Soledad Pastorutti celebra sus 42 años
Después de casi tres décadas de carrera, la jurado de “La voz argentina” siente que tiene que de a poco dejar las giras.
Soledad Pastorutti,” La Sole”, nació para cantar el 12 de octubre de 1980 en Casilda, cerquita del pueblo donde se crió, su querido Arequito, en el sur de Santa Fe. Cantaba todo el día, en la escuela arriba de un banco imitando a Palito Ortega, o en su casa mirándose en el espejo. Suponía que su futuro estaría vinculado con la odontología o la actuación, pero ganó el destino y fue cantante, nomás.
Conoció el folclore en la casa de su abuela, donde cada domingo después del almuerzo de tallarines caseros se armaba una guitarreada con la familia y los amigos. Como en su casa no había grabador, a la hora de la siesta iba al auto de su papá Omar -quien fue quien le heredó este amor- para escuchar esa música que tanto le gustaba.
La primera canción que aprendió fue el chamamé Apurate José, de Teresa Parodi. Y fue la elegida para cantar por primera vez en el escenario del club local 9 de julio. Era una peña para juntar fondos para la escuela de guitarra y la gente la ovacionó. Tenía 8 años. Su familia la empezó a acompañar a festivales folclóricos, junto con músicos de su pueblo.
La Sole y el poncho
La tradición de revolear el poncho empezó en un recital en la ciudad de Gálvez, también del sur santafesino, donde la cantante vio a un espectador revoleando su campera. Ella hizo lo mismo con su poncho y, como la gente deliró de alegría y empezó a revolear sus prendas también, lo sumó la nueva costumbre a sus presentaciones.
Con solo 15 años se presentó en el Festival Nacional de Folclore de Cosquín en 1996, con su hermana Natalia. Ariel Ramírez la invitó a cantar en el cierre y la aplaudieron tanto que tuvo que hacer cinco bises. No solamente fue elegida la revelación del festival, sino que además recibió el premio Cosquín de Oro.
Cuando bajó del escenario, la contrató la discográfica Sony Music, con la aclaración de que si no vendía al menos cinco mil discos, se acababa el negocio. Aún sin campañas de publicidad ni marketing, el primer disco de la Sole, Poncho al viento, vendió más de 900.000 álbumes en muy poco tiempo.
Dedicó todo el año 1997 a viajar por el país, brindando conciertos en 181 ciudades. Mientras tanto, editó su segundo disco, La Sole, y antes de Navidad dio diez conciertos en el Teatro Gran Rex de Buenos Aires. De allí surgió su primer disco en vivo, llamado A mi gente.
Ella siempre cuenta que tanto las bombachas de gaucho como el poncho eran un uniforme, ya que no tenía ropa para cambiarse en cada concierto. El cambio de ropa empezó durante sus primeros shows en el Gran Rex, bajo la supervisión de Aníbal Pachano, quien le aconsejó sobre las prendas que debía usar.
La reacción de Soledad Pastorutti luego de que la tildaran de “MILF”
La Sole: de Arequito al mundo
En 1999 estrenó su película La edad del sol y grabó su cuarto disco Yo sí quiero a mi país en Miami, con el productor cubano Emilio Estefan. Su música empezó a incorporar nuevos ritmos y trascender fronteras. Su gira la llevó a Uruguay, Paraguay, Chile, Perú, México, Estados Unidos y España.
Algunos de sus discos siguientes fueron Soledad (2000), Libre (2001), Diez años de Soledad (2005), Soledad en vivo en Obras (DVD 2006), Folklore (2008), Vivo en Arequito (2010), La raíz de mi tierra (2014), Vivir es hoy (2015), Soledad 20 años (2016) y Parte de mí (2020).
Este año hizo tres hermosas canciones con colaboraciones muy especiales: “Lágrimas y flores” con Natalie Pérez, “Yo no te pido la luna” con el dúo pop MYA y “Quiero todo”, con Lali Espósito y Natalia Oreiro. Además, están preparando su gran presentación en el estadio Movistar Arena de Buenos Aires para el 29 de octubre.
A medida que pasaron los años, Soledad Pastorutti cambió de estilo musical y de vestuario: mientras de a poco dejaba el folclore por el pop, dejó de revolear el poncho para lucir toda su sensualidad. Aun así, puso una fecha para su retiro: “En diez años espero estar en mi casa y parar de girar”, anunció este año.