ruta de caravanas que comerciaban con especias e incienso y cruzaban el sur de la península arábiga.
Asoman sobre un montículo rocoso, hacinados sobre una cuadrícula rectangular de calles y plazas fortificadas, diseñados como bastiones familiares y emblemas de prestigio social y poderío económico y político.
Según el diario español El Mundo, unas 7 mil personas habitan los humildes rascacielos. “Los residentes de Shibam tienen, en su mayoría, ingresos muy limitados”, advierte la publicación. Las lluvias hicieron que algunas de las familias dejaran sus casas, obligadas por las grietas aparecidas en las estructuras.
Amenaza constante
El viento, la lluvia o la erosión no son los únicos elementos que amenazan la supervivencia del primer vestigio de rascacielos. Gran parte de la población dependía del turismo, que se detuvo con la guerra que ya lleva cinco años.
“Eso fue un duro golpe para la economía del lugar, y se profundizó con el cierre de más de 30 empresas dedicadas a la venta de plata, productos textiles y regionales”, detalla El Mundo en su sección Internacional.
La contienda, convertida en una lucha entre saudíes e iraníes por la hegemonía regional, hizo que las organizaciones internacionales y los técnicos extranjeros que durante años auscultaron y curaron a sus gigantes se marcharan de la ciudad.
Desde hace un lustro, a raíz de los bombardeos y las escaramuzas en sus alrededores, su arquitectura -única incluso en los confines de la provincia- figura entre los sitios del patrimonio mundial en peligro.
“Necesitamos una intervención inmediata de las autoridades locales y de organizaciones como la Unesco para preservarlo. Durante las lluvias torrenciales, pasamos días enteros aislados y encerrados en las casas”, reclama el funcionario local.
Un comité de paz trata aún de evaluar los daños en un país que padece una de las mayores crisis humanitarias del planeta, con el coronavirus uniéndose ahora a los estragos que han causado el cólera, la difteria o la hambruna.
“Precisamos que se ejecute el proyecto de restauración financiado por la Unión Europea, con una intervención de urgencia”, exige Eidid. “Durante el último año y medio hemos estado en conversaciones para salvar el patrimonio de Shibam. Ahora, sólo pedimos que se acelere la ayuda”, concluye.